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De Gea brilla en un clásico con poco fútbol

El meta español salva el empate para el Manchester United en un duelo contra el Liverpool con más aroma en la grada que en el campo

De Gea trata de tapar un centro de Firmino, delantero del Liverpool.
De Gea trata de tapar un centro de Firmino, delantero del Liverpool.PETER POWELL (EFE)

Hay detalles imperecederos en el fútbol inglés: estadios repletos, un aroma y una liturgia futbolera que le confieren un halo inigualable para cualquier otra competición. Pero desde hace ya un tiempo se destila un poso que rompe con la tradición. Puede que sea la globalización en sus planteles, el mestizaje de un estilo que era único, la que ha convertido bastantes de los partidos de la Premier League en infumables. El último duelo entre Liverpool y Manchester United, el gran clásico del fútbol inglés tantas veces electrizante fue un pestiño considerable que acabó en un empate sin goles después de que los locales diesen un leve acelerón frenado en seco por David de Gea.

El United llevó el partido a su terreno, el de la precaución, el ritmo bajo y la ausencia de contragolpes. El Liverpool no supo encontrar su estilo. Se preocupó durante bastantes minutos por la posesión de la pelota porque la perdió de inicio ante la ajustada presión pergeñada por Jose Mourinho, más incómoda que exigente para el Liverpool porque el plan de Jürgen Klopp pedía salir de atrás con el balón en el piso y sus zagueros lo interpretaron como si en lugar de un esférico manejasen un oval. Se armó el United con Pogba descolgado en la mediapunta y Fellaini y, sobre todo, Herrera sacrificados en un rol más posicional. En la pizarra y el duelo táctico murió el fútbol, apenas dos leves disparos a puerta, uno para cada equipo durante la primera hora de partido hasta que una internada de Matip encontró a Emre Can en el corazón del área del Manchester y una excepcional respuesta de De Gea.

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Fue el anuncio de que el desgaste empezaba a dejar grietas. Para entonces el Liverpool ya tenía la pelota y el United se aplicaba a restar, sin noticias de Ibrahimovic, con Rashford, Pogba y al final Rooney, que apenas jugó un cuarto de hora, esforzados en auxiliar a su defensa. Creció el equipo de Klopp, pero le detuvo De Gea, estelar en otra parada a disparo lejano de Coutinho, decisivo en un par de acciones para firmar un empate sin mucha chicha que deja al Liverpool a dos puntos de los líderes Manchester City y Arsenal. Mourinho los ve a cinco puntos desde la séptima posición y con la perspectiva de visitar al Chelsea el próximo domingo. Su equipo apenas ha ganado uno de sus cinco últimos partidos de liga.

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