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El calvario mexicano de Paco Jémez

El técnico encadena enfrentamientos con periodistas y rivales y malos resultados con el Cruz Azul, penúltimo en la liga

Diego Mancera
Jémez durante un partido de liga
Jémez durante un partido de ligaJ.Méndez (EFE)

A Eduardo de la Torre, director deportivo de Cruz Azul, se le acababa el tiempo para encontrar un nuevo entrenador. Veía las opciones locales que tenía enfrente y ninguno le convencía, hasta que recordó a aquel hombre con el cabello al rape que logró mutar al Rayo Vallecano, que pasó de pelear por no descender a disputar un puesto en competiciones europeas. Era Paco Jémez, desempleado en septiembre tras un mal inicio con el Granada.

Jémez rechazó ofertas para dirigir en Dubái y en la liga china. Aceptó la del equipo mexicano. El Cruz Azul, un combinado exitoso en los años setenta, no ha ganado una liga desde hace 19 años. La Máquina, como se le conoce, ha perdido cinco finales en el torneo local, la última en una reacción épica del América, que empató la final en los dos últimos minutos y la ganó en penales. Esa herida no ha terminado por cicatrizar. El español iba a por la proeza de levantar a un equipo dañado. Y está lejos de conseguirlo, al situarse como penúltimos en la clasificación. Con el anterior entrenador, Tomás Boy, el equipo terminó en el lugar 14 de la tabla.

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El primer episodio al que se enfrentó provino de las redes sociales. Tras su nombramiento, empezaron a surgir comentarios ofensivos con respecto a las fotografías que su hija de 17 años colgaba en Internet. “No voy a permitir que nadie le falte al respeto, lo denunciaré e iré a los tribunales”, dijo en una de sus primeras entrevistas en México.

El segundo episodio que protagonizó Jémez fue una discusión con uno de los periodistas mexicanos más reconocidos, David Faitelson. El comunicador de ESPN cuestionó que el ibérico no prometiera el título local. “¿Crees que yo no quiero ser campeón? He dejado a mi familia a 10.000 kilómetros de aquí para venir a pasar el rato”, le contestó.

Una inyección de júbilo, así fue el desembarco de Paco Jémez en la Ciudad de México, en especial, para los hinchas de Cruz Azul. La directiva, fiel a su costumbre, fichó jugadores antes de la llegada del entrenador. Pero muy pocos han rendido. Para este torneo ficharon a cuatro extranjeros: Mena, Peñalba, Rodríguez y Cauteruccio.

La llegada de rostros nuevos y de un nuevo estratega ilusionó a una de las aficiones más leales y sufridas. Los principales grupos de animación volvieron a su estadio al que renunciaron ir tras los pésimos resultados que dejó la administración pasada. En la primera fecha del actual campeonato, los cruzazulinos abarrotaron su cancha. Su equipo ganó 1-0 a Necaxa. Esa ha sido la única victoria en la liga.

En aquel momento, la plantilla convencía por el estilo Jémez: un equipo volcado al ataque, la posesión del balón, la salida a todo gas y un sinnúmero de centros al área. Su manera de encarar los partidos fue un flechazo para la gente de Cruz Azul. Pero los resultados dejaron de llegar.

El regocijo de los uniformados de azul duró una semana. Perdieron por la mínima contra los Pumas. Al término del encuentro un periodista, con cierta saña, le preguntó a Jémez en referencia a su última etapa con el Rayo: “¿Su llegada es para levantar al equipo o para hundirlo, como pasó en España?”. El director técnico se molestó y pasó de responderle.

Sin apoyo de los jugadores

En las siguientes semanas hiló cinco partidos ligueros sin ganar, tres empates (Monterrey 2-2; Querétaro 1-1 y Santos Laguna 2-2) y dos derrotas (Xolos 1-0 y Atlas 0-1). En la copa tampoco ha ganado: un triunfo, un empate y un descalabro. Después de un revés en casa, los jugadores del primer equipo salieron, a última hora, para hacerse responsables del mal momento, aunque ningún jugador respaldó, directamente, el puesto de Jémez.

Semanas después, el técnico se enzarzó con el entrenador de América, Ricardo La Volpe, quien le criticó por su filosofía de juego que impresionaba, pero no ganaba. “Hay que arreglarlo como hombres”, soltó previo a uno de los partidos más importantes de la temporada. La prensa mexicana encontró la mejor manera para calentar el partido por una riña entre ellos. Pero el enfrentamiento se esfumó cuando el argentino vio el encuentro desde la tribuna, al estar suspendido.

Los celestes, fieles a su sello de juego, dominaron el partido frente al América. Tuvieron el monopolio del balón durante los primeros minutos, disfrutaron de las mejores opciones para marcar. Pero la efectividad no estuvo de su lado, tampoco la suerte, y lo perdieron 2-0. “Somos un equipo al que le cuesta mucho ganar”, reconoció al término del encuentro. Jémez se siente atacado en México: “Aquí se lleva más el periodismo de polémica, en España hay más de información”, comentó a Cope. El Cruz Azul marcha penúltimo en la clasificación, solo un punto por encima del último, León.

No solo las victorias no llegan, tampoco los goles. Sus dos delanteros, Benítez y Cauteruccio, no han podido marcar en la liga mexicana. La escasez de anotaciones afecta al sistema de Jémez, que requiere de la puntería de sus jugadores. Ninguno de sus chicos ha estado fino ni en sincronía para sacar al Cruz Azul de una dinámica que lo acerca a la lucha por el descenso pese a ser el cuarto club más popular en su país. El equipo de Paco, mientras, sigue acongojado.

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Sobre la firma

Diego Mancera
Es coordinador de las portadas web de la edición América en EL PAÍS. También se encarga de informar de historias deportivas de México. Empezó a trabajar en la edición mexicana desde 2016. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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