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Selección española de fútbol
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El síntoma Piqué

El central tenía decidido renunciar a la selección española en 2018 para administrar su carrera y acabar con el contencioso patriótico

Gerard Piqué explica los motivos de su renuncia a la selección.Foto: atlas | Vídeo: ATLAS
Ramon Besa

Acabado el Mundial de Brasil, Piqué pensó en dejar la selección porque se sintió señalado por el fracaso del equipo de Del Bosque. Aunque no le puso fecha de caducidad a su internacionalidad, la idea de renunciar a La Roja se ha mantenido en el tiempo, condicionada por su carrera en el Barça, hasta que ayer anunció que su retirada se produciría después de Rusia 2018. El central encontró seguramente el momento para expresar una decisión que no era fácil de comunicar ni argumentar después de que fuera acusado nuevamente de antiespañol y desleal por cortarse las mangas de la camiseta en las que se suponía figuraban símbolos con los colores nacionales, denuncia que no tenía ningún sentido como certificó la Federación Española.

El propio Piqué afirmó que no se trataba de una reacción en caliente a la salida de Shkoder. No tuvo inconveniente en aseverar, de todas formas, que la difamación que había sufrido en las redes sociales y en algunos medios por recortar su zamarra, era la gota que colmaba el vaso y, consecuentemente, se despediría del equipo de España en la próxima Copa del Mundo. La firme declaración del jugador ha generado, sin embargo, un nuevo debate, como ocurre siempre en cualquier asunto entre la selección y Piqué. Las preguntas se suceden: ¿La decisión es irrevocable? ¿Cómo va a seguir jugando hasta 2018? ¿Tan insoportable se le ha hecho la presión de las redes sociales de las que es tan asiduo?

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No es un problema de juego ni de seleccionador, porque el central asegura que está a gusto con Lopetegui y quiere disfrutar de un nuevo Mundial, sino de administrar su trayectoria y también de cansancio por un patriotismo mal entendido, sometido a un juicio sumarísimo por parte de quienes tienen a la selección como símbolo de una única idea, la que mide a los buenos y los malos españoles, como si cada partido fuera una jura de bandera para Piqué. Al jugador no le alcanza con defender la zamarra ni con que uno de sus hijos vista La Roja en Toulouse. Piqué está bajo sospecha en Francia y en Albania. La inteligencia está reñida con la intolerancia, y más en España.

La posición de Piqué es un síntoma más de la tensión que se vive en el país, subrayada por la rivalidad Barça-Madrid. El zaguero ha sido pitado en varios campos españoles cuando jugó con la Roja y se le ha señalado en Twitter y Facebook, en distintos medios y por varios periodistas, e incluso por exmiembros de la administración, circunstancia que ha provocado una situación de irracionalidad, difícil de sostener incluso para el divertido Piqué. El central no participa del patriotismo de pandereta y no entiende la fiscalización que sienten varios internacionales azulgrana en La Roja.

A Piqué se le ha oído decir: “Siempre defendí orgulloso la camiseta española, ¿por qué se duda de mí?”. La incomodidad le ha ayudado a tomar una decisión que tiene su base en los títulos ganados y en su empeño por regular los años que le quedan en el Barça. Han sido muchas las veces que se ha especulado con el futuro de Piqué con España. No se preveía, sin embargo, un final tan abrupto y sorprendente, cosa que resalta el nudo del conflicto: si era una decisión madurada, ¿cómo es que no la conocía el seleccionador ni se oficializó con el mejor de los protocolos de la Federación? Hoy se impone el ruido y el jugador no encontró mejor respuesta al talibanismo que quitarse de en medio y gestionar su futuro a la manera Piqué.

Aunque medió un comunicado, la federación siempre se desentendió del caso Piqué y de dar la mejor salida a una generación campeona de Europa y del Mundo. Piqué navega contra la corriente de quienes entienden que para jugar con La Roja no alcanza con disfrutar y conseguir los mejores resultados sino que se impone levantarse cada día con el himno de España.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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