_
_
_
_
_

El Gran Canaria celebra el carnaval ante el Real Madrid

El conjunto de Casimiro aprovecha la distensión de los blancos para encarrilar el partido con un 4-19 de salida que no pudieron atajar los 28 puntos de Llull

Faustino Sáez
McCalebb sortea la defensa de Doncic
McCalebb sortea la defensa de DoncicPaco Campos (EFE)

El Real Madrid cayó ante el Gran Canaria (81-93) y cedió su 11ª derrota de la temporada, la segunda en casa después de la sufrida en Euroliga ante el Baskonia. Un espectacular parcial de salida de 4-19, unido a la sobresaliente actuación de Kuric (19 puntos) y Pasecniks (16) sirvió a los amarillos para rendir al conjunto de Laso, al que no le bastó su arrebato tras el descanso ni los 28 puntos de Llull. El Gran Canaria rompió la racha madridista de 26 victorias seguidas en liga regular como local y dejó a los blancos sin el liderato, ahora en manos del Iberostar Tenerife.

Contaba precisamente Llull tras el partido ante Darussafaka en la pasada jornada de Euroliga que había decidido salir “con el cuchillo entre los dientes” porque después de ganar un título puede haber “cierta relajación”. El pasado viernes, la furia competitiva del base de Mahón convirtió al rival ruso en un guiñapo y atajó cualquier atisbo de distensión en apenas 10 minutos. Sin embargo, en ese mismo tiempo y dos días más tarde, el Madrid sí pagó los efectos de la distensión y la fatiga. El Herbalife Gran Canaria hizo pasillo al campeón de Copa y, acto seguido, se aprovechó de su galbana para presentarse en el Wizink Center con un contundente parcial de 4-19 en seis minutos. Destemplados como pocas veces se les ha visto, los blancos comenzaron con un inaudito 4 de 20 en tiros de campo, con 0 de 8 en triples, y firmaron uno de los peores cuartos de la era Laso (9-23, m. 10).

La brillante dirección de Oliver (10 asistencias), los puntos de Kuric y la intendencia de O’Neale ofrecieron una lustrosa versión del Granca y le colocaron la remontada al Madrid en la frontera de los 16 puntos nada más comenzar el segundo cuarto (9-25, m. 11). Mientras el líder seguía negado desde el perímetro (2 de 15 en triples en la primera mitad) y espeso en ataque (4-13 en asistencias en ese tramo). Apenas el dominio en el rebote sujetaba a los locales. Dos de las 19 capturas del Madrid en los primeros 20 minutos fueron de Felipe Reyes. El capitán madridista necesitaba ocho para superar los 4.292 de Granger Hall en su partido 700 en la Liga ACB, pero se quedó a medio camino (4).

El 4 de octubre de 1998, en el mismo Buesa Arena donde hace una semana levantó la 27ª Copa de Madrid, Felipe debutó en la Liga con el Adecco Estudiantes rumbo al infinito. Dos puntos y los dos primeros rebotes de una lista interminable fueron la primera hoja de servicios del que luego se convertiría en uno de los referentes de la mejor generación de jugadores del baloncesto español y en emblema del Madrid. 13 temporadas de blanco que solo encuentran competencia en las 11 de Llull. Dos piezas tan indelebles como el escudo en el club blanco.

Con ambos en pista, con varias vueltas de tuerca en defensa y con una tormenta desde el 6,75, el Madrid se puso en órbita tras el paso por la caseta. El 2 de 15 en triples de la primera mitad se convirtió en un 6 de 6 en el inicio del tercer cuarto, con cuatro bingos de Llull y dos de Maciulis que colocaron a su equipo a un palmo del Gran Canaria (48-49 primero; 58-60 más tarde). Pero los amarillos abrazados hasta entonces a su torre, Pasecniks, se encontraron la determinación que necesitaban con la decisiva aparición de McCalebb. Cuando el Madrid estaba a punto de culminar la persecución, cinco puntos consecutivos del base con pasaporte macedonio estiraron de nuevo la cuerda. No le quedó deposito a los blancos.

El Madrid luchaba contra la la fatiga de ir a remolque y el Granca contra el vértigo al triunfo. Ganaron los amarillos. Con el partido en su nivel más alto de revoluciones comenzó el duelo de tiradores. A cada triple de Carroll respondía Kuric con la misma precisión. Un clinic de lanzamiento del que los visitantes salieron lanzados para al sprint final (77-85, m. 37). Kuric venció el mano a mano a Carroll y también a Llull, esta vez sin premio a sus 28 puntos. Un triple menos academicista, de Oriol Pauli a tabla, cerró cualquier rendija a la épica madridista.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_