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Atlético Tucumán mantiene la épica en la copa Libertadores

Luego de la hazaña en Quito, el modesto equipo consigue la clasificación a la zona de grupos

Jugadores e hinchas del Decano celebran la conquista de Menéndez.
Jugadores e hinchas del Decano celebran la conquista de Menéndez.AFP

De casi no poder jugar el primer partido de repesca a ser uno de los 32 equipos que se disputan el certamen más preciado del continente. La historia de Atlético Tucumán en la Copa Libertadores es incierta, teniendo en cuenta que se trata de un equipo que nunca ha ganado una liga en Argentina y que fuera de su provincia (a 1.200 kilómetros de Buenos Aires) tiene escasa afición. Pero los que saben, dicen que lo primero que hace falta para ganar la copa es carácter y un poco de fortuna y, al parecer, el Decano cuenta con esas cualidades. Luego de la fase de repesca, en la que ganaron un partido para el infarto ante El Nacional de Ecuador, luego de llegar con una hora de demora al inicio del partido, el equipo que conduce Pablo Lavallén aplastó en su casa a Junior de Colombia, aunque también les tocó sufrir. “Con estos (jugadores) que tengo voy a la guerra. Después de esto, jugamos contra el Barcelona”, asume, agrandado, su entrenador.

At. Tucumán 3 - Junior 1

Atlético Tucumán: Cristian Lucchetti, Leonel Di Plácido, Bruno Bianchi, Ignacio Canuto y Fernando Evangelista; Rodrigo Aliendro, Guillermo Acosta, Nery Leyes, y David Barbona; Cristian Menéndez y Fernando Zampedri. DT: Pablo Lavallén.
Junior de Barranquilla
: Sebastián Viera; Lewis Ochoa, Deivy Balanta, Alexis Pérez y Héctor Quiñones; James Sánchez, Leonardo Pico; Jonathan Estrada, Jorge Aguirre y Robinson Aponzá; Roberto Overal. DT: Alberto Gamero.
GOLES
, en el primer tiempo, 18m Aliendro (AT), 23m Menéndez (AT) y 28m Zampedri (AT). En el segundo tiempo, 38m Hernández (J).
Arbitro: Víctor Carrillo (Perú).
Estadio: Monumental José Fierro, de Atlético Tucumán.

Palmeiras de Brasil, Peñarol de Uruguay y Jorge Wilstermann de Bolivia. Esos son los rivales que esperaron a Atlético Tucumán en el grupo 5 de la Copa Libertadores hasta este jueves por la noche, cuando el Decano aplastó por 3 a 1 a Junior en Tucumán y se decidió su participación. Son los mismos equipos que hoy analizan con un dejo de preocupación el devenir de un grupo que se las trae. No tanto por la calidad técnica del equipo argentino sino por el tesón que ha demostrado hasta aquí. Un vuelo perdido en Guayaquil, un autobús volando a 130 kilómetros por hora en Quito y hasta el embajador argentino en Ecuador, Luis Juez, convertido en dirigente deportivo para que el local no pida los puntos, lograron la histórica victoria ante El Nacional, en un partido que será recordado por siempre por haberse jugado con las camisetas de la selección argentina. Pero el Decano no se conformó y también superó la segunda fase de la repesca, con derrota 0-1 en Barranquilla y victoria en casa.

Pero, como dice el tango, “primero hay que saber sufrir”. Todo este relato podría haber quedado en la nada si el portero Cristian Luchetti no usaba su mano derecha en el minuto 82 de juego para tapar un remate de Robinson Aponzá que hubiese dado la clasificación a los colombianos, por el beneficio de gol de visita. Antes de eso, los de Lavallén mostraron un gran desempeño en el terreno de juego, con la fórmula que mejor le sale a los equipos argentinos: presión en el campo rival, juego de pelota a un toque y una voracidad ofensiva que se traduce en efectividad. Los intérpretes de esas partituras comienzan a ser conocidos por todos los argentinos (sobre todo para aquellos aficionados cuyos equipos no juegan la copa), que ya adoptaron a los tucumanos como el equipo sensación: Fernando Evangelista, Leonel Di Plácido y Neri Leyes en el quite de pelota y Rodrigo Aliendro, Cristian Menéndez y Fernando Zampedri en la ofensiva son los puntos sobresalientes de la escuadra. Estos tres fueron los autores de los goles ante Junior, que descontó por intermedio de Hernández.

“Con estos jugadores que tengo voy a la guerra, porque más allá de jugar bien, tienen una personalidad y una hombría gigante. Después de esto jugamos hasta contra el Barcelona. Siento orgullo de encabezar este plantel de hombres y jugadores con un hambre increíble. No es fácil asumir este tipo de partidos, pero lo fuimos sacando adelante y terminamos ganando merecidamente”, dijo Lavallén en conferencia de prensa, al finalizar el partido. Y, sin olvidarse el humilde origen de su escuadra, agregó: “Si bien jugar la Copa Libertadores es un regalo para nosotros y debemos disfrutarlo, no tenemos que sacar la mirada del principal objetivo que es mantenernos mucho tiempo en Primera División”.

El entrenador Pablo Lavallén, el padre de la criatura.
El entrenador Pablo Lavallén, el padre de la criatura.AFP

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