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Luis Suárez, el gol con botas

El delantero, con una carrera, un autopase y cuatro toques, batió al Atlético con un tanto para las hemerotecas

Jordi Quixano
Luis Suárez festeja su tanto al Atlético.
Luis Suárez festeja su tanto al Atlético.Emilio Naranjo (EFE)

La cháchara en el túnel de vestuarios fue de lo más divertida. Abrazos, alguna colleja cariñosa y muchas risas. Luis Suárez y Godín, compañeros de la selección uruguaya pero rivales anoche, bromearon antes de salir al campo y disputar la ida de la semifinal de la Copa. Pero en el tapete, acostumbrados a como están a no dejar balón huérfano ni esfuerzo de menos, no había lugar para la bufonería. Pronto lo aclaró Luis Suárez.

Para el Cholo Simeone no hay un delantero más hiriente que el charrúa, hasta el punto de que lo pidió como refuerzo para el Atlético antes de que el Barcelona pusiera los ojos en él. No se dio el fichaje y el 9, que siempre quiso vestir de azulgrana, acabó en el Camp Nou para disgusto del técnico argentino. “Es un delantero maravilloso, tremendo, extraordinario, fuerte, agresivo, intenso. Asiste, y marca desde cualquier lado”, le definió hace un par de años. Sabía de lo que hablaba Simeone, que anoche lo sufrió en sus carnes. Fue Mascherano lo que El Negro Enrique para Maradona en el Mundial de México 86. Resulta que una anticipación y robo del 14 acabó en un pase para Luis Suárez, que recibió en su propio campo pero ya tenía la portería rival en el entrecejo. Arrancó el delantero con un control orientado al que le dio continuidad con un preciso y veloz autopase ante Savic. Ya en carrera –como atacó el Barça durante todo el encuentro porque con el centro del campo que tenía tampoco le daba para conjugar demasiado la pelota-, le retó a su pareja de baile (Godín) a un sprint del que salió bien parado. Y cuando Moyá trató de reducir los espacios al adelantar su posición, Suárez la colocó con el exterior a la izquierda del meta, al fondo de la red. Una jugada, pues, que se resume en cuatro toques y una carrera, en un golazo de arrea para guardar en las hemerotecas. “Había que salir enchufados desde el principio”, pareció justificarse el jugador, poco dado a tirarse piropos.

El tanto, por su belleza, empuje y habilidad, recordó al de hace dos años frente al PSG, cuando desde el costado derecho lanzó otra carrera que resolvió con un túnel sobre David Luiz y definió a las mallas tras una croqueta. “Es un tipo que nació con el gol, un delantero vital para cualquier partido y sobre todo para los encuentros grandes”, explican desde las oficinas de la ciudad deportiva del Barça. Así lo volvió a demostrar el 9, un delantero que no engaña porque su única trampa está en el remate, porque en los últimos 12 partidos ha festejado 11 tantos y sigue de pichichi de la Liga con 16 dianas, seguido por Messi, que cuenta con una menos. Nada raro en un futbolista capaz de marcar 59 goles en el curso anterior, Bota de Oro que señaló a sus compañeros como los artífices del éxito. Quizá por eso se enfadó tanto con Neymar al final del primer acto, cuando el brasileño se entrometió en un pase hacia Messi y desperdició la ocasión.

Se sabe que al Cholo lo que más le gusta, y por tanto lo que más le desespera cuando lo tiene delante, es que sus centrales no son capaces de atarle en corto, de fijarle la marca. Tampoco lo consiguieron anoche y Suárez cumplió con su objetivo del gol, ahora que ya cuenta 106 en 126 encuentros para colocarse como el decimoquinto anotador de la historia azulgrana. “Teníamos que hacer un gol aquí, era importante e hicimos dos. Pero no está nada dicho”, convino el delantero al final del partido. “Los tres de arriba les resuelven el 80% de los partidos”, dijo Simeone antes del choque. Desde ayer, en sus cuentas y por culpa de Messi –que hizo el segundo tanto, también de bella factura- y Suárez, deben ser el 81%. Les queda, sin embargo, la vuelta. Godín y el Cholo quedan advertidos.

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