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El entrenador de Hortelano: “Bruno está pensando en la medalla”

El preparador del asombroso velocista español habla de las posibilidades de su pupilo antes de la semifinal de esta noche (3.16)

Carlos Arribas
El entrenador Adrian Durant y su pupilo Bruno Hortelano.
El entrenador Adrian Durant y su pupilo Bruno Hortelano.

Aunque participó en los Juegos de Atenas representando a Islas Vírgenes, Adrian Durant, de 32 años, no pasará a la historia como atleta. Es probable que sí que lo haga como entrenador, sobre todo si su atleta número uno, Bruno Hortelano, llega hasta donde cree que puede llegar. Durant, jefe en Cornell, la universidad en la que se formó el velocista, se siente como un chef. “No sigo un libro de recetas. He cogido un poco de cada uno de los que cocinan bien y un mucho de mí mismo”, dice. “El entrenamiento mental es la diferencia”, dice horas antes de que el español dispute la semifinal de 200m. 

Pregunta. ¿Corrió en Atenas 2004?

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Respuesta. Sí, pero fue un desastre. Era muy joven. Estaba aterrorizado… No como Bruno aquí. Ha aprovechado mi experiencia.

P. ¿Cómo empezó con él?

R. Le entreno desde hace cuatro-cinco años, desde que llegué a Cornell. Él estaba en su tercer año. Le vi muchas cosas positivas, talento, mucho potencial, y mucho, mucho, mucho margen de mejora. Empecé a conocer su respuesta a los estímulos, a saber qué necesitaba, a qué entrenamiento reaccionaría mejor. Y conocer a un atleta es un proceso largo, largo.

P. ¿Pensó usted de entrada que un atleta español y blanco podría ser un buen velocista?

R. No es verdad que los blancos no tengan capacidad para correr rápido. Es sabido que la genética influye en la morfología del cuerpo y en el tipo de fibras que uno tenga, pero por alguna razón, Bruno las tiene muy rápidas y veloces. Tiene muy buena movilidad y una gran fuerza mental. Y si miras su cuerpo, tiene unas piernas muy largas, su cintura está muy alta, corre como uno que midiera más de 1,80, cuando él no es tan alto. Y como es capaz de correr con el torso muy alto puede subir mucho las rodillas muy rápido. Y luego, tiene una gran técnica, que le permite desacelerar. En el 200m él no es capaz de salir tan rápido como Yohan Blake u otros, pero tiene tanta disciplina técnica que cuando otros se descomponen al desacelerar, él aún se mueve al mismo ritmo, e incluso más rápido. Para ser sprinter hay que ser fuerte, potente, rápido, pero también hay que saber ejecutar las carreras, y eso depende de la técnica.

P. Parece más un atleta de 400m entonces.

R. Tiene potencial para 400m, sí. Es rápido. El año pasado hicimos un montón de 400m, y de 300m este, y es muy, muy fuerte. Y corrió 60s indoor para potenciar su aceleración y velocidad. Y todo eso puesto junto nos ha dado un muy buen 200m.

P. Hortelano habla siempre de la cabeza, de la fuerza mental. ¿Es tan importante?

R. Yo fui atleta en Estados Unidos, donde siempre trabajábamos mentalmente antes de salir a correr. “Esta carrera la voy a ganar, este de al lado no es mejor que yo, y eso”, gritábamos antes de competir. Y pensé en cómo entrenar a mis atletas para influir en su capacidad mental. Porque si no, estando en Cornell, que no es grande en atletismo, cuando se enfrentan a los gigantes como Texas, piensan que no van a hacer nada. Y uno tiene que creer que puede ganarles. “Tú eres el hombre, tú eres el mejor, tú puedes ganar”, les digo. Y Bruno lo pilla inmediatamente, y cree, y me dice a mí que quiere ganar el 200m. Piensa que todo el mundo es vencible y esa es la mentalidad que a mí me gusta, porque la única forma de hacer lo que él hizo en la serie es porque cree que puede ganarlos a todos. Si no hubiera creído que podía ganarlos, si hubiera salido asustado, no habría ido a ningún sitio. “No me asusta Yohan Blake”, me dijo. “Aunque sea uno de los mejores, no le temo. Es humano. Puedo ganarlo”. Esta es una gran parte de mi entrenamiento, el entrenamiento mental. Bruno es ingeniero de formación en Cornell, que es una muy buena universidad de ingeniería. Es muy analítico, reflexiona mucho sobre todas las cosas. Si le puedo explicar algo de una manera que para él tenga sentido, él enseguida lo acepta, y eso me gusta. Es muy entrenable, mucho.

P. ¿Cómo preparan un campeonato, unos Juegos?

R. Según nos acercábamos a Río, dije, no vamos a darle muy duro, vamos a hacer menos, menos, menos. Quiero que conserves tu fuerza de ahora. No quiero que el día de la competición no te sientas lo suficientemente fuerte. Sé que la velocidad está ahí, pero no puedes perder la fuerza. Hace dos semanas hicimos un examen: dos 300m a tope. El primero, 34s. Dos minutos después, fue 34 altos, 35. Le dije, perfecto, la fuerza no será un problema. En los días siguientes no trabajarás mucho. Volvimos unos días después, e hicimos dos 150m. Salió suave, y del 50 al 150 lanzados corrió en 9,7s. Así que después de eso, dije, Ok, en carrera no tendrás problemas, vamos a ver la salida. Dos días después volvimos a los tacos. Hizo dos salidas. La primera fue buena. La segunda, ¡wow!, Después de eso, vimos que todo el trabajo ya estaba hecho.

P. La víspera se fueron a visualizarla, anunciaron. ¿En qué consiste el proceso?

R. Fuimos a la pista, paseamos por ella. Bruno cerró los ojos, movió los hombros simulando la carrera, se imaginó corriendo la carrera, se introdujo en el movimiento, y eso es lo que hicimos. Y cuando salimos para prepararnos para la serie, me dijo, estoy preparado, estoy preparado. Trabajamos todo el año, así que en la competición no hay nada que hacer más que prepararnos mentalmente y estar seguros de que nos sentimos bien: masaje, baños de hielo, un par de carreras para sentirnos rápidos.

P. Si pasa la semifinal, será el primer español que lo consiga en una prueba de velocidad. ¿Cree que eso le estresa?

R. No. Él no siente la presión. No piensa en la presión. Piensa en intentar conseguir una medalla. En eso es en lo que piensa ahora. Piensa en una medalla. Quiere una medalla. Estuvo el martes viendo la carrera de Orlando Ortega, y me dijo, ah, sí, tío, quiero vivir esa sensación ahora mismo, quiero esa medalla. Está pensando en la medalla. Está pensando en que necesita 19s para llegar a la medalla. Nada de presión. Batir récords, lo que ha hecho hasta ahora... nada de eso ocupa un espacio en su cabeza. Él solo piensa en el objetivo. Y así es como tiene que ser. Si te pones un objetivo, tiene que ser un gran objetivo. Si el objetivo hubiera sido simplemente clasificarse para los Juegos, entonces no habría llegado tan lejos.

P. ¿Pasará la semifinal, entonces?

R. No está asustado. No teme a ninguno. En la serie, salió por la calle ocho, sin ninguna referencia por delante. La parte más floja de su carrera es probablemente la curva. La hizo bien, pero, aunque salió a la recta segundo o tercero, recuperó el terreno al final. Esta noche es la primera vez este año en la que en una carrera rápida corre en una calle central, con Gatlin por dentro, Alonso Edward, a la derecha, en la cinco, y Blake en la seis. Va a ver a estos chicos, les va a seguir fuerte y si sale de la curva en una buena posición, estará bien. Lo suyo es la recta. Sus últimos 80 metros son muy buenos. Solo tiene que estar seguro de estar en una buena posición al salir de la curva. De verdad, no veo a siete atletas que puedan correr más rápido que él.

P. ¿Puede llegar a correr por debajo de 20s?

R. Bajará de 20s esta noche si lo necesita. El objetivo es saber responder a la gran pregunta, saber cuánto hay que correr exactamente, luego hay preguntas menores. Si 20,30s es la gran respuesta, 20,30s. Ayer fue 20,18s. Si hoy es un 20s pelados, 20s pelados. Si es 19s altos, 19s altos. Está preparado para eso. Necesita una buena calle para la final si quiere tener la oportunidad de hacerlo bien. No puede ir en la dos o en la uno, eso sería mucha desventaja. La única manera de lograrlo es responder bien a la gran pregunta. Es su objetivo.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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