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Messi no entiende de estrecheces y descompone al Leicester

El argentino del Barça desempolva el pase interior y encuentra en Munir y Luis Suárez a sus mejores aliados para batir a un rival que regaló pocos espacios y golpeó a la contra

Jordi Quixano
Messi realiza un pase ante el Leicester.
Messi realiza un pase ante el Leicester.JONATHAN NACKSTRAND (AFP)

La salud del Barça se entiende a partir de Leo Messi y su sonrisa, desde luego también por su excelso fútbol. Y el 10 guiña el ojo a los compañeros, se ríe a gusto en los calentamientos —ha cambiado a Alves por Luis Suárez para la serie de pases— y aplaude una mala entrega de Denis Suárez como se muerde la lengua cuando otro no completa una de sus asistencias. Es el líder del vestuario y por eso quiso dar ejemplo al volver una semana antes al trabajo, pero también es el capataz del campo, una condición que se acentúa a cada curso porque ha cambiado la explosividad de sus piernas por su visión periférica, también su pie superdotado. Y con eso, además de la puntería de Munir, bastó para descascarillar al Leicester y sus estrecheces, por más que el campeón de la Premier se las hiciera pasar canutas al final gracias a la efervescencia de Musa.

El laurel de la Premier no ha cambiado el modus operandi de Ranieri, que se fia a los contragolpes sin fronteras. Le alcanza con tres pases para plantarse en el área rival y frente al Barça encontró un filón a las espaldas de Cámara y Aleix Vidal, estupendo cuando mira al frente pero torpe al atender el retrovisor. Así, un pase de 50 metros de Drinkwater al hueco cogió desprevenido a Aleix pero no a Gray, que trazó la diagonal para resolver de la peor de las maneras. También Mahrez le ganó la espalda y su centro lo remató torcido Vardy. Pero Mathieu y Marlon —bien en la anticipación y en la batalla aérea, pero más dubitativo en los desplazamientos laterales corrigieron bien y tampoco palidecieron en la salida del balón como sí hicieran ante el Celtic en el primer partido y triunfo de la pretemporada (1-3). Preocupa, en cualquier caso, la retaguardia derecha porque los competidores Aleix y Sergi Roberto —jugó ahí en el segundo acto—, no son laterales.

BARCELONA, 4 – LEICESTER, 2

Barcelona: Masip (J. Suárez, m. 77); Aleix Vidal (Busquets, m. 46), Marlon (Mascherano, m. 46), Mathieu (Martínez, m. 77), Cámara (Nili, m. 77); Denis Suárez (Carbonell, m. 77), Sergi Roberto, Arda (Samper, m. 62); Messi (Aleñá, m. 62), Luis Suárez (Alfaro, m. 77) y Munir (Mujica, m. 77).

Leicester: Zieler; Simpson (Amartey, m. 62), Huth (Hernández, m. 46), Morgan (Wasilewski, m. 46), Chilwell (Fuchs, m. 46); Albrighton (Kaputska, m. 62), Drinkwater, King (Mendy, m. 46), Gray (Musa, m. 46); Mahrez (Okazaki, m. 46) y Vardy (Schlupp, m. 46).

Goles: 1-0. M. 26. Munir. 2-0. M. 34. Luis Suárez. 3-0. M. 45. Munir. 3-1. M. 48. Musa. 3-2. M. 66. Musa. 4-2. M. 84. Mujica.

Árbitro: Jonas Eriksson (SUE). Amonestó a Denis Suárez.

Friends Arena (Estocolmo). 42.789 espectadores.

Aunque con Messi todo es más fácil. Resulta que el 10 actúa por donde quiere, que por algo goza de la libertad que le da Luis Enrique y su condición de mejor futbolista del planeta. Y tras ver que las coberturas de los centrales rivales a los laterales eran continuas porque no jugaban demasiado lejos de su portería, decidió tirar de las diagonales y de su interior del pie para engarzar con la línea atacante. Primero se la dio a Munir tras de un eslalon marca de la casa, pero el extremo le pegó con el tobillo para enviar la pelota fuera.

Leo levanta la cabeza

No desistió Messi en su idea y repitió jugada con otra entrega que descontó a tres rivales y encontró de nuevo a Munir, que controló y sacó el trasero para cobrarse la posición y ganarse un disparo, raso y cruzado, que acabó en gol. Después fue Luis Suárez el que le pidió la pared y, tras un pase por encima de la zaga, el uruguayo recogió el esférico para sacar su fútbol de barrio. Lanzó un caño sobre Huth que no fue limpio, pero que le sirvió para restar al rival, y probó lo mismo ante Chilwell con idéntico resultado para concluir el pin-ballcon un disparo por alto a la red.

Jugó el Barça con ritmo y Messi fue el mejor ejemplo porque de sus botas nació un contragolpe que prolongó Luis Suárez y que Munir, hábil al bajar el esférico con un control orientado, definió a gol por segunda vez, tercera en esta pretemporada. Pero con la holgura del marcador se destensó el equipo azulgrana, que dio media parte a Busquets y Mascherano para coger el tono. Y lo aprovechó Musa con un eslalon sensacional que dejó en evidencia a Mathieu y también a Sergi Roberto, que como mucho le cogieron la matrícula antes de que resolviera con tino y redujera el marcador.

Era tiempo para los jóvenes —Leo dejó el campo a la hora— y de nuevo para Musa, que aprovechó un centro raso para controlar y hacer diana. Incluso Mascherano le hizo un penalti que el colegiado obvió. Hasta que apareció Mujica (17 años), que controló en el área y armó el swing en un santiamén para definir un encuentro que explicó que ante rivales cerrados no hay nada mejor que el pase de Messi.

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