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España supera el martirio serbio

La energía y el rebote de Ndour y los puntos de Xargay fraguan el triunfo español en un duelo deslucido y nervioso

Robert Álvarez
Palau y Ndour cierran el rebote a una jugadora serbia.
Palau y Ndour cierran el rebote a una jugadora serbia.JAVIER SORIANO (AFP)

España cantó victoria tras el martirio que supuso su primer duelo en los Juegos. El suplicio frente a Serbia se fue adueñando del partido a medida que el juego se trababa y los ataques se descolorían. El principal mérito de España es que supo imponerse en un día de mínimos, con un pobre 32% de acierto en el tiro, en el que Alba Torrens no anotó su primera canasta hasta el minuto 33 y en el que Serbia entró al galope como si todavía no hubiera abandonado la cúspide que alcanzó el año pasado cuando se proclamó campeona de Europa.

SERBIA, 59; ESPAÑA, 65

Serbia: Ana Dabovic (4), Milica Dabovic (0), Jovanovic (5), Milovanovic (17), Page (14) –equipo inicial-; Radocaj (2), Petrovic (12), Cado (3), Butulija (2), Crvendakic (0) y Stankovic (0).

España: Palau (7), Cruz (13), Torrens (7), Nicholls (6), Ndour (11) –equipo inicial-; Domínguez (6), Xargay (15), Pascua (0) y Gil (0).

Parciales: 18-19, 13-12, 13-15 y 15-19.

Youth Arena.

Lucas Mondelo tuvo que darle mil y una vueltas a la hoja de ruta. Finalmente, trazó la dirección correcta, gracias sobre todo a la superioridad en el rebote (47-35), faceta en la que la joven Ndour, la última en llegar al equipo para ocupar crucial baja de Sancho Lyttle, estuvo hiperactiva. Capturó 12 rebotes, anotó 11 puntos, le costó lo suyo anotar y cometió errores de bulto, pecados en definitiva propios de su inexperiencia y de sus 21 años, que compensó con aciertos y una energía desbordante, vital para el equipo. Su robo de balón, cuando faltaba un minuto y medio y atacaba Serbia, fue un ejemplo.

Igualmente, Marta Xargay aportó una bocanada de aire fresco al juego exterior español, de muy baja definición casi todo el partido, solamente desatascado en el último cuarto, en el que las serbias se vieron por detrás ligeramente en el marcador y fueron presa de un ataque de pánico. Alba Torrens acertó al fin y, tras un leve tirón de España en el marcador (46-53), Xargay, con un triple, y Laia Palau, con una penetración, pusieron fin al sufrimiento. Atrapó España un triunfo que se antojaba vital en el discurrir de estos Juegos puesto que su próximo rival es Estados Unidos, un equipo inaccesible en condiciones normales.

A España le costó cogerle el tranquillo a la propuesta de las jugadoras serbias, con un estilo muy libre en ataque. Milovanovic manejó el balón desde posiciones exteriores y logró hacer valer su superioridad física y buen mano cerca del aro. Ella y Page hicieron mella en la defensa española. Entre ambas marcaron distancias, un 13-4 y un 15-9 evidenciaron la defectuosa de España.

La defensa serbia se aplicó en los dos contra uno sobre Alba Torrens y Anna Cruz tardó en encontrar buenas posiciones de tiro. España no perdió pie a pesar de un inicio tan desafinado, con un pobre 24% de acierto (4 de 17). La garra, los robos, los rebotes, el espíritu que aportaron Silvia Domínguez y Laura Gil tras los primeros relevos en el quinteto cambiaron el panorama. Ndour aportó a base de insistencia y de ganarse segundas oportunidades en el rebote, Anna Cruz y Marta Xargay afinaron la muñeca. España remontó (18-23).

Pero a partir de ahí, Serbia encontró una nueva fuente de puntos en Sonja Petrovic, alero de la WNBA. En un partido tan cerrado, eso le sirvió para igualarlo de nuevo. Las tiradoras exteriores de los dos equipos no acertaron hasta bien entrada la segunda parte. El primer triple del partido, de Sonja Petrovic, devolvió el mando en el marcador a Serbia. Pero Marta Xargay también abrió la caja de los truenos, sumó el primer triple de España que llevaba un 0 de 7 y poco después forzó tres tiros libres. El juego se igualó. Ni uno ni otro equipo acertaban a cambiar la inercia del juego hasta que Xargay, Torres y Cruz afinaron en el último cuarto. Ganó España que enfoca en la buena dirección, la de los cuartos de final y un mínimo respiro en un torneo tan exigente.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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