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Una cortesía del Sporting al Barcelona

Los azulgrana penalizan los errores defensivos del equipo asturiano con una goleada después de un partido inanimado y culminado con el primer gol de Neymar en el Camp Nou

Ramon Besa
Messi cabecea el balón ante Cuéllar.
Messi cabecea el balón ante Cuéllar. David Ramos (Getty Images)
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La sorpresa de un adiós ya sabido

Hay partidos que se ganan por cortesía, o si se quiere con la gorra, sin necesidad de jugar, ni tiempo siquiera para reparar en la alineación, que en el caso de Luis Enrique da para mucha miga últimamente en el Camp Nou. El Sporting fue un convidado agradecido en el campo de prácticas del Barça. El plan de Rubi, un técnico que conoce muy bien al Barcelona, resultó mucho más temerario que el de Lucho.

Apenas había comenzado el encuentro y los asturianos ya habían encajado dos goles en poco más de un minuto ante la sorpresa de Rubi. Mascherano puso una pelota en largo hacia al área contraria y la cabeza de Messi se adelantó a la salida de Cuéllar. Muy permeable y desaplicada en el achique del espacio, la defensa del Sporting acompañó simplemente al 10. Todavía no repuesto del 1-0, Juan Rodríguez metió en su propia portería un balón cruzado por Suárez después de un centro desde la izquierda de Neymar.

El encuentro se puso tan sencillo para el Barcelona que sus futbolistas se abonaron a un recreo, como si en juego estuviera una merienda, nada serio en el lúdico Camp Nou. Hasta la formación azulgrana pareció poco rigurosa, por no decir una broma, porque el Barcelona atacaba y con un 3-4-3 y defendía con un 4-3-3. A diferencia del Calderón, sin embargo, el jugador que marcaba la diferencia era Busquets.

Busi ejercía de mediocentro cuando su equipo tenía el cuero y se convertía en central en el momento en que la posesión era del Sporting. Un mal negocio porque el juego azulgrana nunca fue equilibrado ni fluido y por el contrario se mostró especialmente vulnerable a espaldas de Busquets y Mascherano, recolocado como lateral derecho cada vez que entraron en acción Burgui y Sergio Álvarez. Así llegó el 2-1 que remató Castro.

Y si no pasó peor en el inventario barcelonista fue por la generosidad ilimitada de los muchachos de Rubi. El tercer gol fue un regalo de Babin que Luis Suárez convirtió en un espléndido remate, imposible para Cuéllar. La efectividad azulgrana resultó tremenda, suficiente para disimular sus carencias futbolísticas, especialmente notables en un partido tan apetecible como el que le ofreció el despistado Sporting.

Alcácer por Suárez

Ni los goles, ni la presencia del tridente, que no se toca ni en los partidos de entreguerras, como si su presencia fuera una cuestión tan futbolística como comercial, ayudaron a pasar la tarde a los muchos invitados que había en el medio vacío Camp Nou. No tiene el Barcelona problema de delanteros sino de medios y sobre todo de defensas, especialmente en el costado derecho, un puesto asignado al volante Sergi Roberto, suplente ante el Sporting.

El sábado llega el Celta y el próximo miércoles se presentará el PSG. Nadie en el estadio habló todavía de remontada ante el campeón de Francia. El equipo azulgrana no acaba de transmitir buenas sensaciones, no mejora su fútbol, y hay serias dudas sobre la forma de muchos jugadores vitales para un partido de Champions. Habrá que ver cómo evolucionan Piqué e Iniesta, que descansaron contra el Sporting. También se reservó media parte Luis Suárez. Apareció por fin Alcácer, seguramente el suplente más caro y anónimo de la Liga, y marcó un buen gol a pase de Messi. El 10 apretó un poco, la defensa asturiana se puso a temblar como un flan, el balón quedó a pies del rosarino y su asistencia la aprovechó Alcácer.

Neymar celebra su primer gol en la Liga en el Camp Nou.
Neymar celebra su primer gol en la Liga en el Camp Nou. Manu Fernandez (AP)

El gol permitió que la hinchada aplaudiera un rato al ariete mientras la Grada d’Animació reivindicaba una nueva jornada a Luis Enrique. No era fácil entrar en calor en un partido tan frío, inanimado y destensado, re suelto por inercia con una goleada: 6-1. El mejor momento llegó, sin embargo, a la hora de partido cuando el entrenador retiró a Messi. El 10 solo había descansado treinta minutos en el 2017. Y nada bueno se podía esperar del tiempo que quedaba por jugar, a pesar de que el Barça tuvo mejor pinta, como si se hubiera reorganizado sin Messi.

Acaso se podía aguardar que Neymar se estrenara en el Camp Nou como goleador en la Liga. Y su tanto llegó en una falta que entró por la cruceta izquierda de Cuéllar. A excepción de un sexto tanto de mucho mérito de Rakitic, ya no hubo más en un partido que pareció sobrar por el papel jugado por los dos equipos: el Sporting solo piensa en el Deportivo —reservó a sus mejores jugadores— y el Barça únicamente tiene en la cabeza al PSG.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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