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La justicia deportiva bate récords de actividad gracias a los rusos

Al TAS han llegado en tres días las reclamaciones de 33 deportistas excluidos: ni remeros ni halterófilos han sido readmitidos

Carlos Arribas
La nadadora Yuliya Efimova en 2015.
La nadadora Yuliya Efimova en 2015. © Stefan Wermuth / Reuters (REUTERS)

No estarán en Río, definitivamente, ni los 17 remeros ni ningún levantador de peso ruso excluidos por sus respectivas federaciones internacionales después de que el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) decidiera no admitir sus recursos. Todos ellos forman parte del lote de decenas de deportistas rusos castigados individualmente a raíz de las revelaciones del informe McLaren sobre el dopaje de Estado en el país de Vladimir Putin. Sobre la mesa de la división ad hoc del TAS en Río, que, orgullosamente, anunciaba en su último comunicado de prensa que continuaba batiendo récords de trabajo, se encuentran aún las reclamaciones de 16 deportistas excluidos más, que consideran injustas tanto las normas del COI que les vetan (suspensión de la presunción de inocencia, doble castigo a deportistas que ya han purgado suspensiones, falta de consistencia de las pruebas de McLaren en sus casos particulares) como su aplicación individual práctica.

De la situación de todos ellos informó el primero y último órgano de justicia deportiva. El futuro de los nadadores Morozov y Lobintsev está en manos del trío del COI formado por el español Juan Antonio Samaranch, el turco Ugur Erdener (ambos, candidatos cualificados a la vicepresidencia del organismo presidido por Thomas Bach) y la alemana Claudia Bokel, que tiene la última palabra sobre el pasaporte a los rusos. La audiencia a la nadadora Efimova comenzó el lunes y se aplazó hasta el jueves. Cuando termine con ella, el TAS escuchará al luchador Lebdev, y cuando haya decidido sobre Efimova escuchará a la nadadora Ustanova. El miércoles el TAS atendió a las explicaciones de los remeros Balandin, Karabel y Podshialov, que reclamaron aparte del grueso de 17 remeros iniciales. Y aún no se ha fijado fecha para oír a los halterófilos Turieva, Albegov, Maligov y Okulov, ni para los ciclistas Sveshnikov, Sokolov y Strajov.

Hasta ahora no ha habido sorpresas en las decisiones el TAS en el caso ruso, siempre apoyando a las autoridades deportivas, pero entre los pliegues del sistema se ha producido la readmisión del regatista Sozykin, quien ha logrado, sin acudir al TAS, que la internacional de vela le readmita desde las tinieblas a que le condenó de entrada porque su nombre era uno de los que, según McLaren, se benefició de la metodología de los positivos que desaparecen. Una segunda lectura de las pruebas mostró, así de intrincado es el mundo del antidopaje, que si bien estaba claro que a Sozykin le taparon un positivo desde el ministerio de Deportes, no estaba tan claro si el control había tenido lugar en competición o fuera de ella. La distinción era importante porque la sustancia hallada solo está prohibida en competición.

Mientras, sin encomendarse al COI, el TAS levantó la sanción a la ciclista de ruta Lizzy Armitstead, que no había estado donde decía que iba a estar en tres controles fallidos en 12 meses, lo que, según la ley, equivale a un positivo. Armitstead, campeona del mundo en Richmond 2015, defenderá en Copacabana la medalla de plata que consiguió en Londres 2012.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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