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A por el oro, Miguel Ángel López

El atleta murciano, campeón de Europa y del mundo de 20 kilómetros marcha, busca el viernes la medalla que le falta para una triple corona única

Carlos Arribas
Miguel Ángel López celebra su oro en los campeonatos del mundo de 2015
Miguel Ángel López celebra su oro en los campeonatos del mundo de 2015cordon

En 1981 estrenaron Carros de fuego. El mismo año, José Antonio Carrillo, un chaval de 25 años entonces, fundó el club de atletismo de Cieza. Poco después fue a ver la película que cuenta la peripecia del atleta Harold Abrahams y de su entrenador, Sam Mussabini, en los Juegos de París 1924 y salió emocionado. Salió soñando si alguna vez podría él llevar a un atleta a los Juegos, que le parecieron otro mundo, una ilusión fantástica. En Atlanta, quince años más tarde, logró que su deseo se hiciera realidad con el marchador Fernando Vázquez. Desde entonces no paró. Volvió a los Juegos con Juanma Molina, con Benjamín Sánchez y con Miguel Ángel López, con el que está en Río. Es el entrenador del mejor marchador del momento, el líder del equipo español de atletismo que cuenta también con figuras y esperanzas como Ruth Beitia, Orlando Ortega, Bruno Hortelano y Álvaro Martín, el marchador del futuro, que no llega de Murcia sino de la escuela de José Antonio Quintana en Madrid.

“Sigo viendo Carros de fuego todos los años y sigo emocionándome, y le dije a Miguel que la viera, y la vio, y le gustó”, dice el entrenador del campeón de Europa y del mundo de 20 kilómetros marcha. “Y el sueño siguió creciendo. Ahora sueño con ver a alguno de los míos en el podio olímpico”. Con López, el deseo seguramente se hará realidad el jueves, a primera hora de la tarde en Río. Pero a Carrillo, que ya tiene 60 años, el pelo blanco y los mismos ojos llenos de curiosidad y vida, le da miedo decirlo en alto. “Es que los de pueblo somos así, humildes. No nos gusta alardear de nada hasta que no lo consigamos”. Si gana en Río su López, pocas razones para la humildad, aparte de las que le dicta su naturaleza modesta, le quedarán a Carrillo: entrenar a un atleta que sea a la vez campeón de Europa, del mundo y olímpico no lo ha conseguido nadie en España. Ningún deportista lo ha logrado tampoco.

Solo el gran Korzeniowski logró el doble

Serán los segundos Juegos Olímpicos de Miguel Ángel López, que fue quinto en Londres 2012 a los 24 años. Tercero y cuarto, delante de él, quedaron los chinos Wang y Zelin, los rivales de hoy, a los que derrotó en Pekín en 2015.

No solo con los chinos, los maestros de hoy. El marchador de Llano de Brujas también pudo con los rusos en el Europeo de Zúrich en 2014, antes que los escándalos de dopaje acabaran con la escuela de Viktor Chegin y sus falsos campeones.

Aunque también participará en la prueba de 50 kilómetros el próximo viernes, distancia en la que solo ha competido una vez, la que le hizo campeón de España en primavera, López no se ha planteado nunca los Juegos de Río como la oportunidad de un doblete que en la historia de los Juegos solo ha logrado el gran Robert Korzeniowski, el polaco triple campeón olímpico de 50 kilómetros que ganó en Sidney 2000 también el 20 kilómetros.

“Yo también sueño con ella, con la medalla de oro, pero sé lo que cuesta. Tengo muchas ganas, le he puesto mucha ilusión, pero será complicado. Si tengo un buen día, voy a estar ahí, pero esto es un deporte”. Con la misma prudencia se expresa el marchador, de 28 años, lo que es normal teniendo en cuenta que con Carrillo, que le entrena desde hace más de 10 años, ha pasado casi más tiempo de su vida que con su madre, su abuela o su pareja. La preparación para cualquier campeonato supone todos los años un periodo de inmersión vital y de convivencia para ambos, que después de todos los días de entrenamiento en Cieza, pasan semanas en altura, en Sierra Nevada y en Font Romeu. Y pese a ello, se aguantan y hasta se llevan bien. “Solo puedo decir que los entrenamientos y las pruebas me muestran que estoy mejor que antes del Mundial de Pekín que gané”, dice el atleta de Llano de Brujas, que en el campeonato de España, en julio, en Gijón, consiguió la segunda mejor marca mundial de la historia en 10 kilómetros. “Y yo mismo me sorprendí al ver lo bien que marchaba”.

Carrillo teme tanto a los marchadores chinos, los rivales más duros sobre el papel, Wang Zhen y Cai Zelin, como a las circunstancias, y también a Álvaro Martín, el extremeño de Llerena, que llega muy fuerte. Apagó el aire acondicionado en la Villa para evitar un resfriado, le preocupa una diarrea de última hora o un pisotón, un tropezón, una caída en la prueba, en un circuito en Pontal, junto al océano y abierto al viento que no le gusta mucho. “Hay una zona muy estrecha en la que van a entrenar apelotonados”, advierte Carrillo. “Habrá codazos y pisotones. Y alguno aprovechará para correr sin que le vean los jueces. Con esa trampa podrán ahorrar energía que les venga bien para el final. Mi problema es que los míos marchan tan bien, son tan buenos técnicamente, que no les merece la pena hacer trampas: corriendo van más lentos que marchando”.

Los españoles con más opciones

Miguel Ángel López, campeón del mundo de 20 kilómetros marcha, abrirá hoy el fuego de los atletas españoles con opciones a medalla a las 19.30.

Orlando Ortega, el vallista de origen cubano inicia su participación el martes 16 a la 1.40. Las semifinales se disputan el miércoles 17, igual que la final que será a las 3.45.

Ruth Beitia, la saltadora de altura cántabra es una de las grandes favoritas a subir al podio. El jueves 18 de agosto a las 15.00 comienza la clasificación y la final es el domingo 21 a la 1.30.

De táctica no hablan mucho, pero el atleta recuerda Pekín, donde, en su casa, derrotó a los chinos dejándoles hacer, dándoles ventaja y alcanzándolos al final. “He visualizado la final muchas veces ya, claro”, dice López. “Hasta el kilómetro 10 iremos muy juntos y luego empezarán los tirones. Sí, será algo parecido a lo de Pekín”.

A Carrillo su atleta a veces le pone nervioso porque le parece un poco pachorro. “A veces le grito en los entrenamientos porque parece que no hace esfuerzos, pero vaya si los hace”, dice el técnico. “Engaña mucho. No se le mueve ni un pelo ni abre la boca ni grita de dolor como otros. Él va sereno, como de paseo”.

La aventura olímpica de Río no termina en los casi 80 minutos andando a más de 15 por hora el primer viernes para el murciano. El siguiente viernes, el 19, le esperan los 50 kilómetros, casi cuatro horas más de marcha. “El sábado hará una salida ligera y el domingo descansará, pero el lunes volverá a marchar. Saldrá en los 50 a ver qué pasa, sin más aspiraciones, pero el 20 le irá muy bien para estar a punto. Será una supercompesanción fantástica”. Estará alimentada, también, por el sueño de los Carros de fuego, que no cesa.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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