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Las cláusulas de la sorpresa

En los últimos años, el Barcelona se ha visto obligado a traspasar, malvender o ceder jugadores por apartados contractuales

Jordi Quixano
Bartra, Alba y Busquets, en el festejo del doblete.
Bartra, Alba y Busquets, en el festejo del doblete.Alejandro García (EFE)

Cuando Guardiola fichó por el Bayern, allá en 2013, una ristra de nombres del Barça aparecieron como futuribles para el club muniqués. Por lo que el técnico salió al paso: “Nadie quiere irse del Barcelona”. Aunque fichó a Thiago —en el Barcelona no quisieron retenerle—, la realidad es que los jugadores desatendían ofertas para perseguir su ambición de triunfar en el Camp Nou. Puede que todo continúe igual, porque los títulos no cesan, pero Alves ya ha dicho su última palabra de azulgrana y prefiere irse. Gracias a una cláusula; a una sorpresa repetida en los últimos cursos.

Todo empezó, precisamente, con Thiago. Su cláusula de rescisión bajó de 90 a 18 millones (más IVA) porque no disputó el 60% de los partidos. Una cifra asequible para el Bayern, que ofreció 25 millones para ficharlo. Lo mismo ha ocurrido ahora con Bartra, que ha visto una reducción de su cláusula en un 80%. O, lo que es lo mismo, de 40 a ocho millones, cantidad amable para cualquier club inglés o con la billetera abultada. “Mi futuro está en manos de Carles Puyol y mi agente. Estoy tranquilo”, expresó el central desde Austria, donde estaba concentrada España preparándose para la Eurocopa de Francia. “El contrato de Bartra está redactado desde hace años. Entendemos que necesita jugar y, si se marcha, el equipo quedará desprotegido”, exponen desde el Barça. El director deportivo, Robert Fernández añadió: “No quiero que se vaya, ya se lo he dicho. Y si se va, el equipo se quedará cojo de centrales. Pero quiero que siga vinculado al club. Es un jugador importante y quiero que triunfe en el Barça”. Por lo que la decisión final la tiene el jugador, como casi siempre.

"Si Bartra se marcha, el equipo quedará desprotegido", cuentan desde el club azulgrana

Así se vio en el pasado mercado, cuando el Barça no podía fichar por la sanción de la FIFA. “No venderemos”, decía el club, preocupado por quedar debilitado. Pero el axioma no se ajustó a la realidad, toda vez que traspasaron a Adama —por 10 millones cuando su cláusula era de 12— y sobre todo a Pedro. “Queremos que siga”, repetían desde el área deportiva en consonancia con la voluntad del técnico Luis Enrique. Pero Pedro se acogió también a su cláusula, idéntica a la de Thiago y Bartra: pasó de 150 millones a 30 por no haber disputado el 60% de los encuentros en la temporada. Y se vendió por 27 millones más tres en variables.

Salidas forzadas del filial

Hay, sin embargo, otra cláusula que ha debilitado al club (sobre todo al filial de inicio y al primer equipo en su globalidad), que se ha repetido en los últimos ejercicios. Es ese apartado contractual en el que se asegura que determinado jugador del Barça B pasará al primer equipo al finalizar el curso. Ese fue el caso de Deulofeu, Denis Suárez —ahora regresa—, Halilovic y Munir y Sandro, que sí se quedaron en el equipo, de nuevo bajo el marco del veto FIFA.

No somos un equipo de firmar y a los dos o tres años intentar hacer un traspaso Robert Fernández

Con Sandro, en cualquier caso, se da otro caso de cláusulas sorprendentes. Resulta que el club podía renovarle automáticamente antes del 1 de mayo para al menos asegurarse un ingreso económico. Pero no se hizo. “He sido yo”, aclaró el director deportivo Robert Fernández. “Nos ayudó cuando se lo pedimos y, sabiendo que el entrenador no contaba con él, pues nos tocaba a nosotros darle las gracias”, exponen desde la entidad. Ahora es Samper el que por contrato debería subir, por lo que el club le busca una cesión que, sin embargo, se la negó el año anterior.

“Esta fórmula, como la de las cláusulas de rescisión por partidos, se harán si se tienen que hacer. No hay que darle tanta importancia”, resuelven desde el Barça. “El Barcelona es un club de destino, es un club que ficha jugadores para que su trayectoria deportiva esté aquí siempre. No somos un equipo de firmar y a los dos o tres años intentar hacer un traspaso”, remató Fernández; “pero no hay más jugadores con cláusulas así”.

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