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Brasil y el camino olímpico se le atraviesan a una España errática

La selección de Sergio Scariolo repite su imagen desangelada y su juego deslavazado y cae en un apretado final tras dos tiros libres fallados por Pau Gasol

Robert Álvarez
Rudy Fernandez (i) y Pau Gasol se lamentan tras la derrota ante Brasil.
Rudy Fernandez (i) y Pau Gasol se lamentan tras la derrota ante Brasil.Eric Gay (AP)

El camino hacia su ansiada tercera final consecutiva en los Juegos se le torció a España de manera dramática. Brasil le endosó su segunda derrota en su segundo partido, un duelo otra vez áspero, mal jugado por el equipo español, que se hizo plenamente acreedor a su segundo varapalo.

ESPAÑA, 65 - BRASIL, 66

España: Ricky Rubio (3), Llull (11), Rudy Fernández (8), Mirotic (6) y Pau Gasol (13) —cinco inicial—; Sergio Rodríguez (10), Calderón (0), Navarro (5), Abrines (0), Claver (4), Felipe Reyes (5) y Willy Hernangómez (-).

Brasil: Marcelinho (11), Barbosa (4), Marquinhos (10), Lima (9) y Nene Hilario (6) —cinco inicial—; Neto (3), Felicio (7), Benite (4), Giovanonni (3), Álex García (9), Barbosa (4) y Hettsheimer (0).

Árbitros: Belosevic (Serbia), Javor (Eslovenia), Vázquez (Puerto Rico). Eliminado Ricky Rubio.

Unos 16.000 espectadores en el Carioca Arena de Río.

Un palmeo de Marquinhos tras un tiro en suspensión de Marcelinho supuso la estocada definitiva. Le quedaron cinco segundos a España para intentar deshacer el desaguisado en última instancia pero el precipitado tiro de Llull no entró. 65-66 para Brasil en un partido otra vez decepcionante de España. Pau Gasol falló dos tiros libres cuando faltaban 23 segundos que pudieron haber evitado el entuerto. Pero tampoco hubieran borrado la mala imagen que brindó el equipo español. A fin de cuentas culminaron también el lamentable porcentaje del propio Pau desde la línea de tiros libres, desde la que sumó siete fallos en sus 12 lanzamientos.

Jugó mal España, desconcertada, irreconocible. Varios jugadores han perdido presencia y ascendente en un equipo en el que siempre tuvieron mucho que decir, Navarro, Felipe, Calderón... Pau Gasol no estuvo tan fino como en el primer día y Mirotic no acertó en el tiro exterior. Brasil, sin hacer nada del otro mundo, llevó de cabeza a España todo el partido. Marcelinho, Marquinhos y Lima le dieron los puntos y los rebotes necesarios para sacar adelante un partido presidido por los errores y los nervios.

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España sufrió desde el primer cuarto. Ricky y Lull estuvieron espesos en el manejo del balón, cometieron un par de pérdidas cada uno. La presión de Marquinhos y Barbosa sobre la primera línea española y los rebotes de Nené y Lima afianzaron a su equipo. Brasil obtuvo varias canastas fáciles, adobadas con un triple de Marcelinho. Abrió brecha (8-16) y obligó a Sergio Scariolo a mover ficha. Sergio Rodríguez empuñó el timón, Felipe relevó a Pau cerca del aro, Claver relevó a Rudy y Navarro se situó sobre Barbosa solo un instante porque España se refugió en una zona defensiva que se les atragantó a los brasileños. España le dio la vuelta al marcador (24-25).

Sergio Rodríguez y Rudy aportaron mucho más en ataque que el primer día ante Croacia. Pau no estuvo tan solo. El equipo español mostró más registros. Pero su anotación siguió siendo baja. Mirotic no estuvo fino en el tiro y solo entró uno de los nueve triples españoles en la primera parte.

Abrines y Calderón, inéditos ante Croacia, entraron en escena fugazmente, sin tiempo material para explayarse. El final del primer periodo y el inicio del segundo, con un parcial de 0-9 para los brasileños (31-36), agudizó la sensación de incomodidad y falta de chispa de la escuadra de Scariolo.

“Vamos sin red. Hay que ganar los tres partidos”

Dos jornadas y dos derrotas, otro comienzo de torneo a contrapié y una nueva apelación a la épica. Nigeria (mañana), Lituania (sábado) y Argentina (lunes), todos a las 00.00 hora española, marcarán la distancia entre la gesta y el fracaso para España, doble subcampeona olímpica. "No hemos sabido jugar el final otra vez. Vamos sin red y hay que ganar los tres partidos que nos quedan para clasificarnos. Estamos jodidos pero hay que seguir", contó Sergio Llull tras el partido.

El base del Madrid se jugó la última posesión pero su lanzamiento no encontró el aro. Antes, Pau Gasol había fallado dos tiros libres. Fue el retrato del desenfoque del ataque español, que solo fue capaz de anotar 14 canastas de dos y firmó un pobre 5 de 19 en triples.

Marcelinho, Felicio, Barbosa, todo el equipo brasileño captó el momento de extrema debilidad que sufría España. Los deslavazados ataques españoles acababan en pamplinas, balones extraviados, tiros ejecutados desde pésimas posiciones. Una bicoca para el juego rápido de transición de Marcelinho. Una bandeja en contraataque de Barbosa elevó la diferencia a nueve puntos (33-42) y encendió todas las alamas en el banco de Scariolo.

Tras el obligado tiempo muerto, comparecieron de nuevo Sergio Rodríguez y Llull. España se aplicó en defensa y los tiradores brasileños se atascaron. España volvió a igualar el partido, con un empate a 45. Pau volvió a tomarse un respiro y Brasil volvió a dispararse hasta el 45-56 ya iniciado el último cuarto. Ya en él, Llull recuperó la puntería y junto Sergio Rodríguez sumó cuatro triples que llegaron a poner de nuevo por delante a España (64-63, a falta de un minuto. Pero en ese minuto todo fue de mal en peor para España. Falló un tiro libre Llull. Falló otro tiro libre Nené. Y con 65-64, llegó el turno de Pau Gasol. Faltaban 23 segundos. Nené le hizo falta y el pívot español erró los dos lanzamientos francos. El palmeo de Marquinhos remató a una selección española que transita perdida y ofuscada en este torneo olímpico. Ahora afronta el tramo final del grupo, ante Nigeria, Lituania y Argentina, muy necesitada de sumar victoria tras victoria para clasificarse para los cuartos y, en segunda estancia, para evitar hacerlo en la cuarta posición, lo que la pondría delante, casi con toda seguridad, de Estados Unidos. Y eso, España es lo que quiere retrasar hasta la final. Pero ahora, sus prioridades son otras.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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