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El Barça pactó con sus jugadores rebajar las protestas arbitrales

El club azulgrana, que no quiere "entrar en una batalla con el Comité", prefiere mantener un tono sereno sobre las críticas a los colegiados

Neymar protesta el penalti antes del gol anulado ante el Betis.
Neymar protesta el penalti antes del gol anulado ante el Betis.CRISTINA QUICLER (AFP)

El Barça dejó hacer a Gerard Piqué, a veces identificado incluso como el portavoz de un consejo directivo y de un plantel silenciosos, hasta que se plantó a la salida del estadio de la Cerámica y con el dedo señaló al palco, supuestamente a Javier Tebas, presidente de la Liga, aunque también se especuló con la posibilidad de referirse al vicepresidente azulgrana Jordi Mestre —el directivo asegura que para entonces ya se había retirado y atendía a la televisión— para denunciar: “¿Lo has visto? Sí, tú, tú”. El central se quejaba porque el árbitro no había pitado penalti en ninguna de las dos jugadas en que Bruno le dio con la mano a la pelota en el partido contra el Villarreal.

Mensaje con firma Barça

Aquel gesto, que dio continuidad a las quejas del central después del partido copero de San Mamés —“Ya sabemos cómo funciona esto. Queremos jugar al fútbol y no a la ruleta; esperamos que suban su nivel”— inquietó especialmente a la directiva por entender que podía perjudicar al equipo y al club, sobre todo si no se conseguía articular un mensaje institucional con la firma del Barça. Así que cuando Albert Soler, director de deportes profesionales, acompañado del propio Mestre, se reunió con los pesos pesados del equipo en una reunión ordinaria para tratar diferentes temas, sacó “el tema arbitral”, como se le llama en el Barça. “Aunque no fue reunión organizada expresamente para tratar sobre los árbitros, se pretendía alcanzar un pacto entre directivos y jugadores para consensuar un discurso sobre los árbitros, cosa difícil: si hablas de ello es malo y si no pues te acusan de cobarde”, afirma uno de los participantes en el encuentro del vestuario. Desde la cúpula del club intervienen. “Pero es algo que se ha ido hablando desde el principio de la temporada. Ya acordamos lo que se debía hacer respecto a estos casos”, esgrimen; “aunque tras ese incidente sí que mantuvimos diferentes conversaciones a través de WhatsApp con los capitanes, también con interlocutores como el delegado Carles Naval y el team managerdel primer equipo Pepe Costa”. Y añaden: “No fue una reunión específica como sí ocurrió cuando existió el veto FIFA y se acordó que todos dijéramos lo mismo”.

“Todas las partes convenimos en la necesidad de tener un discurso sereno”, apostillan desde el vestuario. Argumento que refrendó posteriormente el director general Óscar Grau: “Tenemos que estar alineados en un tema tan sensible y que provoca tanto desgaste al club”. Percepción que se ha constatado en los últimos partidos del Barça. Desde las oficinas de la ciudad deportiva agregan: “Si rajáramos de los árbitros sería mucho peor. No queremos ni podemos empezar una batalla pública con el Comité Arbitral. Pelota al suelo”. Por eso decidieron, por ejemplo, no denunciar la agresión de Aduriz a Umtiti en el partido copero de la ida de los octavos frente al Athletic. “Es que el Comité tendría que entrar de oficio siempre. Por algo tiene la potestad”, argumentan desde el Barça; “es algo que no podemos entender. En la Premier no pasa lo mismo porque siempre se valoran las imágenes de la televisión”. Cuestión, entonces, de querer o no trabajar.

Los jugadores del Barcelona aceptaron la propuesta, aunque instaron a la directiva a arreglar “el asunto”, a “buscar soluciones” de manera inmediata, de acuerdo con la expresión utilizada por Messi, según informó el programa Que t'hi jugues de Ràdio Barcelona. “Está claro que los jugadores quieren ver resultados al aceptar esta política. Es lo lógico”, admiten desde el club. Ocurre, sin embargo, que en los últimos partidos, el equipo azulgrana ha sido mal recibido en estadios no necesariamente adversos, como Ipurua o Anoeta, y algunos contrincantes se han quejado del trato de favor recibido por el Barça, como ocurrió con Illarramendi, centrocampista de la Real Sociedad. “Pues por eso decimos que no hay que empezar una batalla. Sería mucho peor”, constatan desde el club. Los futbolistas están igualmente muy enfadados por el arbitraje de Hernández Hernández en el campo del Betis, sobre todo por el gol anulado a Jordi Alba. “¿Pero qué vamos a denunciar? Una vez arbitrado no se puede cambiar la resolución”, lamentan; “otra cosa es que en el Comité Arbitral ya saben que estamos enfadados”.

Neymar se salta el guion

Neymar, sin embargo, sí que se saltó por momentos el guion y colgó dos fotos en Instagram con la imagen del tanto no concedido, el penalti previo que le hicieron y la expresión “hahahaha”.Desde el club opinan: “No es lo que tocaba. Si alguien hubiera denunciado esto, sería el jugador el que afrontase la multa como siempre hemos hecho en estos casos”. Luis Enrique, en cambio, reiteró la necesidad de “ayudar” a los árbitros, un discurso que ha mantenido desde siempre, antes incluso del pacto, y que ahora ha asumido también la directiva, como se apreció en las manifestaciones de Javier Bordas, representante del club en el Villamarín: “Hay que introducir la tecnología ya mismo en el fútbol”.

Desde la cúpula del club se posicionan: “El discurso del técnico va de la mano del nuestro porque pensamos lo mismo. Nuestra línea pasa por ayudar al árbitro con los mecanismos que sean necesarios para que su trabajo sea más fácil. Y para ello es poner tecnología al servicio de los árbitros”. Piqué, mientras, calla y completa sus mejores partidos con el Barça. “A veces hay que tener precaución con los colegiados, pero [a Piqué] le apoyamos en todo”, proclamó hace poco Luis Suárez.

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