Las matemáticas y el fútbol
La brillantez del mejor Barcelona de Guardiola la explica a través de la asimilación de dos reglas que parecen sencillas: moverse hacia el espacio libre y pasar el balón al pie
Al final siempre aparecen. Cuando las competiciones llegan a su momento decisivo, las matemáticas hacen acto de presencia. Ya no valen las cuentas de la lechera y sí el estudio de las propiedades de los entes abstractos, como números, figuras geométricas o símbolos, que es como define la RAE esta ciencia deductiva. Cuando comienza la temporada se pueden hacer pronósticos sobre el campeón. A punto de acabarla, algún equipo se encontrará matemáticamente descendido. Y no habrá vuelta atrás.
El fútbol se desarrolla en un espacio tan amplio y con tantos actores que es complicado predecir algo. Pero, como casi todo en esta vida, responde a unos patrones. David Sumpter, profesor universitario, jugaba de pequeño al Subbuteo y recreaba la liga inglesa. Como no le daba tiempo a jugar todos los partidos, ideó un sistema con dados que le permitía hacerlo. Años después, Sumpter publica Fútbol y matemáticas. Aventuras matemáticas del deporte rey (Ariel).
La brillantez del mejor Barcelona de Guardiola la explica a través de la asimilación de dos reglas que parecen sencillas: moverse hacia el espacio libre y pasar el balón al pie. La renovada ilusión del hincha por ver un gol basada en la estadística de tantos. Que Ronaldo y Messi son “acontecimientos extremos”: únicamente aparecen en uno de cada 132 millones y medio de personas. Pero que, a poco que uno tenga un atisbo de corazón, las matemáticas no le ayudarán a escoger equipo.