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España paga la alta velocidad noruega

Las Guerreras sucumben ante las campeonas olímpicas por 24-27 tras su debut con victoria frente a Montenegro

Robert Álvarez
Macarena Aguilar intenta lanzar ante la defensa noruega.
Macarena Aguilar intenta lanzar ante la defensa noruega.MARKO DJURICA (REUTERS)

España mantuvo el tipo durante un buen tramo del duelo, pero acabó cediendo, desbordada por Noruega, la campeona de todo, de Europa, del Mundo, la que defiende el título olímpico. Las guerreras le jugaron de tú a tú a la espléndida escuadra noruega durante más de 40 minutos, pero en el último tramo del encuentro se vieron desbordadas por la calidad y la velocidad de vértigo que imprimieron las favoritas al título.

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Jorge Dueñas optó por situar bajo palos a Zoqbi. Silvia Navarro había acaparado los minutos y los focos en el primer partido ante Montenegro. Zoqbi estuvo igualmente brillante frente a la lluvia de misiles con que le pusieron a prueba la pivote Loke, la lateral derecha Mork y la central-lateral Kristiansen. El trío estelar del cuadro noruego fue letal por más que la defensa española trató de cerrar espacios, las aceleraciones del ataque noruego decantaron la balanza.

Ambos equipos trataron a toda costa de evitar pérdidas. La rapidez de la transición defensiva de la escuadra noruega fue fulgurante, no dio la menor oportunidad para que España cazara algún gol en contraataque. Las aperturas a los extremos, especialmente por la banda derecha de Carmen Martín, proporcionaron alternativas y rentabilidad al ataque español. Las combinaciones para mover el muro defensivo central noruego propiciaron los goles de Mangué y Cabral.

El marcador bailó al son de los pequeños momentos de inspiración que alternativamente vivieron uno y otro equipo durante la primera parte. Superada física y técnicamente, España le perdió la pista al velocísimo juego de las noruegas. Kristiansen abrió una brecha de tres goles (15-18). España se aferró por última vez a su suerte gracias a dos penaltis transformados por Cabral. Pero Kristiansen, Mork y Loke ya habían subido de tal manera las revoluciones del juego que la defensa española de desmoronó.

Falta de chispa

Dueñas ya había advertido que, pese a la victoria en la primera jornada ante Montenegro, había echado de menos un poco más de chispa en el ataque español. Se podía atribuir a los nervios del primer partido, a las dificultades de la puesta en acción, incluso a la imposibilidad de utilizar a Nerea Pena en la segunda parte de aquel encuentro debido a que los árbitros consideraron que la rodillera que utilizó no era reglamentaria.

Frente a Noruega, el bajón físico en la segunda mitad pudo ser debido más a la exigencia de un rival de primerísima línea. España no resistió. El equipo noruego, muy concentrado en no repetir el resbalón de su primer partido ante Brasil, no bajó el pistón ni un instante. Su intensidad quedó reflejada en las siete exclusiones que sufrió. Pero España no supo aprovechar sus superioridades. Carmen Martín apenas entró en juego en la segunda mitad y la defensa noruega fue viendo resueltos los problemas que le había planteado el equipo de Dueñas en el primer tramo del duelo.

Noruega llegó a dominar por seis goles. A partir de ese momento, con diez minutos por delante, España trató de controlar la diferencia más que remontar, algo que parecía una quimera aunque en algún momento llegó a reducir la brecha a tres tantos.

Brasil, Rumania y Angola son los sucesivos rivales con los que se encontrará ahora España en su intento de atrapar los cuartos de final en la mejor situación posible para intentar de nuevo la lucha por las medallas, como hizo en Londres. 

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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