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¿Puede el Liverpool ganar por fin la Premier League?

El fútbol emotivo y frenético que promueve Jürgen Klopp lleva al club de Anfield a liderar el campeonato inglés, que no vence desde hace 26 años

Sadio Mané celebra uno de los goles que sirvieron para que el Liverpool llegase al liderato de la Premier League.
Sadio Mané celebra uno de los goles que sirvieron para que el Liverpool llegase al liderato de la Premier League.Jason Cairnduff (REUTERS)

El entrenador expansivo, el que quiere ganar pero además hacer sentir y emocionar a su gente, el que promueve la intensidad, la presión alta y las transiciones relampagueantes llegó al liderato este domingo en la Premier League y se dirigió a su gente: “Tened calma”, les dijo Jürgen Klopp. El Liverpool vuelve a mandar en la liga inglesa tras 916 días sin verse en la cima y afronta ahora un calendario accesible con Southampton, Sunderland y Bournemouth en perspectiva, sin distracciones de competiciones europeas porque no las disputa. Hace 26 años que no gana la liga, justo antes de que iniciase su camino la Premier League. Entonces el Liverpool era el equipo más laureado de Inglaterra con 18 entorchados ligueros. Ya no lo es. Desde entonces su rival más encarnizado, el Manchester United, ganó 13 campeonatos, el primero de ellos en 1993 cuando llevaba, curiosamente, 26 temporadas de abstinencia. “El Liverpool es el principal favorito para ganar el título este año”, advierte Walter Mazzarri, el técnico del Watford, goleado el pasado fin de semana en Anfield. Estas son las armas de un equipo redivivo:

El reto más deseado

El 29 de abril de 1990 cantó el Liverpool su último alirón. Aquel equipo dirigido por King Kenny Dalglish, que ejercía de entrenador-jugador, se construía sobre el meta Bruce Grobbelaar y el líder defensivo sueco Glenn Hysen, un elegante zaguero canoso. Pero sobre todo enamoraba por su exuberancia ofensiva, por Peter Beardsley, John Barnes y Ian Rush.

John Aldridge, héroe del penúltimo título en 1988, había tenido que salir la víspera de aquella temporada a la Real Sociedad tras el triunfal regreso de Rush. No hace mucho dejó una frase lapidaria: “En los últimos años han pasado por el Liverpool decenas de futbolistas que ni siquiera hubieran soñado formar parte de aquel equipo del que tuve que irme para poder jugar”. Tras 1990, las vitrinas de Anfield han recibido una Liga de Campeones, una Copa de la Uefa, tres Copas y cuatro Copas de la Liga, el último título logrado en 2012. Pero la abstinencia convierte a la Premier League en el reto más deseado en años.

El entrenador. Klopp llegó a Anfield hace un año y un mes tras interrumpir el año sabático que había planeado después de siete campañas en el Borussia Dortmund, un reactivo para un equipo languideciente. “I am the Normal One”, anunció al llegar entre la carcajada generalizada cuando lanzó su remedo de Mourinho. Y apuntó cual iba a ser el camino, el de una idea de juego emocional. “Mis equipos deben jugar a todo gas y al límite”, explicó. Táctica, sí, pero sobre todo corazón. A Klopp le atrajo la mística del Liverpool como territorio ideal para poner en práctica ese libreto. Todo además en un contexto marcado por la exuberancia económica del campeonato más rico del mundo. Klopp reivindica otros valores. “Dejen de pensar en el dinero, piensen en el fútbol”, reclamó en su primer día en Anfield. Y se marcó un reto con fecha de caducidad. “Creo que podremos ganar la Premier antes de que se cumplan cuatro años… si no lo más seguro es que mi próximo trabajo sea en la liga suiza”, bromeó.

Los jugadores. La Premier ficha caro y el Liverpool no es una excepción. Pero se había equivocado bastante durante los últimos años. Andy Carroll llegó por 41 millones de euros y se fue tras dos años al West Ham por 17, Stewart Downing hizo idéntico viaje en el mismo espacio temporal por 6 millones tras costar 23. Por Lazar Markovic se pagaron 22, por Fabio Borini 14. El Sevilla recibió 26 millones por Alberto Moreno y Luis Alberto. Klopp marcó unos límites nada más llegar. El primero consistió en arrogarse la decisión última sobre las incorporaciones y restar valor al criticadísimo comité de transferencia del club integrado por sus principales ejecutivos, gente de despacho. Y apuntó dos claves, una sobre el perfil de los refuerzos: “No voy a fichar a un imbécil porque juegue bien al fútbol. Cualquiera puede rendir en un buen día, pero quiero gente que sea capaz de hacerlo en un mal día”, la segunda sobre la inversión: “Me retiro antes de pagar 100 millones por un futbolista. Está bien saber quien fue el mejor jugador de la temporada pasada, pero a mí me fascina encontrar a quien será el mejor de la próxima”. El Liverpool fichó y vendió en la última ventana de mercado por el mismo precio, 80 millones de euros.

El equipo. Cinco de los once titulares el pasado fin de semana se habían alineado también de inicio en el último partido de Brendan Rodgers al frente del equipo. Cuatro de ellos lo hicieron en distinta posición. “Por fin juego donde estoy a gusto”, clama Emre Can, que había sido lateral o central y con Klopp ha vuelto a ser un box to box. Lucas Leiva ha retrasado su posición y evolucionó el pasado fin de semana como central. Milner se ha adaptado al lateral izquierdo y el capitán Jordan Henderson es ahora un solvente pivote defensivo. Por Roberto Firmino había pagado el Liverpool 45 millones de euros y no tenía muy claro donde ubicarlo. Klopp fue taxativo. “Será delantero centro y el primero en defender”. Ahora hace gala de su pegada, intensidad e inteligencia táctica, lo mismo que su compatriota Coutinho, que emerge como el futbolista más talentoso del equipo. Largamente esperado, promesa desde la infancia junto a Neymar, no solo se ha consolidado en el equipo sino que a sus 24 años se ha ganado la titularidad en la selección de su país.

Klopp abraza al delantero Roberto Firmino tras la victoria frente al Watford.
Klopp abraza al delantero Roberto Firmino tras la victoria frente al Watford.PETER POWELL (EFE)

Pero la clave de mediocampo hacia arriba es el intercambio constante de posiciones durante el juego. “Así generamos espacios”, revela Coutinho. Adam Lallana ha entrado en esa dinámica, no así Daniel Sturridge, el gran desafío pendiente de Klopp. Autor de 21 goles en 29 partidos hace tres campañas cuando el equipo acarició el título y formó una dupla demoledora con Luis Suárez, Sturridge reclama actuar en el eje del ataque y Klopp le pide que parta desde una banda. “Un punto de inicio”, ilustra. Pero donde en realidad empieza los partidos es al otro lado de la banda, en el banquillo. Otro futbolista en idéntica situación, el holandés Wijnaldum, que llegó el pasado verano desde el Newcastle por 28 millones, está ganado para la causa. “Es una bendición jugar en este equipo”, resumió tras completar con un gol el 6-1 al Watford el pasado domingo

Con esos mimbres, también con el alemán Karius, un meta sobrio que suple la irregularidad de Mignolet y llegó por apenas 7 millones de euros, el Liverpool es el equipo que más goles marca en la Premier y el que más tira a puerta con una media de 20 intentos por partido. En la última jornada batió el récord de disparos (17) entre los tres palos registrado desde que en 2003 se toma esa estadística. El equipo, más coral que el de 2014 con Suárez y Sturridge, no ha perdido en Anfield ninguno de sus últimos 19 partidos oficiales. Le acusan, como aspecto a mejorar, de tener problemas atrás sobre todo para defender las acciones a balón parado.

La propiedad. Un consorcio norteamericano, Fenway Sports Group, se hizo cargo de la propiedad del Liverpool en octubre de 2010 por 375 millones de euros. Seis años después el valor de mercado del club se ha cuadruplicado porque se mantiene entre los diez que más ingresa en el mundo, pero ha pasado a dar beneficios tras siete campañas en números rojos. Los nuevos dueños se habían subrogado una deuda con dos importantes entidades bancarias que ascendía a unos 400 millones de euros. Ahora el club está prácticamente saneado y acaba de inaugurar un graderío para que Anfield pueda recibir a cerca de los 60.000 seguidores los previstos en el proyecto de nuevo estadio que nunca verá la luz. The Financial Times reveló este verano que varios inversores chinos se han interesado por adquirir una participación en la entidad.

Anfield entona el "You'll never walk alone" en el partido del pasado domingo.

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