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Brindis del tridente del Barcelona ante el Athletic de Bilbao

Suárez, Neymar y Messi, con otro asombroso libre directo, abaten al correoso equipo de Valverde

Messi celebra su gol con Neymar. En vídeo, rueda de prensa del entrenador del Barça, Luis Enrique.Foto: atlas
Ramon Besa

Vuelven los viejos tiempos en el Camp Nou. El tridente reapareció en la Copa. Un gol por barba de los delanteros del Barça selló la sufrida y también merecida clasificación de los azulgrana ante el Athletic. El encuentro de vuelta nada tuvo que ver con la ida de San Mamés. El de anoche fue un thriller con muy pocas secuencias que valieran la pena después del filme trepidante de Bilbao. Una vez reducida la contienda a una cuestión psicológica, a un asunto de espacio-tiempo, no les tembló el pulso a Messi, Luis Suárez y Neymar.

Aunque el debate sobre la alineación se centra siempre en el puesto de volante derecho, demarcación de la que se ha caído Rakitic y ayer ocupó un inocuo Rafinha, el aficionado del Barça no le quita el ojo a las áreas desde que dejaron de ser el punto fuerte del equipo de Luis Enrique. Necesitan los azulgrana de los goles del tridente porque la defensa concede ocasiones en cada partido, también en la Copa, una competición que penaliza más los errores que la Liga. Marcaron por fin Luis Suárez y Neymar y, por supuesto, no faltó el gol de falta de Messi, suficiente para compensar el tanto de Saborit y el 2-1 de San Mamés. El partido quedó resumido en los cuatro goles después de un juego muy táctico propiciado por el despliegue de equipo de Valverde.

La suplencia de Aduriz no disminuyó la presión del Athletic. Achicaban tan arriba los rojiblancos que la mejor línea de pase de los azulgrana fue el pase largo de Cillessen. El plan de Valverde obligó al Barça a ser profundo, y especialmente a buscar la mucha cancha habilitada entre la zaga y el portero Gorka. No había un momento para pensar, ni por tanto para controlar ni elaborar, y se imponía la velocidad punta, circunstancia que dificultaba la posesión y la precisión, un terreno que beneficiaba al Athletic, obligado en cualquier caso a sincronizar los movimientos defensivos, a no cometer ningún fallo, a jugar al límite en el Camp Nou. La incomodidad barcelonista era tan manifiesta que por un momento pareció que Neymar y Suárez jugaban juntos por primera vez en el Barça.

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Muy descoordinados y precipitados, los azulgrana solo contaron una sola ocasión de gol cuando ya se llevaba media hora, y curiosamente fue un gol mal anulado por un fuera de juego inexistente de Neymar. Asumía mucho riesgo el Athletic, pendiente del banderín del linier, y ante la nulidad de la banda derecha azulgrana, empezaron a combinar los futbolistas de la izquierda: Alba, Iniesta y Neymar. La lesión de Etxeita, sustituido por Elustondo, desestabilizó un poco más al Athletic. Ya no perdonó el Barça en la segunda llegada después de que se conectaran los tres delanteros: Messi abrió para Neymar y su centro pasado fue rematado de manera espectacular por Luis Suárez. Nada mejor que una dura volea cruzada del uruguayo, certero cuando remata de primera, para celebrar el gol 300 del tridente del Barça.

Había que ser muy selectivo y certero porque las oportunidades eran mínimas por la dificultad que tenía el paciente Messi para conectar con el desmarque vertiginoso que tiraban Neymar y Luis Suárez. Abatido y momentáneamente eliminado, el Athletic respondió con la entrada de Aduriz mientras Williams se dejaba caer en el costado de Alba. El juego, sin embargo, continuó por la banda de Neymar, siempre decisivo contra los vascos, barrido de mala manera por Bóveda, que se resbaló después de un largo cambio de Umtiti. Messi dejó que fuera el brasileño quien transformara con suspense el penalti y se reencontrara con el gol después de una sequía que duraba desde octubre cuando la visita del City. Los muchachos de Valverde, sin embargo, empataron en su primer remate a la meta de Cillessen.

Elustondo le ganó la carrera a Alba y su centro lo cabeceó en el segundo palo Saborit. El tanto aturdió al Barcelona y serenó al Athletic. El encuentro quedó en punto muerto, sin ritmo ni continuidad, a merced de un tiro libre, la suerte preferida de Messi, que igualó el registro de Koeman (26) con un nuevo lanzamiento sorprendente para Gorka. Aunque volvió a apuntar al lado del portero, el 10 tiró a la base del poste izquierdo del marco del Athletic. No hubo parábola sino un lanzamiento raso que no parecía registrado en el amplio repertorio de Messi. La jugada valió para sellar la clasificación después de que Luis Enrique sustituyera a Neymar e Iniesta, un signo de que el fin justificaba los medios en la Copa para el Barça después de quedar rezagado en la Liga.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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