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El Sevilla remonta a un Deportivo maltratado por los elementos

La insistencia del equipo de Sampaoli le premia con dos goles en los últimos minutos tras un error arbitral que escamoteó un penalti a los gallegos

FOTO: El deportivista Florin Andone pugna con Gabriel Mercado. / VÍDEO: Rueda de prensa de los entrenadores.Foto: atlas | Vídeo: CABALAR (EFE) / ATLAS

Hay partidos y marcadores que dañan. Habrá que ver que ocurre con el Deportivo tras caer ante el Sevilla después de marchar dos goles por delante y ceder en los instantes finales tras una agonía a la que no pudo sobrevivir, un esforzado querer y no poder postrero ante un rival superior. Necesitaba los puntos el equipo local, también Gaizka Garitano, al que algunos ya discuten y al que ni la fortuna ni algunas puntuales decisiones de los árbitros ayudan a fomentar el crecimiento del equipo desde el sosiego clasificatorio y el de los más impacientes. Pero también precisaba los puntos el Sevilla, que reservó a algunos hombres de cara a su cita del martes ante la Juventus sin dejar de atender a la necesidad de no perder comba con los puestos cabeceros en la Liga. Ganó por insistencia en un partido vibrante que quizás por el sudor que quedó sobre el campo no mereció ver al final caras de derrota.

Todo comenzó bien pronto, antes de transcurrir el primer minuto. Resbaló Ganso y se desplegó en una contra el Deportivo para que percutiese Juanfran, un lateral que no deja de crecer, y enviase un centro que remató Babel a la red. Puede que el partido ya estuviese escrito con los renglones que siguieron a ese gol, puede que nada hubiese sido diferente. El Sevilla tomó la pelota y el Deportivo se apostó atrás ante un rival diferente. Sampaoli y Lillo tejen un equipo distinto que a la vez se expresa con una claridad meridiana: toma la pelota con la misión de llegar a la meta a través del pase sin riesgo, como si tejiese una telaraña en la que el esférico circula sin excesiva prisa mientras acumula gente por delante de él. Puede parecer sencillo de defender desde el orden, pero lo complica el despiste, el largo aliento que exige en el trabajo zaguero.

El Deportivo se acomodó en el esfuerzo quizás porque es una cuestión que a estas alturas no se debate en una entidad que debe apretar los dientes para regresar a tiempos que fueron mejores. Se ancló a Sidnei y Albentosa, a las ayudas en los flancos y por dentro, donde Bruno Gama operó como mediocentro postizo para conformar una línea de tres con Mosquera y Guilherme. Descolgados quedaron Emre Çolak, Babel y Andone, buena dinamita si se activaba una contra. Le costó al Deportivo porque el Sevilla cerró bien las puertas sin pérdida y garantizaba una continuidad en su idea, sin excesiva profundidad, cierto, pero irreductible en su porfía. “Merecimos la victoria por la propuesta”, rescató Sampaoli al final.

Encontró el espacio el Sevilla tras media hora. Lo halló Ganso, que tiene la ganzúa para cualquier intrincada cerradura. Puede que no tenga la velocidad precisa para marcar diferencias al máximo nivel en Europa, puede que haya que verlo, también, pero el brasileño es un orfebre. Un taconazo suyo abrió un espacio para dejar a Ganso solo ante Tyton. Reaccionó el meta con una parada de balonmano y tapó el gol. Decayó entonces unos minutos el Sevilla, pudo airearse el Deportivo, que no acabó de encontrar a Emre Çolak, pero sí a sus dos delanteros. Trabajó bien Babel y anotó Florin Andone, que hizo por fin el gol que tanto buscaba este año. Ya se había estrenado la jornada pasada en Granada, pero en esta ocasión cuadró el círculo que ha estado obligado a trazar tantas veces desde que empezó el campeonato, el de buscar el gol de la nada. Lo encontró desde el pico del área, tras deshacerse de un zaguero, picar la pelota entre otros dos y cruzar ante la salida de Sergio Rico.

Pero el éxtasis de Andone lo apagó de inmediato Nzonzi para demostrarle al Deportivo que no podía permitirse ni la alegría de gritar gol. Descontó el llegador sevillista en un frenético final de la primera parte, preludio de una maniobra de Sampaoli para llevar a su equipo todavía más arriba.

El técnico argentino decidió en el descanso retirar a Carriço, un central, y llamar a Vitolo, un extremo. Se armó con una zaga de cuatro en la que en realidad los laterales ejercían como extremos cuando el canario y Sarabia se cerraban para poblar por dentro el ataque. Se fue el Sevilla hacia arriba y encontró un muro, un ejercicio de supervivencia del Deportivo. Se instaló en el apuro el equipo de Gaizka Garitano, que también tomó decisiones. La primera fue la más evidente porque el partido no estaba para Emre Çolak y mucho menos si se apuesta por trabajar arriba con dos delanteros. Entró Borges para apoyar la brega, bajó incluso Babel para sujetar a Mariano y el Deportivo se encomendó a su esfuerzo defensivo para mantener la ventaja y a alguna esporádica excursión de Andone para sentenciarlo.

Ocurrió que Andone cogió la mochila, se presentó en el área de Sergio Rico y Mercado le desplazó con un descomunal y flagrante empujón que Mateu Lahoz no observó. La jornada pasada el Deportivo ya se dejó dos puntos en un error arbitral, y ya van varios descuentos más en apenas doce jornadas. No es previsible que le vaya a sobrar mucho para salvarse al equipo gallego, pero tampoco es disculpa para colegir que debió ganar al Sevilla. El equipo de Sampaoli buscó el gol con todo y no tiene poco. Empató porque era de justicia, porque además tenía mucha gente en el área para encontrar cualquier rechace. Lo hizo Vitolo y con cinco minutos por delante la orden desde el banquillo fue muy clara: regresar de inmediato a campo propio para que el balón se pusiese en juego y buscar la victoria. La encontró porque siguió y siguió. Marcó sobre la bocina Mercado, un central bajo los palos de Tyton, y los puntos se fueron a Sevilla. “El fútbol está siendo bastante cruel con nosotros”, resumió Garitano.

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