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El Eibar castiga los errores del Deportivo

El equipo de Ipurúa se acerca a los puestos europeos tras derrotar a un rival que no supo sacar fruto de sus minutos de buen fútbol y penó por sus fallos defensivos

Parada del meta Yoel tras remate de un jugador deportivista.
Parada del meta Yoel tras remate de un jugador deportivista.Javier Etxezarreta (EFE)

Presenciar un partido de competición europea en Ipurúa empieza a no parecer una quimera. Ahí está el Eibar para quebrar cualquier límite que le pueda marcar su modestia a base de orden, esfuerzo y unas estimables gotas de talento y competitividad. A toda pastilla transita el Eibar, que se acomoda como pocos a partidos de largo aliento y empieza la segunda vuelta con 29 puntos, no demasiado lejos ya de los que darán la permanencia. Los vascos derrotaron al Deportivo, que sigue en el diván, preocupado porque ofrece sensaciones que invitan a pensar que no pasará apuros para permanecer en la categoría, pero incapaz de despegarse de las posiciones de retaguardia. Se fue demasiado castigado el equipo gallego de Eibar porque comenzó dos goles abajo, pero buscó y mereció el empate al inicio de la segunda parte y a partir de ahí abrir un nuevo partido. Perdió por los aciertos del rival, pero también porque se los puso en bandeja con groseras equivocaciones.

Todo ocurrió en un partido de ritmo elevado, por momentos extenuante, una batalla titánica de presión, intercepción, brega y disputa en la que encontrar las ventajas que ofrecen espacios solo estuvo al alcance de los talentosos. El Deportivo se llevó dos sopapos iniciales porque no acabó de juntarse bien. Adrián marcó a los cuatro minutos en una genialidad propia de quien tiene un guante en la bota. De casta le viene al galgo y el hijo de Michel colocó un disparo liftado que encontró hueco entre Tyton, que es un tallo, y el larguero. Quizás el meta estaba un par de pasos más adelantado de lo aconsejable, pero de lo que no cabe dudar es de la perfecta ejecución del centrocampista madrileño.

El Deportivo mostró alguna buena intención tras tan traumático inicio, pero al cuarto de hora volvía a estar de nuevo en la lona tras un error en el despeje de Fernando Navarro que le dio la opción de una respuesta rápida al Eibar justo cuando salían los zagueros blanquiazules. Adrián le devolvió a Sergi Enrich la gentileza que había tenido este unos minutos antes para habilitarles en el primer gol y el delantero mallorquín definió con prestancia. Entonces el Deportivo hizo lo que mandan los cánones, descontó en el marcador casi de inmediato con un centro de Carles Gil y un testarazo de Emre Çolak.

Futbolistas y aficionados del Eibar celebran el segundo gol del equipo vasco.
Futbolistas y aficionados del Eibar celebran el segundo gol del equipo vasco.Javier Etxezarreta (EFE)

Veinte minutos y tres goles después nadie sujetaba las riendas de un partido. El Eibar pareció más cómodo en ese descontrol, así que el Deportivo buscó bajar la pelota al piso y ganar metros con ella. Esbozó ese plan en la recta final de la primera parte y lo acabó de plasmar después del descanso cuando con ese libreto simplemente acabó por encerrar al Eibar y someterlo a un asedio del que solo liberó a los vascos el meta Yoel, decisivo en varias intervenciones. Fue un Deportivo pugnaz, enfocado a la batalla por el guerrero Andone, una vez más desafortunado con alguna puntual decisión arbitral como un penalti de Lejeune a Emre Çolak que el árbitro pasó por alto. Se ajustó atrás el Eibar como pudo y maniobró Mendilibar para reforzar la zaga con Arbilla, un zaguero, en detrimento del incisivo extremo Inui. Justo cuando realizó ese cambio encontró el gol que le dio el pasaporte de la victoria, otro mal despeje, esta vez de Emre Çolak, otro balón desde un flanco al centro cuando el equipo salía y de nuevo la capacidad resolutiva del Eibar para sentenciar con gol de Lejeune y nueva asistencia de Enrich.

Restaban veinte minutos, pero el Deportivo ya apenas esbozó una respuesta efectiva, desquiciado por su desdicha, apurado porque no ha logrado ganar lejos de Riazor en lo que va de temporada y en su estadio deberá recibir en esta segunda vuelta a Real Madrid, Barcelona y Atlético además de disputar el derbi contra el Celta. Quiere y no puede el equipo de Gaizka Garitano, ovacionado en su regreso a Eibar. Él ayudó a construir lo que hoy se disfruta en Ipurúa, que no es poco.

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