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Gladys Tejeda, mujer de viento y altura

Después de muchos contratiempos, la fondista peruana espera alcanzar las medallas en el maratón de los juegos de Río

La maratonista peruana Gladys Tejeda.
La maratonista peruana Gladys Tejeda.TVC Star Media

La maratonista peruana Gladys Tejeda Pucuhuaranga entrena para los JJOO desde mediados de junio en Toluca, México. En marzo, rompió un record sudamericano en media maratón, durante el Mundial en Cardiff (Reino Unido). Toda su vida ha ido a contracorriente para convertirse en una deportista profesional: nació en una familia de pocos recursos y fue reclutada en 2009, a los 24 años, por el Instituto Peruano del Deporte, luego de ver su desempeño en una carrera en Junín, la región de la sierra central donde nació.

Participó en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 y fue la abanderada de la delegación peruana, vistiendo un traje tradicional de su región, pero el último día fue agredida por su entrenador coreano Pedro Kim con una patada. La mayoría de sus colegas atletas defendieron al preparador, sin embargo, días después se comprobó el testimonio de la deportista y Kim fue expulsado por la Federación Peruana de Atletismo.

“Me tocó vivir esta decepcionante agresión por parte del entrenador Pedro Kim, tampoco va a impedir que siga con mis entrenamientos, voy a continuar con mucha fuerza”, dijo entonces.

En 2015 sufrió un revés cuando perdió la medalla de oro de la maratón en los Juegos Panamericanos de Toronto luego de una prueba antidopaje: Tejeda tiene una condición de salud que le hace retener líquidos y reportó la ingesta de un diurético, pero aún así la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) la sancionó seis meses. Transcurrido el tiempo, volvió a competir en el Mundial de Media Maratón en marzo, donde rompió el record sudamericano y nacional con 1h 10’14’’.

En el fondismo, las dos atletas peruanas más destacadas y populares son Tejeda e Inés Melchor, ambas nacidas en la sierra central del país, aunque sus historias se diferencian.

“Melchor tuvo una formación de atleta como tal desde bien niña, desde los 11 años, pasó por varias etapas de 1.500, 5.000 y 10.000 hasta llegar a la media maratón; en cambio, Tejeda empieza más tarde, haciendo maratón y con marcas no tan relevantes en 5.000 y 10.000 metros”, explica a EL PAÍS Edgar Díaz, miembro del departamento técnico de la Federación Peruana de Atletismo.

La prensa peruana reportó hace un año, luego del triunfo en los Panamericanos, que la pasión de Tejeda por correr empezó cuando era estudiante de secundaria. Entonces se inscribió para competir en una competencia de fondismo cuyo premio era una cocina, pero no tenía zapatillas. “Me presté unas de mi vecina, pero no me quedaron bien. Quedé triste”, dijo en un vídeo preparado por el Instituto Peruano del Deporte, al contar que llegó en segundo puesto.

La deportista destaca siempre el apoyo de su madre Marcelina, especialmente después de la muerte de su padre, cuando la pena casi se lleva sus ganas de llegar a los Juegos Olímpicos. Tejeda seguía fielmente las transmisiones del evento por televisión y dijo que le impactaba “ver a Perú sin muchos deportistas”. “Aprovecha”, sugirió su mamá.

La atleta es la última de nueve hermanos en una familia pobre, y su madre ha comentado que desde pequeña su hija ha tenido una alimentación sana que incluye maca –una raíz con propiedades favorables para el sistema nervioso– y chuño, una variedad de patata que se pone a secar. “No tenía mucho para darle, pero a mi hija no le faltó un plato de comida en la mesa”, contó Pucuhuaranga luego de la victoria en Toronto el año pasado.

Perú llega a Río con 15 atletas, la mayor delegación que Perú haya enviado en esta disciplina: el máximo anterior fueron once en Berlín, en 1936, y la deportista nacida en Jauja, es una de sus principales esperanzas. Tejeda clasificó al lograr en 2h 28’12’’ la meta de los 42 kilómetros en la maratón de Rotterdam, en abril de 2015, y llegó segunda en Nagano, Japón con 2h 34’ 542 en abril de este año.

Díaz comentó que luego de la sanción de la Odepa, “Tejeda tuvo una pausa, pero tuvo continuidad en el entrenamiento: primero en Huancayo (Junín), pues ya tenía la marca mínima para los Olímpicos, y en la última etapa rumbo a Río partió a Toluca donde trabaja con su entrenador mexicano Rodolfo Gómez”. Cuando la medallista entrena en su región, escoge rutas y paisajes montañosos a unos 3.200 metros de altitud, a diferencia de los 2.800 de la ciudad del Estado de México.

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