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Stekelenburg decide el derbi del ‘dream-team’

El portero del Everton para dos penaltis en el empate de Koeman ante Guardiola

 Koeman y Guardiola durante el partido en el Etihad.
Koeman y Guardiola durante el partido en el Etihad.Phil Noble (REUTERS)

Cuando Ronald Koeman y Josep Guardiola jugaban juntos en aquel Barça que llamaron dream team, en la década de los años 90, cuando Pep aprendía de Ronald a ser futbolista, cuando el holandés le dio la mano y le adoptó en el vestuario, porque Cruyff le pidió que le enseñara y le cuidara, ninguno de los dos imaginó entonces que ayer se enfrentarían en un partido de la Premier League como entrenadores. Y lo hicieron en el Etihad, Koeman de visita al frente del Everton, Pep dándole hospitalidad como jefe del Manchester City. Y empataron, aunque mereció ganar el City.

Pero ayer no mandaron ellos; mandó Stekelenburg, el portero holandés de los toffes, que menos un remate de Nolito lo paró todo. Incluidos dos penaltis. Lo hizo todo el City para ganar, menos lo más importante: acertar ante el gol.

Cuando Pep se hizo mayor y cogió galones en aquel camerino que le dio al Barça la primera Copa de Europa de su historia en 1992, era normal que los entrenamientos en el campo de trabajo contiguo a La Masia terminaran con una apuesta. Se retaban a cualquier cosa, siempre con una pelota por medio. “¿Qué te juegas a que le pego tres veces seguidas al larguero?” soltaba Ronald. Y Pep, respondía: “Una cerveza fría”. Sabía que era la manera de alargar las clases particulares al lado de aquel holandés que le fascinaba, que le enseñó a ser futbolista, en toda la extensión de la palabra. Si ayer se habían jugado una, se la bebió el portero del Everton, que hizo suyo el partido con una actuación fascinante.

No será que el City no lo intentara, por dentro, y por fuera.Tuvo la pelota el 72% del tiempo, siempre en campo ajeno, salvo dos veces, las dos en la segunda parte, en dos contras. Una terminó con un tiro de Deulofeu y un paradón de Bravo; la segunda en gol de Lukaku, en el minuto 63. El tercer disparo no vio ni puerta. El City remató 13 veces, ocho entre los tres palos, incluidos los dos penaltis que paró el holandés: uno a De Bruyne en el primer tiempo y otro a Agüero, ya con 0-1. El argentino ha fallado dos penaltis en una semana —erró contra Paraguay el miércoles— y con el de ayer, van tres este curso, después de los que marró en Bucarest contra el Steaua, en la previa de la Champions.

“El resultado es una decepción sí, pero no el juego”, dijo Guardiola después del partido. “Ellos tuvieron una ocasión y la marcaron, un mérito de Lukaku que es un excelente jugador. El fútbol es el único deporte en el que el rival solo chuta una vez y pierdes”, se resignó el catalán. “Mis felicitaciones al Everton por el resultado y porque jugaron un buen partido en defensa”, añadió Guardiola, que disculpó a sus futbolistas de los errores en los penaltis. “Estas cosas pasan. El fútbol es así”.

En abril del 2001, Guardiola escribió que de Koeman aprendió que nunca eres el mejor cuando ganas porque cuando pierdes dos partidos seguidos te conviertes en un desgraciado. El City, su Manchester City que no perdonó un triunfo en el arranque, lleva tres partidos sin ganar de manera consecutiva y solo el empate del Tottenham contra el West Bromwich Albion (1-1) le privó a los de Pochettino de arrebatarles el liderato a los azules del Etihad.

El Arsenal, que ayer le ganó al Swansea (3-2), ya es segundo. La goleada de la jornada la protagonizó el Bournemouth al Hull (6-1). El Stoke City le ganó al Sunderland (2-0) y el Chelsea goleó al Leicester (3-0). El derbi del dream team lo decidió Stekelenburg.

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