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El Espanyol mira a Europa

Afortunado triunfo del equipo catalán ante un Málaga que mereció mucho más pero que agudiza su crisis

Rafael Pineda
Chory Castro centra ante Gerard Moreno.
Chory Castro centra ante Gerard Moreno.Jorge Zapata (EFE)

Asistido por un gran Diego López y sus centrales, el Espanyol se llevó tres puntos de oro de Málaga. El conjunto que dirige Quique Sánchez mira hacia Europa después de culminar una magnífica trilogía andaluza, puesto que en los tres últimos encuentros ha derrotado a Granada, Sevilla y Málaga. La victoria del Espanyol fue muy afortunada. Diego López estuvo magnífico y el Málaga jugó mejor, dominó y gozó de las mejores ocasiones, pero no marcó. El fútbol no entiende de justicia y el Málaga echa de menos a Sandro, su goleador. El equipo de Romero acumula ocho partidos sin ganar y padece el lado oscuro del fútbol. Situaciones adversas a pesar de su aceptable juego, por ejemplo. A nueve puntos del descenso, no debe sufrir. Es más, si sigue en esta línea no tardará en volver a ganar. El Espanyol, mientras, está en una dinámica absolutamente opuesta. Gana y gana, el mejor antídoto en el fútbol. En La Rosaleda, sus héroes fueron Diego López, y sus centrales, David López y Diego Reyes, que dieron una lección de colocación y buenas prestaciones en el juego aéreo.

Obligado por una racha de siete partidos sin ganar, el Málaga tomó la iniciativa del partido con furia. Pelea el equipo de Romero contra su ansiedad y, por no decirlo, una dinámica negativa que no le permite levantar cabeza. El Espanyol, en buen momento, se vio sorprendido por la salida explosiva de los andaluces. En 15 minutos, Santos tiró alto en una buena posición y Diego López estuvo acertado en dos clarísimas opciones de Juanpi y el propio Santos. Agarrado por su portero, el Espanyol encontró aire en una salida de balón de Reyes, un mago con poco aire. La pelota le llegó a Piatti, que lanzó desde 30 metros un disparo que sorprendió a Kameni, que, quizás, reaccionó tarde. Un tiro a puerta convertido en gol sin razones futbolísticas para ello demostró que, a veces, el azar es decisivo en el fútbol.

El Málaga notó el impacto del gol. Intentó rearmarse, pero ya no fue el huracán de los primeros 15 minutos. En ese primer tiempo dominó ya el fútbol de contención de Javi Fuego, a excelente nivel. Y, sobre todo, la importancia de las dinámicas en el fútbol. El Espanyol, en una positiva, se imponía a un Málaga ansioso, demasiado obligado a responderse por qué le pasan determinadas cosas en un partido.

El Málaga fue otro vendaval en el segundo tiempo. Acumuló ocasiones y llegadas desde el principio. Como en un centro de Juanpi que sacó Diego López o un remate de Camacho que rozó la escuadra. La desesperación se apoderó del banquillo y de la grada, asumida la derrota ante la falta de acierto en ataque y el día de Diego López. La mejor prueba fue la parada que le hizo el meta gallego a Charles, que se inventó una chilena prodigiosa que buscaba la red. Diego López voló para hacer un paradón. El Málaga asedió al Espanyol con multitud de saques de esquina, con balones al área que fueron despejados por sus centrales. No tuvo pausa el equipo de Quique, con Jurado y Reyes desconectados. Perdió el control del balón. Fue un triunfo feo, pero triunfo, que es de lo único que entiende este deporte. Al Espanyol le sienta tan bien que está en condiciones de mirar a Europa. Al Málaga, ya le virará el viento. Romero no conoce el triunfo, pero sería conveniente no entrar en una situación de nervios. El equipo juega, llega y genera ocasiones.

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