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El Madrid paga un paso atrás ante el Dortmund

Tras un buen partido, los de Zidane reculan al final y ceden un empate en Alemania

José Sámano
Cristiano Ronaldo, al final del partido.
Cristiano Ronaldo, al final del partido.Bernd Thissen (EFE)

En un partido con muchos virajes, un buen Madrid tuvo empaque ante un rival que no es un cualquiera ni mucho menos. Pero abandonó la caldera de Dortmund con la sensación de haber dejado escapar un triunfo que jamás tuvo tan cerca en sus capítulos anteriores en esta plaza. Tras un duelo que exigió mucho tajo, el grupo de Zidane se blindó bien en la primera fase del choque y avanzó con decisión en el despegue del segundo tiempo. Pero se escurrió en el tramo final, cuando se enchironó cerca de Keylor, de regreso tras cuatro meses lesionado pese al calado de la cita. Un mal paso que permitió el empate alemán en el último suspiro. El duelo sirvió para ver en directo la reconciliación de CR con su técnico, la titularidad indiscutible de Keylor y el adelantamiento de James sobre el resto de competidores. Llegado el primer gran pulso de la temporada, Asensio fue a la grada.

El encuentro tuvo mucho cuajo. El Borussia es un equipo de puertas abiertas. Coloniza a su adversario en ataque con pases subordinados a buen ritmo, pero arriesga demasiado con su destape defensivo, asunto que deben zanjar casi en exclusiva los dos centrales, pesadotes ambos. Lo tenía estudiado Zidane, que, de entrada, ordenó un repliegue para invadir a los alemanes a la contra. El Madrid quiso bloquear a su rival en su zona de ataque, la más distinguida, y citarle en carrera en su sector menos fiable, la retaguardia. El proyecto exigía suela gastada para gente como James, Cristiano, Bale y Benzema. Los cuatro se remangaron para la causa, con el colombiano y el francés muy pendientes de arrestar a Weigl, el guía germano en el centro del escenario, un seguidor de Busquets. Esta vez, no hubo madridista que se hiciera el remolón. Mucho menos Kroos y Modric. Sin Casemiro, ambos se vieron forzados a tirar de escoba en posiciones más retrasadas de lo habitual. En el primer acto, el cuadro español nunca disimuló su intención de exprimirse en campo propio, desinteresado por un duelo de sacudidas mutuas, idas y vueltas, frente a un Borussia también con mucho picante con espacios.

Arrancó el Madrid con Cristiano de protagonista. Antes de los dos minutos, una mano de Ginter le posibilitó ejecutar una falta frontal. Aunque Bürki, meta local, acertó con el desvío, a CR no se le puso mala cara. La réplica alemana fue similar. Poco después, en lanzamiento parecido, Castro comprobó el estado de Keylor, que rechazó en vuelo la pelota. El primero de su catálogo de despejes, alguno fatídico. Pese a su error en el empate de Aubameyang, se entonó de maravilla con el discurrir del partido.

En pleno tanteo, Dembélé ya evidenció que Danilo, improvisado lateral izquierdo por la baja de Marcelo, iba a tener jaquecas. A sus 19 años, el extremo galo es toda una amenaza. Es descarado y no duda en tirar de chistera: sus vuelan por un lado y el cuerpo por otro. Jamás centra de primera, es un regateador puro, difícil de fijar porque maneja con igual soltura las dos piernas.

Schurrle alarga la maldición de Dortmund

El Madrid sigue sin conocer la victoria en Dortmund. Anoche se quedó a cuatro minutos de salir triunfante por primera vez del infierno amarillo, pero ese gol final de Schurrle lo evitó. Antes llegó el tanto de Varane, el primero del central francés en la Champions. Los zagueros blancos tienen la puntería bastante fina en este comienzo de temporada, ya son cinco los que han hecho diana: Sergio Ramos (3), Carvajal, Danilo, Pepe y ayer Varane. Está muy repartida la tarea del gol en el Madrid en estos primeros compases, hasta 13 jugadores han enviado el balón a la red.

Sigue la maldición, por tanto, del equipo blanco en Dortmund. Y es que el territorio alemán, en general, no es el lugar favorito del Madrid: de sus 31 visitas, solo cuatro victorias —tres de ellas en las últimas tres temporadas—, siete empates y 20 derrotas.

Mientras Dembélé se saltaba los protocolos supuestos a un chico tan joven, las dos primeras rutas de evacuación madridista marcaron el camino a los de Zidane. Al primer contragolpe, Benzema resbaló cuando enfilaba a Bürki. Al segundo relámpago llegó el tanto de CR tras una coreografía extraordinaria. Un simposio de cómo salir a la contra desde la cueva. Con un toque, con el empeine exterior del pie derecho, un golpeo de autor en el caso de Modric, el croata ventiló a una columna de futbolistas ajenos. Benzema recogió la pelota justo en la línea de medio campo, escorado a la izquierda. Conectó con Kroos, que trenzó con James, que filtró el balón para Bale, ya dentro del área. El galés, con el retrovisor de la coronilla, vio llegar a CR, al que cedió el gol con un taconazo. No falló el genio luso, que no perdió un segundo en festejar la diana con su técnico. Tras el volcánico relevo de Las Palmas, pelillos a la mar a la vista de todo el universo.

El gol dejó sonado al Borussia, que perdió tacto y empuje. Solo una pifia de Keylor le devolvió al partido, justo a un paso del descanso. El guardameta ya había tiritado en algún desvío de puños que requería un blocaje más bien sencillo. Un desliz de Sergio Ramos, y no fue el único, permitió un lanzamiento de falta lejano de Guerreiro. El meta tico tampoco quiso abrochar el balón y metió los nudillos de mala manera. El rechace al centro, lo que prohíbe todo manual, pegó en Varane y con la pelota rumbo a la red la sopló Aubameyang.

En el segundo tramo se estiró más el Madrid, que dio un paso al frente mientras se encogía el Borussia, al que perjudicó el cambio de Götze. Fruto del mayor empuje, rebajado el equipo alemán, llegó el tanto de Varane tras un centro de CR que había rematado a un poste Benzema. El Madrid tenía el partido en el guante, por el resultado y el juego. Pero le pudo el conservadurismo y, en el peor momento, decidió refugiarse de nuevo. Pura vidilla para un Borussia y su fogosa hinchada que no suelen rendirse jamás. Pulisic y Mor remediaron la sustitución de Götze, metieron otra marcha y Keylor, para entonces ya sí el verdadero Keylor, sostuvo al equipo con varias intervenciones de mérito. Nada pudo hacer en el latigazo final de Schürrle, broche de un encuentro de mucha enjundia que el Madrid tuvo a tiro hasta que dio un mal e innecesario paso atrás.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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