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FC BARCELONA | OPINIÓN
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La Copa corona a Luis Enrique

Ningún elogio le hará tanta mella como el abrazo que le dio Messi en Madrid

Ramon Besa
Luis Enrique festeja el triunfo de la Copa.
Luis Enrique festeja el triunfo de la Copa.Gonzalo Arroyo Moreno (Getty Images)

Hay una cierta tendencia a ignorar a Luis Enrique. Incluso cuesta que los foros futbolísticos premien al entrenador del Barça. Aunque no se le omite de forma generalizada ni deliberada, se sospecha que algunos cronistas son esclavos emocionales de Cruyff y de Guardiola y como tales le negarán el pan y la sal por no desplegar al equipo un día de tormenta futbolística a partir del 3-4-3. También se considera sectarios a los analistas que hablan de la empatía de Zidane, del cholismo, de los planteamientos de Emery y Marcelino, incluso de la personalidad de Paco Jémez, y en cambio silencian el saber estar y hacer de Lucho, solapado por el tridente, tal que fuera un funcionario que evoluciona el estilo del Barcelona a partir de un futbolista único como es Messi.

Y se ha extendido como la pólvora la sensación de que muchos periodistas ningunean o menosprecian al técnico azulgrana simplemente porque les trata como merecen a juicio de la hinchada: una turba de maleducados que solo buscan el conflicto en la sala de prensa del Camp Nou. No es fácil encontrar la equidistancia necesaria para ejercer el oficio de manera digna y menos en el Barça.

El técnico no quiere ni precisa referentes sino que solo es rehén del Barça

Hablar bien de Luis Enrique no puntúa, circunstancia que agrandaría un desafecto originado también por la personalidad del entrenador, arisco y sin cómplices en los medios, próximo al sentir de la grada del Camp Nou. El asturiano no cambiará, así que es mejor buscar un punto de encuentro a partir de actuaciones fáciles de objetivar como la final de Copa. El partido y el resultado le dieron la razón a Luis Enrique. El encuentro giró a favor de Lucho. La mayoría de sus decisiones acabaron por tener sentido en la misma medida que cuestionaron las de Emery: el Sevilla perdió el hilo cuando sustituyó a Mariano y cambió de banda a Vitolo y el Barça agradeció que el sustituido por la expulsión de Mascherano fuera Rakitic y no Neymar después de la lesión de Suárez. El tridente solo se deshace por fuerza mayor del 9, del 10 o del 11.

El Barcelona ganó heroicamente al Sevilla sin sus dos futbolistas más épicos, Suárez y Mascherano, un detalle que invita a reparar en Luis Enrique. El equipo se contagió del carácter irreductible de su entrenador, un coloso frente a tanta adversidad como la del Calderón, único para combatir a un rival animado incluso por los aficionados neutrales, más competitivo incluso que el propio Sevilla.

El triunfo fue también un acto de fe ante los descreídos con Luis Enrique

Los azulgrana pelearon con coraje, como si les fuera la vida, igual que si jugaran la final de la Champions, pasionales y reconocibles: nadie tuvo ninguna duda de que el campeón era el FC Barcelona. No fue su versión más artística sino la más humana, la única posible para rebelarse contra la derrota y poder cantar victoria en el Calderón. El triunfo fue también un acto de fe ante los descreídos con Luis Enrique. Aunque no se trata de personalizar, tampoco es cuestión de desmarcarse, de manera que se impone aplaudir a Lucho. Tiene un mérito enorme haber logrado este año cuatro títulos sobre seis, siete de nueve en dos temporadas, y ser el tercer técnico del club que hace el doblete dos años seguidos, números que le equiparan al mejor Guardiola. Luis Enrique, en cualquier caso, no quiere ni precisa referentes sino que solo es rehén del Barça.

Ahí está su grandeza y el porqué de su apego con el Camp Nou. El ciclo del Barça continúa sin prisioneros ni mártires con Luis Enrique. Ningún elogio le hará tanta mella como el abrazo que le dio Messi en Madrid. Quien se ganó el aprecio del 10 le da igual si alguien le tiene manía, y menos si se trata de periodistas que cubren la información del Barça.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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