La falta de puntería deprime a Betis y Valencia
Mereció más que un empate el conjunto andaluz ante un rival al que no se le pitó un claro penalti por manos de Pezzella
No pierde el Betis en el Benito Villamarín, donde se siente fuerte, pero tampoco gana. Son ya tres los empates seguidos que el equipo andaluz suma en su estadio, ahora ante un Valencia que jugó bastante bien, pero, como le ocurrió al Betis, mostró una preocupante falta de pegada. Esta vez, los de Víctor, conducidos por Dani Ceballos y Rubén Pardo, no encontraron el gol en las botas de su habitual salvador, Rubén Castro. El canario lanzó un balón a la escuadra, le dio un pase de gol a Álex Alegría y tuvo una opción muy clara ante Alves. Un buen bagaje, pero si Rubén no marca no lo hace nadie en el Betis, que se instala de forma definitiva en la zona de nadie de la clasificación. Los béticos pueden lamentar, con razón, los dos lanzamientos al palo de Rubén Castro y Petros, así como una clarísima ocasión del canario que sacó Alves después de una falta muy bien lanzada por Durmisi.
El Valencia, con buen toque, mejoró en la segunda parte sus prestaciones defensivas y se llevó un punto que le insufla algo de ánimo después de dos derrotas seguidas. Con razón, también, puede quejarse de que Trujillo Suárez, que hizo un excelente arbitraje, no viera una clara mano de Pezzella dentro del área en un disparo de Montoya que buscaba la meta de Adán. Pasito a pasito, con la serenidad que transmite Voro, el Valencia debe salir del pozo, olvidar la depresión que le atenaza y buscar aire en la clasificación.
Los de Voro, a pesar de sus numerosos problemas, como la deriva institucional que padece y las bajas con las que afrontó el partido ante el Betis, conservan la esencia de ser un equipo grande, que trata bien el balón y que ha sido serenado por Voro. Su línea de mediapuntas, con Munir, el debutante como titular Orellana y Nani, escoltada por Parejo, le creó problemas a un Betis que, como siempre con Víctor en casa, es eficiente y ordenado, con una más que aceptable salida al contragolpe. El resultado fue un partido de lo más entretenido, de buen juego, con Rubén Castro con ganas de romper su sequía goleadora. Todo lo bueno que el Valencia mostraba del centro del campo en adelante se perdía en las áreas, donde le falta chispa. Tanto en defensa, donde no estaba Garay, sancionado, como en ataque, donde se puede deducir sin error a equivocarse que necesita un buen delantero centro.
Por eso fue el Betis el que avisó en primer lugar. Con un disparo de Rubén Castro que dio en la escuadra por la parte externa y, sobre todo, con un jugadón del propio Rubén Castro que dejó solo a Álex Alegría. Presionado por Mangala, el canterano disparó flojo con Alves fuera de la portería. Gayà sacó el balón bajo palos. Fueron dos clarísimas ocasiones del Betis en los primeros 20 minutos. El Valencia jugaba, pero apenas golpeaba. Hasta que Adán sacó un tiro de Munir y en el rechace Pezzella hizo un penalti al despejar con la mano el disparo de Montoya.
El Betis salió muy bien en la segunda mitad. Arrolló al Valencia hasta que se quedó sin aire Dani Ceballos, que brilló en esos momentos a gran nivel. La tuvo Rubén Pardo con un gran disparo fuera del área, Petros envió al palo y Montoya sacó una pelota de Álex Alegría. El vendaval bético amainó justo después de que Rubén Castro, con todo a favor dentro del área pequeña, enviara a las manos de Alves. No suele fallar el canario esas ocasiones. Era el minuto 72 y, arrastrado por la mala actuación de su goleador, el Betis dijo basta. Los cambios de Jonas Martin y Sanabria empeoraron al equipo andaluz, que, además, se vio superado físicamente por el Valencia. Salvó Adán ante Cancelo y el partido acabó casi con un abrazo entre los dos equipos, contentos con un punto que les sirve para alejarse de la quema. Ya habrá tiempo, se supone, para empresas mayores.
