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Inglaterra defiende título en el Seis Naciones más incierto

Las lesiones del campeón y el nuevo sistema de puntuación marcan un torneo clave para la gira de los Lions y el Mundial

Los capitanes de Italia, Irlanda, Escocia, Inglaterra, Francia y Gales posan con el trofeo.
Los capitanes de Italia, Irlanda, Escocia, Inglaterra, Francia y Gales posan con el trofeo.FACUNDO ARRIZABALAGA (EFE)

El juicio a Eddie Jones como seleccionador de Inglaterra dependerá de que sus métodos, desde su arriesgada preparación física al desafío anímico que plantea sus pupilos, se transformen en victorias. Pocos peros se le pueden buscar al técnico australiano tras una primera temporada sin derrotas, levantando el Grand Slam —vencer todos los partidos— en el pasado Seis Naciones sin apenas rodaje. La defensa del título —su primero desde 2011— está marcada por un ingente parte de lesiones que ha dejado mermada su delantera y por el desafío que ha planteado a su plantilla afirmando que no cuenta con jugadores de talla mundial. La visita esta tarde (17.50 horas Movistar Deportes 1) a Twickenham de una Francia en reconstrucción abre un duro calendario para el XV de la Rosa, que visitará Cardiff y Dublín —última jornada, 18 de marzo— en un torneo tan abierto como significativo.

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El clásico del norte lo descorcharán en Edimburgo (15.25 horas) Escocia e Irlanda, dos de las aspirantes. El partido se presume esencial para valorar el pulso que presenta la mejorada Escocia y las tablas del XV del Trébol en una cita en la que no podrá contar con el pie de Jonathan Sexton, lesionado. Gales, que cierra la jornada mañana en Roma (15.00), es una candidata interina, tanto por la transformación en su juego como por las piezas: nuevo capitán y sin su seleccionador, Warren Gatland, que está preparando la gira de los British & Irish Lions por Nueva Zelanda en junio y julio. La lucha por una plaza en este prestigioso tren que pasa cada cuatro años es un aliciente esencial para las home nations: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda.

La incertidumbre también es normativa. Se incorpora el sistema de punto bonus: cuatro puntos por victoria, uno por anotar cuatro ensayos y otro a la derrota por siete puntos o menos. Como el sistema, ya aplicado en el Mundial y en el Rugby Championship, permitiría que el ganador de los cinco partidos no se llevara el torneo, hay una prima de tres puntos al Grand Slam. Planteará nuevos escenarios matemáticos en los finales de partido y en las últimas jornadas de una cita clave para el ranking, pues en mayo se decide la composición de los bombos para el Mundial de 2019. Otra duda es cómo se traducirá la reciente normativa que penaliza más el placaje alto para reducir las conmociones cerebrales, tanto en las tarjetas como en las lesiones que pueda acarrear golpear más a menudo en el tren inferior.

La delantera inglesa

El XV de la Rosa tendrá que esgrimir flexibilidad y fondo de armario para revalidar título. Los hermanos Vunipola —Billy fue esencial el año pasado— y Chris Robshaw, el anterior capitán, se perderán todo el torneo por lesión. El segunda George Kruis no estará ante Francia; tampoco el dinámico ala Anthony Watson. El problema de la delantera inglesa no radica solo en las bajas, sino en la poca actividad reciente de los Marler, Haskell o Hartley, el polémico capitán que podría dejar de serlo para Japón 2019. Su esperanza se llama Maro Itoje, un prodigio de 22 años que rinde con nota en segunda y tercera. Y si falla el dinamismo de la dupla Youngs-Ford repartiendo juego, siempre queda el pie de Owen Farrell. Inglaterra rinde en registros muy distintos.

El dragón cambia de piel

Gales pareció abrir una nueva etapa en los amistosos de noviembre. Su fiable juego físico y aéreo da resultados en el norte pero fracasa con estrépito en el sur: para ganar a Australia, Nueva Zelanda o Sudáfrica hace falta más ataque. Podría ser un torneo de transición, con Alun Wyn Jones como nuevo capitán y Sam Warburton centrado en la tercera, pero el calendario parece propicio, pues recibe a Irlanda e Inglaterra. Está por ver cómo se adapta su apertura Dan Biggar, un maestro en el viejo esquema, al reto de asumir más riesgos a la mano. George North vuelve a ser el factor diferencial. El reto es el mismo: llevarle el balón al ala con campo por delante.

Irlanda, pendiente de Sexton

La transición de Gales no es nueva para Irlanda, habituada a rendir con nota ante los grandes del sur. Los de Joe Schmidt quieren recordar su gran final de año y olvidar el principio, con una decepcionante defensa de título en el clásico del norte. El XV del Trébol se impuso por primera vez a los All Blacks y ganó a Australia y Sudáfrica, dotando al juego al pie de continuidad a la mano, de más offload. Tres años después de la retirada de Brian O’Driscoll, un centro como Robbie Henshaw vuelve a tener un rol esencial. Aun así, el destino irlandés lo marcará la salud de Sexton. Si sobreviven a la baja de su apertura en Edimburgo, tendrán tiempo para recuperar su gemelo, pues sus dos citas más exigentes —ante Gales e Inglatera—- llegan en las jornadas finales.

Escocia pide paso

Aunque el XV del Cardo no ha pasado del tercer puesto desde que ganara el último Cinco Naciones en 1999, el rugby escocés sonríe. Con el neozelandés Vern Cotter, que deja el puesto de seleccionador este año, Escocia fue una de las delicias del torneo en 2016 y el principal club del país, Glasgow Warriors, se ha clasificado por primera vez a los cuartos de final de la Champions. El ataque tiene una enorme capacidad, con una trasera atlética y el talento de su imponente zaguero, Stuart Hogg. La delantera gana enteros con el auge del pequeño de los hermanos Gray -Jonny- y el dúo Russell-Laidlaw combina como pocos pie y mano. El partido inaugural será decisivo para abandonar la mentalidad derrotista.

Francia necesita más puntos

Cuando Guy Novès se hizo cargo el año pasado de la reconstrucción gala, entendió que el virtuosismo requería unos cimientos defensivos. En ese primer nivel sigue Francia, que salvó los papeles pero evidenció sus carencias ofensivas. Un diagnóstico al que no ayuda la baja por lesión de su centro más creativo, Wesley Fofana. El futuro del XV del Gallo dependerá de que encuentre talento y estabilidad en sus dorsales 9 y 10, su gran vació de un último lustro donde no ha pasado del cuarto puesto en el torneo. Tipos como Guirado o Picamoles, puntales de la delantera, se encargarán de que Francia muerda aunque sus dientes sean de leche.

Italia vuelve a empezar

Pese a su acreditada lucha, personificada en un inagotable Sergio Parisse, el estilo de juego italiano está lejos de la tendencia vertiginosa que impone el sur. Ganaron en noviembre por primera vez a Sudáfrica, la más estática de las gacelas septentrionales, inercia que quieren exprimir para reducir la brecha y prosperar en el norte –suma un triunfo por cada seis partidos disputados desde su incorporación en 2000. Con un motivador a los mandos como el irlandés Conor O’Shea, su arma está en las pinceladas que ya dejó el año pasado su apertura Carlo Canna y en la nueva generación: 6 de los 15 titulares ante Gales no llegan a las 10 internacionalidades.

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