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Orejas tiesas en el Deportivo

Pepe Mel quiere reactivar a los futbolistas del equipo gallego, que reciben al Atlético tras caer al fondo de la tabla sin sentir hasta hace quince días que hicieron méritos para ello

Pepe Mel realiza una indicación durante su primera sesión de trabajo con el Deportivo.
Pepe Mel realiza una indicación durante su primera sesión de trabajo con el Deportivo.Cabalar (EFE)

Hace cuarenta días el Deportivo era un equipo instalado en un cierto sosiego, acababa de sumar su punto número 19 con un empate en Las Palmas, feudo en el que entonces no había ganado nadie y en el que optó al triunfo hasta el pitido final, por más que el equipo no jugase su mejor partido; hoy el Deportivo es un equipo preocupado y a ratos incluso desesperado, no ha sumado ni un punto más y ha pasado de estar seis puntos sobre el descenso y nueve sobre el penúltimo a padecer porque el próximo fin de semana podría tener tan solo a Osasuna por debajo en la tabla. Este jueves recibe al Atlético con apenas dos puntos de ventaja sobre el Sporting al que visita el próximo domingo en un duelo que se antoja decisivo de cara a un final de temporada que llega teñido por la zozobra. El técnico Gaizka Garitano acaba de dejar su puesto a Pepe Mel. Hace quince días el presidente Tino Fernández había dicho aparentemente convencido: “No hay nada de ultimátums ni de cuestionar a Garitano ni nada. Lo que tenemos que hacer es convertir las buenas sensaciones en hechos”.

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Durante meses el Deportivo vivió de sensaciones más que de puntos. Y ahora le sobran las primeras y le faltan los segundos. Excepto en su visita al Camp Nou el equipo había competido en todos los partidos, mostró capacidad para superar a cualquier rival y se esgrimieron, no sin razón, aspectos como los errores arbitrales o la mala fortuna en momentos puntuales para explicar la penuria clasificatoria. En las doce primeras jornadas se pudieron contabilizar nueve en las que las decisiones de los colegiados perjudicaron al equipo de manera muy evidente. Algunos borrones fueron groseros. Contra el Athletic se anuló un gol a Andone en posición legal, ante el Leganés el árbitro obvió un penalti sobre Albentosa en el que se dejó un jirón de su camiseta en las manos de su marcador, en Granada un linier levantó el banderín en un gol de Babel en posición legal y ante el Sevilla fue Mateu Lahoz quien no vio un aparatoso empujón de Mercado sobre Andone cuando iba a rematar una contra ante Sergio Rico.

El buenismo que impregnó al equipo se instaló además cuando se consideró como un accidente, y no como un síntoma, que dejase escapar puntos en los últimos momentos de los partidos. Al Deportivo le han remontado un marcador favorable cinco equipos (Leganés, Sevilla, Málaga, Real Madrid y Athletic), pero es que además se ha dejado por el camino 12 puntos en los diez últimos minutos de los partidos. Solo con que hubiese cerrado esos encuentros y los árbitros hubiesen hecho bien su trabajo, el equipo estaría en mitad de la tabla y con la salvación casi garantizada. La moneda estaba de canto y acabó de caer cruz. Hace tres jornadas el equipo compitió en San Mamés y dominó durante bastantes minutos al Athletic antes de sufrir la última remontada, también con gol en contra en los instantes finales. Luego ante Alavés y Leganés se derrumbó al primer contratiempo. “Y al final los resultados mandan. Lamentamos la destitución de tres compañeros”, asegura el meta argentino Germán Lux, uno de los capitanes.

Las excusas se acabaron. “Imaginemos que en los próximos quince partidos sigue esa mala suerte o lo que podemos denominar errores arbitrales. Estaremos en una situación muy crítica, el equipo se irá a Segunda y yo volveré al paro. Se puede pensar así, pero estoy preparando a los jugadores para que se dejen de lamentaciones y de lamerse las heridas”, explica Pepe Mel, que se ha encontrado a un plantel herido, callado, no excesivamente participativo en las charlas, pero voraz sobre el verde. “Hemos tenido que frenarles en algunas acciones, quieren hacer cosas, pero las charlas por ahora son monólogos. Les he puesto un video del Atlético y no han dicho nada, pero unas horas antes del partido hablaremos de nosotros y ahí les haré preguntas”, anuncia Mel, que continúa: “Los jugadores están con las orejas tiesas, me están evaluando y yo les tengo que convencer. Es importante que perciban que vamos haciendo cosas y que vayan saliendo”. El discurso del nuevo entrenador se dirige a lo mental y a la necesidad de reactivarse. “Queremos aprovechar esta inyección anímica”, corrobora Lux. Y el discurso de su nuevo jefe apunta a la necesidad de afrontar los partidos no desde una vertiente lúdica, pero sí bajo la premisa de buscar un punto de diversión con el que enfocar la victoria. “Para jugar bien al fútbol es fundamental sentirte importante y confiado”, resume Mel, que trabaja contrarreloj para darle volumen a un equipo empequeñecido, atónito como tantos que le han visto jugar por los campos de la Liga y no se creen que estén en una situación tan comprometida. “Es un equipo confeccionado para otra cosa y verse ahí abajo puede ser un problema para los jugadores”, asume el entrenador.

Rueda de prensa de Pepe Mel previa al partido del Deportivo contra el Atlético.

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