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El Málaga disfruta en La Rosaleda ante el Sporting

Cuarto triunfo seguido de los andaluces en su estadio tras remontar ante un Sporting valiente, pero frágil en defensa

Rafael Pineda
Pablo Fornals celebra su gol al Sporting.
Pablo Fornals celebra su gol al Sporting.Jorge Zapata (EFE)

El Málaga se abona a las remontadas en su estadio. Siguiendo el guion que le permitió derrotar a Athletic y Eibar, el conjunto andaluz se impuso a un Sporting entusiasta, que se adelantó por dos ocasiones en el marcador y que acabó vencido por la insistencia del Málaga. Por la insistencia y también por la calidad de Juande Ramos en los cambios. A los 35 minutos metió al uruguayo Santos por Jony. El delantero hizo el 3-2. A los 57, dio protagonismo al estupendo Ontiveros, un juvenil que dibuja pases y grandes centros en la banda derecha. Ontiveros dio el 2-2 a Sandro. El talento de Juande en la dirección de los encuentros es innegable. También la parada de Kameni a Cop con el 2-2 y la expulsión de Lillo en el minuto 71. Demasiados inconvenientes para un Sporting de mucho corazón, descarado y valiente, pero demasiado frágil en defensa. El Málaga encadena su cuarta victoria seguida en casa y, sin hacer un juego demasiado brillante, se acerca a los puestos europeos. Al Sporting, fiel a su sino, le quedará sufrir. Y mucho, pues son ya ocho los choques que lleva sin ganar. Juande, en su partido 275 como entrenador de Primera, demostró que su olfato para dirigir los encuentros sigue intacto.

Tiene mucho mérito lo que hace el equipo de Abelardo. Jugar con dos delanteros, morir en cada balón dividido y dar la cara en un campo como La Rosaleda. Todas estas virtudes, sin embargo, no acaban de hacerlo un equipo fiable. Por ejemplo, cuando le pillan en un contragolpe en el alargue de la primera mitad. Un momento decisivo que marcó el partido, puesto que el Sporting acariciaba el descanso con ventaja en el marcador y el Málaga había dado señales evidentes de rendición. Juande había cambiado a Jony a los 35 minutos, Juanpi perdía un balón tras otro y la grada comenzaba a pitar a los suyos.

En esos momentos en los que el equipo local sufría, al Sporting le faltó oficio y templanza. El Málaga, después de un agradable inicio, fue una máquina de perder balones, con Camacho desaparecido y su defensa sufriendo los buenos movimientos de Borja Viguera y Cop. En uno de ellos, a los 13 minutos y después de un despìste de Juan Carlos, tan bueno en ataque como débil en defensa, Cop le sirvió el gol en bandeja a su compañero. En la jugada, magistral ley de la ventaja concedida por el colegiado Gil Manzano. El Málaga, rápido pero sin precisión, solo vislumbró la esperanza con el golpeo de Pablo Fornals que hacía el 1-1.

Cop metió una falta de categoría para volver a adelantar al Sporting. La nueva ventaja en el marcador no consolidó al conjunto asturiano. El Málaga aumentó sus revoluciones. Sin practicar un fútbol de demasiada calidad, es un equipo que tiene pegada. Ontiveros revolucionó el partido con su velocidad y sus regates. Un centro al área del canterano fue rematado de forma estupenda por Sandro. El delantero canario está en racha, anotando de forma consecutiva en las tres últimas jornadas. El tanto dejó muy tocado al Sporting, aunque todavía Cop tuvo una gran ocasión para hacer el 2-3. Surgió Kameni para hacerle un paradón al croata. Los asturianos, con uno menos, vieron cómo Santos se estrenaba en la Liga con un espectacular remate de cabeza. Fue el final doloroso a su aceptable partido. El Málaga se acerca a Europa y el Sporting seguirá sufriendo. Dos trayectorias distintas en una Liga que no perdona los despistes ni la fragilidad.

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