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El día de furia de Rory McIlroy

El número 4 del mundo rompe con rabia su madera 3, días después de renunciar a Río tras afirmar: "No estoy en el golf para hacer que crezca”

Rory McIlroy se lamenta tras fallar un golpe.
Rory McIlroy se lamenta tras fallar un golpe.R&A via Getty Images

No fue el peor golpe de la jornada, pero desde luego sería el último de su madera 3. Rory McIlroy afrontaba el segundo golpe en el hoyo 16 desde el centro de la calle, pero en algún momento del swing, decide que no está conforme con el resultado y lanza el palo contra el suelo con tanta fuerza que el mástil sale hacia la izquierda mientras la cabeza del palo salta varios metros a la derecha. Un mal gesto incluso para un amateur cabreado. Más aún para todo un ganador del Open Británico que lleva días en el ojo del huracán mediático tras su polémica renuncia a los Juegos Olímpicos.

"Yo no llegué al golf para intentar que crezca, yo me hice golfista para ganar grandes", declaraba este mismo martes en la sala de prensa de Royal Troon: "Sé que tengo una responsabilidad con este deporte, pero yo vine al golf para ganar, no para hacer que la gente se apunte al golf". Y es que no está siendo una temporada sencilla para el número 4 del mundo, en plena reconstrucción de un swing que era perfecto y natural pero ahora considera "demasiado mecánico", sin victorias importantes y con un décimo puesto en el Masters de Augusta como actuación más destacada en los Grandes de 2016 hasta el momento. Así llegaba al Open el hombre que hace solo un par de temporadas parecía destinado a suceder a Tiger Woods, pero tras unas vueltas de práctica marcadas por sus anecdóticos seis golpes para sacar la bola del búnker ataúd del hoyo 8, Rory ha alternado fases de juego muy sólido con errores puntuales que le han mantenido siempre en la lucha por el top ten, pero sin opciones reales de asaltar los primeros puestos.

"Calma, calma", titulaba la BBC en su retransmisión online del Open. "Been there, done that, Rory (Hemos estado ahí, hemos hecho eso, Rory)", le disculpaba el venerable Dan Jenkins en su cuenta de twitter. Otros, como Jason Sobel de la ESPN le daban su propia medicina: "Obviamente Rory McIlroy intenta hacer crecer el golf esparciendo trocitos de su madera 3". Eso sí, a su llegada al 18, buena parte del público excusaba su actitud con una calurosa ovación mientras algunos silbaban al golfista norirlandés de 27 años. Pese al desagradable episodio con la madera 3, McIlroy lograba salvar el par en el hoyo 16 y se mantiene al par tras la tercera jornada del Open, entre los veinte primeros clasificados.

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