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Ibrahimovic se despide con un solo tiro a puerta

La estrella de Suecia juega su último partido con su selección, eliminada por una decepcionante Bélgica tras un golazo de Nainggolan

Diego Torres
Ibrahimovic conduce el balón ante la oposición de Meunier.
Ibrahimovic conduce el balón ante la oposición de Meunier.ERIC GAILLARD (REUTERS)

El maravilloso envoltorio de la Eurocopa brilló con fulgor en Niza, en donde se enfrentaron Bélgica y Suecia. El partido tenía todos los ingredientes de un gran cartel. Dos selecciones con prestigio y figuras que provocan anuncios y seguimiento mediático global; la tensión de la lucha por el segundo puesto del grupo E; el riesgo de la eliminación de Suecia en la que podía ser la despedida de Ibrahimovic de su selección; y el entorno sobrecogedor del nuevo estadio de los Alpes Marítimos en una tarde espléndida. Hasta ahí la presentación. La imagen. El paquete que, al abrirse, descubría el contenido, el juego, el pobre fútbol reducido a un hueso de aceituna.

Los nuevos apóstoles de la industria, que lo interpretan todo en términos económicos, señalan que Bélgica es, en la última década, el país que más futbolistas de talento ha producido per cápita. Buenos jugadores en todas las líneas, casi todos con sueldos multimillonarios, como De Bruyne y Hazard, estrellas del Manchester City y del Chelsea respectivamente; como Carrasco, uno de los futbolistas más destacados de la última final de Champions; o como Courtois, el portero del Chelsea, uno de los guardametas con mejor caché. Los belgas tienen material para ofrecer algo más que un juego digno, pero no lo consiguen. Fallaron en el Mundial de Brasil y en esta Eurocopa siguen adoleciendo de desorganización.

Bélgica se descuadra porque no sabe colocarse en el campo de acuerdo a las posibilidades de sus jugadores. Si la táctica es un libro de claves para facilitar al futbolista el desempeño de sus funciones, los jugadores belgas carecen del código. El desconcierto comienza cuando tienen que defender porque dan la impresión de no saber a dónde deben situar exactamente la línea de presión, cómo ubicarse, o cómo coordinarse para ir a robar la pelota. Cuando finalmente la recuperan se encuentran tan desordenados, o tan lejos de la portería, que tardan en encontrarse unos a otros y demoran las decisiones. Así se desperdicia la energía de los virtuosos como Carrasco o Hazard, que se pasaron corriendo carreras de 50 o 70 metros en uno y otro sentido sin saber muy bien por qué.

Suecia, a diferencia de su rival, manejó un código. Pero fue un código perverso porque obligó a diez de sus jugadores a ordenarse en función de Ibrahimovic, que resolvió retirarse progresivamente hace muchos años pero lo anunció hace tres días en Francia. El espléndido delantero de Malmoe caminó la cancha con menos brío que el árbitro. Ni ayudó a sus compañeros a defender ni se les ofreció con movimientos al espacio. Se limitó a quedarse en el mediocampo pidiendo que le dieran la pelota y lanzando a Berg, el punta, o a Forsberg y Larsson, los interiores. Forsberg y Larson deben tener el récord de kilómetros recorridos en la competición. Cuando se agrupan para defender se pegan a los pivotes, cuando roban se despliegan a las bandas y cuando atacan acaban en el área contraria buscando el disparo. Así 90 minutos, bajo la atenta mirada de Ibrahimovic, que juega desde la colina imaginaria donde establece su estado mayor, también imaginario.

Este fue el orden de Suecia, que se desmontó a sí misma en busca del gol y la clasificación según se agotaban los minutos. Los escandinavos resolvieron atacar con todos sus medios transcurrida la hora de partido. Tomaron riesgos y lo pagaron. Bélgica solo tuvo que juntarse en su campo a esperar el error. Ocurrió a la salida de un córner en contra. Los centrales buscaron a Lukaku con un pelotazo, el punta abrió a banda y del centro y el rechace se aprovechó el que pasaba por ahí, de nombre Nainggolan. El mediocentro de la Roma, tal vez el menos hábil de los jugadores de su selección, soltó un derechazo desde 30 metros. El balón entró pegado al palo y Bélgica se clasificó segunda de grupo. Hungría la espera en octavos.

Suecia quedó fuera del torneo. Ibrahimovic se despidió de la selección después de haber rematado una sola vez a puerta en toda la Eurocopa, al lanzar una falta directa que fue despejada por Courtois.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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