El peor Barça desde 2008 se pierde en el área
Los azulgrana, con la puntuación más baja desde el último año de Rijkaard, pagan su escasa efectividad en los dos últimos duelos
Los números no cuadran en el Barcelona. El equipo suma 35 puntos en la Liga, el peor registro desde la temporada 2007-2008. Frank Rijkaard entrenaba entonces al conjunto azulgrana, Messi llevaba melena y el 19 en la espalda, y Luis Enrique apuraba sus últimos meses alejado del fútbol profesional antes de hacerse cargo del filial un curso después. El equipo azulgrana acabó desangrado en la Liga, tercero, a 18 puntos del Madrid, campeón.
Desde entonces, el Barcelona siempre había sumado un mínimo de 38 puntos en la jornada 17, siempre como líder o segundo clasificado, y con una desventaja máxima de cuatro puntos respecto al primero. Hoy suma 35 puntos, es tercero, y el líder, el Madrid, vuela con 40 y un partido menos.
“No estamos donde nos gustaría, es evidente”, reconoce Luis Enrique, seguro de que su equipo competirá por el título. “Tenemos que seguir jugando de esta manera, pero ganando los partidos”. La falta de puntos y las dificultades para acceder a cuartos en la Copa del Rey responden a una ecuación lógica. El Barça y su tridente han perdido la puntería. Y sin goles, las victorias no llegan. “Generamos mucho juego y creamos opciones de gol, pero nos quedamos sin efectividad”, admite el técnico.
Sus chicos han necesitado 25 remates en los dos últimos encuentros para conseguir dos dianas. El poco tino del Barça, construido para que el tridente aproveche su poderío en el área, ensombreció las buenas fases de juego contra el Villarreal. Messi, Suárez y Neymar remataron 11 veces, tantas como es habitual, pero el gol solo llegó en otra falta teledirigida del argentino, como en el último partido, de Copa, ante el Athletic. Los tantos ya no llegan de jugada, y el 10 es el único que marca desde Año Nuevo. Sus tantos abrieron el camino del Barça en los octavos de la Copa y rescataron un punto del estadio de La Cerámica.
Pero la brújula del equipo para llegar al gol ha perdido el norte. Neymar, que disparó tres veces contra el Villarreal, sigue fallando todo lo que intenta, y ya acumula 976 minutos en 11 encuentros sin celebrar un gol en todas las competiciones. Su último tanto fue en Champions el 19 de octubre contra el City. Es la peor racha del brasileño en el Barça, que supera por mucho su anterior registro de 580 minutos sin ver puerta, el curso pasado. “Las cosas no salen siempre como uno quiere”, reflexiona el brasileño. El Barcelona perdió entonces sus opciones en la Champions y a punto estuvo de dejar escapar la Liga. La sequía de Neymar se repite este año cuando el conjunto azulgrana está en un momento clave en las dos competiciones nacionales.
Menos habitual es el parón de Suárez. El uruguayo tampoco anotó ni en Vila-real ni en Bilbao, y sus goles no llegan como la temporada pasada, cuando marcaba en el 62% de los partidos que disputaba. El registro desciende este curso hasta el 48%. “En el primer tiempo contra el Villarreal pudimos haber conseguido alguna diana”, se lamenta Suárez, que busca su tanto número 100 con el Barça en partido oficial.
Messi monopoliza el gol
Con el uruguayo a la espera de volver a arrancar y con Neymar en la sala de espera, el tridente se presenta descompensado. Messi vuelve a erigirse como la mejor solución del ataque azulgrana. El argentino suma 17 goles desde que reapareció el 15 de octubre contra el Deportivo después de tres semanas de baja. Su impacto en el contador azulgrana se ha multiplicado. Cuando Messi juega, el 53% de los goles del Barça llevan su firma. El buen estado del 10 contrasta con la falta de apoyos en la Liga. Jordi Alba es el único futbolista ajeno al tridente que ha marcado en las siete últimas jornadas de Liga. De los tantos, al inicio de la campaña, de Rafinha (cinco), Rakitic, Arda y Piqué (dos), nada se ha vuelto a saber en la competición doméstica.
El Barça promedia 2,5 goles por partido en la Liga, un registro similar al de toda la era Luis Enrique, pero inferior al de los azulgrana desde aquel fatídico curso 2007-2008. “Lo más difícil del fútbol es hacer goles”, mantiene Luis Enrique. El técnico pide una reacción: “Hay que cambiar la dinámica”. Y afinar la puntería para que los números cuadren.
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