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Nico Rosberg: “Lo pasé muy mal”

La disputa entre el alemán y Hamilton refleja perfectamente el carácter de ambos

Oriol Puigdemont
Rosberg celebra la victoria junto a su mujer.
Rosberg celebra la victoria junto a su mujer.Kamran Jebreili (AP)

Nico Rosberg nunca pensó que proclamarse campeón del mundo de Fórmula 1 por primera vez le dejaría tan mal cuerpo. Nada más bajarse de su coche, el más dominante de la historia del certamen, 19 victorias de 21 posibles lo acreditan, el alemán casi se derrumba debido a la presión que tuvo que soportar durante todo el fin de semana en general y en las últimas 10 vueltas de la carrera en particular. No podía ser de otra forma si se estaba jugando la gloria con Lewis Hamilton, un animal competitivo como ningún otro integrante de la parrilla, que tiró de su lado más gamberro para tratar de arrebatarle la corona a su compañero de equipo. Hamilton repetía desde el viernes que en ningún caso se le pasaba por la cabeza ralentizar su ritmo –en caso de liderar la prueba– para dejar a Rosberg a merced de los tiburones. Aunque pensado fríamente, esa era la única opción que le quedaba al chico de Tewin, puesto que cualquier posición de podio de su vecino le servía a este para estrenar su casillero de títulos.

Creo que voy a necesitar algo de tiempo para recuperarme de tanta tensión"

Colocado al frente y a bordo de un torpedo plateado, el británico fue contemporizando en todo momento y así llegó al tramo final de la prueba, con los tres primeros en menos de un segundo. Hamilton ganó probablemente el gran premio más lento de su vida, puesto que terminó rodando al mismo ritmo que comenzó, a pesar de que su coche circulaba con 100 kilos menos de carburante en su panza. Una táctica que habrá quien calificará como poco elegante pero que es lícita al fin y al cabo, por más que a punto estuviera de acabar con los nervios de alguien. Especialmente en el muro de Mercedes, donde ya no sabían qué hacer para esponjar el pelotón.

Yo nunca trato de hacer nada que vaya en contra de los intereses del equipo" Lewis Hamilton

“El fin de semana ha sido muy duro, y seguramente por eso no se sido demasiado transparente. Era una forma de protegerme. La presión fue enorme, y aún más en las últimas vueltas de la carrera. Lo pasé muy mal. Fue una locura, y creo que voy a necesitar algo de tiempo para recuperarme de tanta tensión”, reconoció el flamante campeón, roto por las lágrimas. “Es muy sencillo: se puede entender perfectamente que la perspectiva del equipo era una y la de Lewis, otra”, resumió el corredor de Wiesbaden. “Hice todo lo que pude para que los demás se acercaran, pero Nico condujo de forma fantástica y por eso la cosa ha terminado así”, convino Hamilton, que una vez más pasó por alto las instrucciones que le llegaron por la radio. “No sé porqué no nos dejaron correr sin más, es una pena. Yo nunca trato de hacer nada que vaya en contra de los intereses del equipo, pero ya teníamos el título de constructores, así que nos la estábamos jugando Nico y yo. Así que no sé porqué tuvieron que intervenir”, se justificó el subcampeón de este 2016, que con 10 triunfos en su casillero, uno más que su colega, se convierte en el primero en llegar a esa cifra y que no consigue llevarse a casa el campeonato.

Si ser el protagonista de esta estadística no es como para celebrarlo, menos aún la que hasta ayer lideraba Rosberg, que tenía el honor de ser el piloto más fructífero de siempre (23 victorias) sin haberse llevado el premio más gordo de todos. “He pasado por momentos muy difíciles. Llegué a Mercedes en 2010 y la espera ha sido muy larga”, zanjó Rosberg, que primero tuvo que lidiar con Michael Schumacher y después con la principal estrella del certamen. Ayer fue Hamilton quien marcó el ritmo; desde ahora y hasta que el próximo Mundial arranque a finales de marzo le toca a él.

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