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El Atlético se impone a Las Palmas por intensidad

Los rojiblancos tienen pie y medio en cuartos tras vencer con goles de Koke y Griezmann

Ladislao J. Moñino
Los jugadores del Atlético celebran el primer gol.
Los jugadores del Atlético celebran el primer gol.Ángel Medina G. (EFE)

La Copa y el nuevo año vio la versión más sólida del Atlético en los dos últimos meses. Se embolsó en Las Palmas más de media eliminatoria y dejó la sensación de que por primera vez en mucho tiempo pudo mantener la intensidad durante los 90 minutos. Fue de nuevo ese equipo de juego y ritmo machacones que tanto descompone a los contrarios. La reinvención de Simeone, al menos en la pizarra, se ha quedado en regresión. El camino no es nuevo. En cada bache desde que llegó el técnico argentino la receta del equipo ha sido la misma. Hacerse fuerte atrás para tratar de crecer a la intemperie de lo que arañen los delanteros o recojan los centrocampistas en las segundas jugadas. En esa reconversión de lo que quiso ser a lo que fue, al Atlético se le han ido cayendo los adjetivos que apuntaban a otro fútbol. Le han rebrotado otros. Los que le califican de equipo ordenado, incómodo por canchero, por ese arte de saber hacer las faltas tácticas, de saber jugar al límite del reglamento, una virtud guardada en el cajón.

El intento de ser un equipo más dominador desde el balón ha pasado a un segundo plano. La versión más original se ha impuesto. Gabi ya tiene un escudero al lado, Saúl, con el que se siente más seguro. Godín ya no ve tanto espacio por delante de él ni siente tanto temor a su espalda. Así que en Las Palmas se vio a ese Atlético más reconocible. Muy metido en cómo desactivar al contrario. Sabedor de que sin Roque Mesa no hay Las Palmas posible, Simeone ordenó una presión alta y lanzó a Saúl para que no pudiera contribuir sacar el balón. Desconectado el jugador sobre el que gira todo el juego que propone Quique Setién, con Vicente y Hernán ahogados también por esa presión o alta o media que hacía tiempo que no se veía tan intensa y eficaz, quedó Las Palmas para las aventuras de Viera y poco más.

Sin posibilidad de armar juego desde atrás, el conjunto local fue sometido por el Atlético al partido que menos le convenía. No padecieron los rojiblancos ese baile de balón que se habían llevado en los tres enfrentamientos anteriores. Le buscó el error el equipo de Simeone en las salidas de balón. No solo apretaron a Roque Mesa, también cuando intentaba salir por los costados Las Palmas se encontraba con dificultades. Así que se vio al conjunto de Setién apurado en varias entregas cerca de su propia área. Territorio propicio para ese juego simple de robar y armar la contar. O de encajonar al equipo contrario a fuerza de ganarle cualquier disputa, ya fuera por arriba o por abajo, tras un saque de banda o uno largo del portero.

En ese juego de rompe y rasga encontró el Atlético el gol pasados 20 minutos. Un centro desde la derecha, un rechace y un disparo cruzado de Koke, bien situado en el balcón del área. En ese juego la llegada de los centrocampistas empujando es fundamental. Otra virtud a recuperar. Koke, que vale para todo, siempre ejecutó bien esa ecuación: más presión, menos balón, menos toques, pero más definitivos. O un pase de primera al espacio o un disparo a puerta. De momento, es lo que hay y no le fue mal.

 Con un toque sin profundidad Las Palmas quedó reducida a un juego insulso. Solo Asdrúbal tuvo en sus botas una ocasión clara al borde del descanso, pero pecó de pie blando para desviar bien su remate a un palmo de Moyá. Fue el momento más inquietante para el Atlético, en el que ahora la novedad ahora es esa doble banda Vrsalkjo-Juanfran. Por un lado le permite a Simeone incrustar al croata en el once y por otro no abandonar en el banquillo a uno de los jugadores que más le han dado en estos cinco años. La solución no ha tenido mala pinta en los dos partidos en los que ha sido empleada. Anoche, si el primer gol llegó por la derecha, el segundo también. Un cambio de orientación, un buen control, un buen centro pasado al segundo palo y una dejada de cabeza muy buena de Gameiro para que Griezmann remachara también con la testa.

Esta opción descarta a Carrasco, que parece condenado a pelearle el puesto a Gameiro porque no parece muy probable que Simeone aparque mucho a Gabi para meter a Koke y Saúl en el medio. Sobre la base que se vio anoche el Atlético tratará de reacomodarse en la Liga y de competir en los torneos cortos. Con ese molde, ya está casi metido en los cuartos de final de la Copa.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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