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Iborra decide el derbi para el Sevilla ante el Betis

El equipo sevillista alcanza al Madrid en el liderato gracias a una formidable reacción después de ser superado por los béticos en la primera mitad

FOTO: Iborra, tras marcar al Betis. / VÍDEO: Rueda de prensa de los entrenadores.Foto: atlas | Vídeo: A. Alcalde Colomer (getty) / ATLAS
Rafael Pineda

Como de la noche al día, gracias a un Iborra descomunal y los movimientos tácticos de Jorge Sampaoli, el Sevilla volvió a imponerse en el derbi. El Betis realizó un gran primer tiempo, pero se desfondó y fue presa de la amplitud de plantilla de un rival que se sobrepuso al cansancio y que alcanzó, con este gran triunfo, al Madrid en el liderato. Espléndido segundo tiempo de los de Sampaoli, que arriesgó en los cambios al descanso y supo colocar mucho mejor a su equipo, letal a balón parado ante la debilidad de un Betis que se complica, y mucho, la vida. Fue digno mientras tuvo fuerzas, pero luego cobarde ante el despliegue de un Sevilla superior, que, ahora, se cree capaz de todo y aspira al título de Liga sin tapujos. A Víctor le faltaron reflejos para cambiar hombres en el segundo tiempo, para refrescar a un equipo que se le iba a pique. Sampaoli, simplemente, le dio un baño. También porque dispone de más y mejores elementos. Como Iborra, como Ben Yedder, como un Vitolo incansable.

No hay distancias en el fútbol cuando se juega sin intensidad. Es posible que un mundo separe al Betis y el Sevilla. En puntos en la clasificación y en la calidad de sus plantillas, la distancia se antoja amplia. No tanta, sin embargo, cuando el equipo que dirige Sampaoli ha jugado un partido de máxima intensidad de la Liga de Campeones y encara un duelo tan pasional, de una enorme exigencia, con menos fe de la necesaria.

Betis, 1 - Sevilla, 2

Betis: Adán; Piccini, Mandi, Pezzella, Tosca (Jonas Martin, m. 75), Durmisi; Dani Ceballos, Petros (Felipe Gutiérrez, m. 88), Rubén Pardo; Sanabria (Álex Alegría, m. 75) y Rubén Castro. No utilizados: Dani Giménez; Bruno, Cejudo y Álex Martínez.

Sevilla: Rico; Sarabia (Iborra, m. 46), Mercado, Pareja, Rami, Escudero; N'Zonzi; Vázquez (Ben Yedder, m. 46), Nasri, Vitolo; y Jovetic (Correa, m. 82). No utilizados: Soria; Carriço, Kranevitter, Mariano.

Goles: 1-0. M. 36. Durmisi. 1-1. M. 57. Mercado. 1-2. M. 76. Iborra.

Árbitro: Del Cerro Grande. Amonestó a N'Zonzi, Sarabia, Piccini Tosca, Pareja y Jonas Martin.

Benito Villamarín. 41.263 espectadores.

El que no tuvo dudas fue el Betis, un arrebato de fe, de presión bien entendida, de entrega desmedida frente a un Sevilla algo flojo. Quizás por esa forma de jugar con el corazón, con un derroche de facultades impresionante, el Betis se comió al Sevilla en un primer tiempo espléndido. En cada jugada, en cada balón dividido, los jugadores verdiblancos actuaron como una manada de lobos acosando a un cervatillo. Resultó irreconocible el Sevilla en ese periodo, por su parsimonia, por su incapacidad para tener el balón, con sus jugadores reventados, sin capacidad para cambiar de ritmo.

El dominio bético fue absoluto, sin discusión posible. Ante un Sevilla tan arrugado, todos fueron acercamientos del Betis. De Rubén Castro, de Petros, que a punto estuvo de marcar de rebote, de Mandi, que la envió al larguero. Con Sampaoli desesperado en la banda, el enésimo error a la hora de sacar el balón del Sevilla provocó una clara falta de N’Zonzi a Petros. La barrera crujió con Vázquez moviéndose de forma indebida y el disparo de Durmisi batió a Sergio Rico. Siete derbis después, el Betis volvió a marcar.

Se esperaba una respuesta del Sevilla ante la superioridad bética. Y llegó. Sampaoli metió a Iborra y Ben Yedder y ordenó una defensa de cuatro.

La entrada del valenciano y el paso atrás del Betis le cambiaron la faz al derbi. El Sevilla, mejor colocado, más intenso, con Iborra sacando el balón junto a N’Zonzi, empezó a ser reconocible. Tanto, que empató en una de sus especialidades, el balón parado, gracias a Mercado y el monumental despiste de la zaga verdiblanca. Dueño del balón, jugando en campo del Betis, el Sevilla fue creciendo en el juego a medida que los de Victor, reventados por el esfuerzo, empezaban a hacer aguas.

Sacando fruto de nuevo al balón parado, Iborra hizo el segundo para darle la vuelta al marcador, con posible fuera de juego, eso sí, en el inicio de la jugada. El Villamarín se aplacó. Gracias a su excelente fondo de armario, el Sevilla volvió a imponerse en el derbi. Fue excelente el segundo tiempo del conjunto de Sampaoli, sintiéndose dominador del partido frente a un Betis agotado, sin recursos. En Heliópolis, una vez más, reinaron Iborra y sus muchachos.

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