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La detención de Oakley y el circo de los Knicks

Los desmanes se suceden en pleno pulso entre Phil Jackson y Carmelo Anthony

Robert Álvarez
Jeff Hornacek y Carmelo Anthony.
Jeff Hornacek y Carmelo Anthony.Andres Kudacki (AP)

Los Knicks vuelven a dar titulares estridentes. La metáfora circense resume los sobresaltos que se suceden dentro y fuera de la cancha. El último se produjo el miércoles cuando la policía detuvo a Charles Oakley, un jugador histórico, en una de las primeras filas del Madison Square Garden mientras se disputaba el partido entre los Knicks y los Clippers. Oakley, diez temporadas en el equipo desde 1988 hasta 1998, con el que perdió la final de 1994 ante los Spurs, lleva tiempo enfrentado al dueño de la franquicia, Jim Dolan. El exjugador, de 53 años, pidió perdón a los aficionados y explicó que, cada vez que entra en el Garden, se le acercan varios guardias de seguridad, con los que en esta ocasión mantuvo un rifirrafe.

El escándalo, mientras los espectadores coreaban a Oakley, solo hace que añadir leña al fuego. La temporada de los Knicks prosigue su tradición maldita, con constantes problemas y resultados decepcionantes. El presidente Phil Jackson ha filtrado que la etapa de Carmelo Anthony allí debe concluir. La estrella del equipo firmó un contrato por cinco años en julio de 2014, con una cláusula anti-traspaso. Esta temporada, a sus 32 años, percibe 24,5 millones de dólares. Melo ha expresado su deseo de permanecer en Nueva York, pero periodistas cercanos a Phil Jackson han publicado que los Knicks estuvieron cerca de llegar a un acuerdo con Cleveland para canjearlo por Kevin Love.

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Se afirmó también que Melo estaba abierto a un traspaso siempre que su destino fueran los Cavaliers o los Clippers, algo que él desmiente. El público del Madison se ha hartado y en algún partido ya ha abucheado a su equipo y en particular a Carmelo Anthony. Las derrotas se suceden, algunas vergonzosas. No es solo un problema de rendimiento.

Otra de las estrellas del equipo, Derrick Rose, el base procedente de los Bulls por el que apostó el pasado verano Phil Jackson, desapareció poco antes del partido que los Knicks perdieron el 10 de enero ante Nueva Orleans (96-110). Rose no devolvió las llamadas de los directivos y personal del equipo y su amigo, el pívot francés Joakim Noah, fue quien finalmente dio con él. Un día después, Rose explicó que había viajado a Chicago para atender a su madre. Y añadió: “No cogí el teléfono a los Knicks porque necesitaba mi espacio”.

La situación del equipo es cada vez más difícil. Contra los Clippers sumó su quinta derrota (115-119) en sus últimos seis encuentros. Es 12º en la Conferencia Este con 22 triunfos y 32 derrotas. Su objetivo es clasificarse entre los ocho primeros, los que disputarán los playoffs, algo que no consiguen desde 2013. El entrenador, Jeff Hornacek, por el que apostó esta temporada Phil Jackson después del fracaso en la anterior de Derek Fisher y Kurt Rambis, empieza a estar en entredicho. Y a todo esto, solo faltaba que el director de cine, Spike Lee, seguidor de los Knicks, saliera a la palestra: “Le haré las maletas a Phil Jackson. Sigo creyendo en Carmelo Anthony y le están poniendo las cosas muy difíciles”. Los Knicks en estado puro.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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