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Casimiro: “Romper el duopolio de Barça y Madrid es aire fresco”

El entrenador analiza su éxito y el primer título en la historia del Gran Canaria

Robert Álvarez
Luis Casimiro, en la final de la Supercopa.
Luis Casimiro, en la final de la Supercopa.David Aguilar (EFE)

Hace 18 años protagonizó uno de los mayores bombazos en el baloncesto al ganar la Liga ACB con el Manresa de Chichi Creus. Siete años después llevó al ascenso al Fuenlabrada y ganó la Copa Príncipe. Y hace diez días, hizo otra de las suyas al darle el primer título de su historia al Herbalife Gran Canaria, tras vencer al Baskonia en la semifinal y al Barcelona en la final. Luis Casimiro (Villamayor de Calatrava, Ciudad Real, 56 años) se emocionó cuando, nada más concluir la final, se fundió en un abrazo con su hija Gemma, en la grada del Buesa Arena. “Le gusta el baloncesto, pero nació un año después del título con el Manresa. Había oído que su padre, alguna vez, ganó algo. Estuve muy feliz de que estuviese en Vitoria”.

Pregunta. Firmó por el Gran Canaria el 29 de junio. Tres meses después lo ha hecho campeón. ¿Le pidieron un título?

Respuesta. Nadie me dijo que debía ganar un título. Al contrario. Lo que me encontré fue muchísimo criterio a la hora de hablar de temas deportivos y una estructura de crecimiento muy sólida.

P. ¿Y cómo ha conseguido un éxito así en un abrir y cerrar de ojos?

R. La construcción del equipo es muy buena. Es clave la continuidad de un grupo de jugadores que ya estaban aquí. Funciona bastante bien a nivel de dinámica de grupo, de relaciones personales. Los cuatro que llegan (McCalebb, Hendrix, Planinic y O’Neal) se integran muy rápido y muy bien. Nos respetan las lesiones, excepto Pablo Aguilar, que ya arrastraba molestias desde su paso por la selección. Trabajamos muy duro y cuando empezamos se nos fueron dando los resultados. En un momento de construcción, hacen crecer al equipo y dan confianza. Y así nos plantamos en Vitoria. Y allí se le vio al equipo que tiene la mentalidad y la ambición de querer ganar esos partidos, a base de trabajo, de defensa, de rebote, de ritmo. Partimos de la eficacia defensiva, queremos ser sólidos en el rebote y, siempre que podamos, correr, jugar rápido y contratacar. El Gran Canaria es un proyecto en pleno crecimiento y que se está haciendo sólido. Un aspecto determinante fue cuando se fue del CID (Centro Insular de Deportes, su pabellón hasta 2014) al Gran Canaria Arena porque allí creció como club y aumentó su masa social. Lo digo siendo un advenedizo.

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P. ¿Pero tiene usted una varita mágica?

R. Debo pensar que no es solo suerte. He tenido esas posibilidades con equipos que no están llamados a conseguir títulos. Pero no sabría cómo analizarlo.

P. ¿Hasta qué punto considera saludable para el baloncesto español haber roto la hegemonía de Barça y Madrid?

R. Es algo que ya viví con el Manresa. Entonces se dijo que romper esa dualidad, la supremacía de los presupuestos, era una bocanada de aire fresco. Pero lo habitual es que los equipos con mayores presupuestos tengan mayores posibilidades. Creo que lo que hemos conseguido ayuda al baloncesto. Y sí, se vive en el momento como una bocanada de aire fresco, aunque la realidad, en el campeonato, es otra. Lo que tengo claro, por mi experiencia, es que hablando no voy a conseguir nada. Ha sido el producto de un buen trabajo y han salido bien las cosas. Ojalá la Liga estuviese mucho más abierta.

P. ¿Cómo se rompe ese abismo presupuestario?

R. Estoy acostumbrado, soy un especialista en ir robándoles títulos a los grandes (ríe). Es broma ¿eh? Esa barrera se puede romper cuando todo sale bien, cuando tu equipo está bien construido y los engranajes y las dinámicas se dan bien. Entonces se pueden producir este tipo de victorias épicas.

Doy bastante libertad al jugador. Le propongo que lea el juego y le ayudo a tomar las decisiones

P. ¿Igual hay quien piensa mal, que algo tendrá que ver que tienen como presidente a un exárbitro como Miguel Ángel Betancor?

R. Yo lo que percibo es que es un hombre muy respetado en el baloncesto español e internacional. Solo con estar con él al lado en la cena tras ganar la Supercopa y ver las felicitaciones que le llegaban de todo el mundo, te das cuenta. Y eso bueno para el club. Me pitó en aquella final de la Liga que ganamos con el Manresa, y lo hizo en el cuarto partido, el día que quedamos campeones. Yo no lo recordaba pero, no sé, creo que vi una foto de ese partido y que él era uno de los árbitros.

P. ¿Un base estrella como McCalebb en el Gran Canaria?

Kuric es mejor jugador ahora porque disfruta más de lo que está haciendo después de lo que pasó (fue operado de un tumor cerebral maligno)

R. No sabíamos que estaba en el mercado. Cuando lo supimos, fuimos a por él. Sabíamos que estaba bien, que había terminado bien en el Limoges. Y él tuvo interés en venir con nosotros. Y ha venido con una tremenda humildad. Es un jugador muy ‘entrenable’, es de los que hacen lo que le piden los entrenadores.

P. ¿Le está pidiendo mucho para el equipo?

R. Yo doy bastante libertad al jugador. Les propongo que lean el juego y tomen decisiones. Nosotros les ayudamos que esas decisiones sean las correctas. Jugamos en base a ese estilo de juego, que era lo que ya se venía haciendo con Aíto (García Reneses), y que el jugador tenga esa capacidad de decisión. Y eso lo hago extensible a todo el equipo. Se prepara, se analiza, pero las decisiones se deben tomar en un segundo y con las pulsaciones a 180.

P. ¿Y el caso de Kuric?

R. Aparte de lo que todo el mundo sabe (fue operado dos veces de un tumor cerebral maligno en noviembre), él lo ha dicho, es algo que te marca. Y hace que se valoren más cosas. Y es mejor jugador ahora porque disfruta más de lo que está haciendo después de lo que pasó. Dicho esto, es un jugador con una gran ética de trabajo, muy duro, y a nivel personal, es una persona que tiene muchos valores, que merece la pena.

Cuando supimos que McCalebb estaba en el mercado fuimos a por él. Ha venido con una tremenda humildad y es un jugador muy ‘entrenable’

P. Cuenta con un jugador letón, Pasecniks, de 20 años y 2,16. Es inevitable la comparación con Porzingis, la esperanza de los Knicks y al que tuvo usted en el Sevilla. R. No se puede comparar. Sí son letones los dos y nacieron el mismo año. Pasecniks es un proyecto increíble de jugador que me he encontrado en el Gran Canaria. Está en pleno progreso. Puede jugar de cuatro o de cinco. Intentamos ayudarle a progresar y que tenga los minutos necesarios para ello.

P. ¿Y quién es el líder del equipo?

R. Es un grupo muy compacto. Hay que resaltar a un jugador que tiene 38 años (Albert Oliver) y está jugando con la misma ilusión que un junior. Ya lo entrené en Estudiantes y sigue igual. Los líderes, por lo que he escuchado a los propios jugadores, son Báez, que es el capitán y aglutina, y Oliver.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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