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Kariakin no teme a Carlsen

El aspirante ruso se muestra muy seguro y bien preparado en los dos primeros empates

Leontxo García

Serguéi Kariakin se ha esmerado en su preparación para el duelo de Nueva York contra Magnus Carlsen. No sólo en la técnica, como demostró el viernes en la primera partida, sino también en la psicológica, como se vio ayer en la segunda. El aspirante ruso confía mucho en sí mismo a pesar del desfavorable balance previo entre ambos, lo que indica que el campeón noruego tendrá que rendir al 100% para mantener el título. Tras dos empates, Carlsen tendrá las piezas blancas el lunes en la tercera de las doce previstas.

Serguéi Kariakin, durante el pasado marzo, en el Torneo de Candidatos de Moscú
Serguéi Kariakin, durante el pasado marzo, en el Torneo de Candidatos de Moscú

Aunque los dos primeros asaltos son pocos para predecir cómo será un combate, ha habido detalles significativos. Por ejemplo, Kariakin tuvo en el segundo un par de oportunidades de simplificar la posición y forzar un empate rápido. Eso hubiera tenido mucha lógica si su plan consistiera en no perder ninguna de las seis primeras partidas con el fin de poner nervioso a su rival. Sin embargo, Kariakin optó por luchar e invitar al campeón a entrar en complicaciones. Sólo alguien con gran confianza en sí mismo hace eso contra Carlsen. Aunque la partida duró menos de tres horas, tuvo lances interesantes, que se debieron precisamente a esa porfía del ruso en pos de situaciones agudas, que el escandinavo evitó.

Más de 600 personas pagaron 75 dólares (69 euros) para abarrotar el edificio Fulton Market (muy cerca del puente de Brooklyn) y dejar a otro numeroso grupo haciendo cola en la calle. La efervescencia del ambiente recordaba al del duelo Kárpov-Kaspárov de 1990, cuya primera mitad se jugó en Manhattan, o al de Kaspárov con el programa Deep Blue (IBM) de 1997. Como los dos jugadores están aislados del ruido por una gran mampara de cristal opaco, los espectadores pueden hablar, comer, beber, analizar variantes, escuchar a los comentaristas, comprar recuerdos u observar cómo trabajan los periodistas sin molestar a las dos grandes estrellas. “No sabía que había tanta gente aquí fuera. Es muy estimulante”, admitió Carlsen durante la rueda de prensa tras la partida, ante una multitud entregada a sus ídolos.

Como es habitual, los jugadores apenas dijeron nada interesante en sus respuestas, por el miedo a dar información sensible al rival. Lo más jugoso llegó ante la típica pregunta sobre cómo iban a emplear la jornada de descanso del domingo: “En realidad, no sé por qué tenemos que descansar tan sólo dos partidas. Y menos aún en un domingo, cuando todos estos aficionados podrían volver a venir bastante mejor que un lunes. Pero en fin, el reglamento dice que debemos descansar cada dos partidas”, se lamentó Carlsen.

Como casi siempre, Kariakin – quien se negó en redondo a responder cualquier pregunta sobre sus aperturas- tartamudeó en casi todas sus contestaciones. Es, simplemente, un problema en el habla, y sería erróneo atribuirlo a los nervios, porque da la sensación de estar muy seguro de sí mismo. El apoyo reiterado del presidente Vladímir Putin, la abundancia de recursos que le han asignado para contratar a buena parte de los mejores grandes maestros rusos como ayudantes o para concentrarse en lugares como Dubái o Miami –mientras Carlsen lo hacía en Chamonix (Alpes de Francia) y las Bahamas (Caribe)- y la consciencia de que el mayor peso psicológico lo soporta el campeón que defiende su título con la vitola de favorito, le han convertido en un rival aún más duro de lo que se esperaba.

Pero a Carlsen siempre le han gustado los grandes retos. Y puede asegurarse que defender su reinado ante un rival de su edad lo estimula mucho más que enfrentarse de nuevo al veterano Viswanathan Anand en 2014 tras haberlo destronado en 2013. En coherencia, el noruego debería de arriesgar más a partir del lunes, en el tercer asalto. En ese caso, este combate entre un genio y un sabio sería mucho más interesante de lo que se esperaba.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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