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El Dortmund golea al Benfica y vuelve a la nobleza

Aubameyang, autor de un triplete, lidera al cuadro alemán, que regresa entre los ocho mejores tras dos años de ausencia

Aubameyang celebra un gol contra el Benfica.
Aubameyang celebra un gol contra el Benfica.GUIDO KIRCHNER (AFP)

Tras dos temporadas de abstinencia, el Borussia Dortmund regresa a la alta nobleza de la Liga de Campeones, vuelve a estar entre los ocho últimos de la competición y de alguna manera completa la transición efectuada tras la marcha de Jürgen Klopp y la llegada de Thomas Tuchel. Atrás deja al Benfica, que tuvo alguna opción para hacer daño, pero no logró ir más allá de sus limitaciones: era mucho menos equipo y en cuanto se puso por detrás en la eliminatoria ni siquiera se revolvió y acabó vapuleado por un rival en el que volvió a su mejor nivel Aubameyang, que anotó tres goles y olvidó su nefasta actuación en el partido de ida.

El Borussia partió como los equipos alemanes de toda la vida, con el acelerador pisado hasta la tabla y sus velocistas en efervescencia. Parecía champán, pero era gaseosa. Revoltosa, eso sí. Le sirvió el frenesí para igualar la desventaja y exponer la baza de la intimidación, pero el Benfica no se achantó pese a ese inicio. Encajó en un saque de esquina ejecutado según la vieja escuela porque Pulisic acudió al primer palo a prolongar el saque y Aubameyang entró al segundo a remachar. Se activó el Borussia desde todos sus flancos, por aire y tierra, pero el Benfica acertó a parar el partido. No es poco mérito en tal escenario.

De pronto se le vio el cartón al Borussia, que en la ida había generado ocasiones de todos los colores y en su estadio se cayó durante largos minutos prisionero de la intrascendencia. Allí estaba Tuchel para agitar los brazos desde la banda y pedir más madera. Lo que encontró fueron malas decisiones, precipitación, bloqueo y hasta un problema con Dembélé, que se pudo ser expulsado antes del descanso por una falta sobre Eliseu cuando acababa de recibir una amonestación.

El Benfica empezó a creer. Avisó con Cervi y con Luisão, también por el cielo y por el piso, comenzó a manejar la pelota, sin alardes, pero con criterio. En definitiva, frenó al rival y le pudo complicar tras el descanso cuando tres zagueros amarillos tuvieron que lanzarse como titanes a bloquear un disparo de Cervi que se iba a la red.

Fue el último vuelo del águila. Dejó pasar la presa el Benfica y el Borussia no le concedió más oportunidades, regresó al ritmo de los primeros minutos de partido, encontró los espacios que necesitaba para generar dos goles y liquidó la eliminatoria en un pispás. Marcaron Pulisic y Aubameyang, otra vez protagonistas en la definición, y mostraron que el Borussia es más cuando tiene la oportunidad de lanzarse.

Con media hora por delante y una ventaja de dos goles, el Borussia pasó de galopar a gestionar. Lo hizo de manera funcionarial. No precisó más. Al Benfica se le cayó por el camino cualquier atisbo de ambición, transitó hacia la vulgaridad más absoluta, incapaz siquiera de acercarse a la meta de Burki y acabó por sufrir un revolcón en pleno festival de Aubameyang, que acabó por firmar un triplete antes de que Tuchel dosificase sus carreras y le brindase la posibilidad de recibir la ovación de la grada.

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