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La Champions femenina echa raíces

El torneo, creado por la UEFA en la temporada 2001-2002, gana prestigio entre los grandes clubes. El Lyon ha heredado el dominio de los equipos alemanes

Juan I. Irigoyen
Carli Llyod, la mejor jugadora del mundo, en un entrenamiento del City.
Carli Llyod, la mejor jugadora del mundo, en un entrenamiento del City. Tom Flathers (AP)

Bajo el nombre de Copa de la UEFA femenina, en la temporada 2001-2002 nació en una reunión del Comité Ejecutivo de la UEFA el primer torneo europeo de fútbol femenino. Al año siguiente, en Alemania, arrancó a rodar el balón en Europa para las mujeres. Participaron 33 equipos —de las grandes Ligas se clasifican los dos primeros— y el Frankfurt se coronó como el mejor tras derrotar al Umea de Suecia. Tuvo su revancha el equipo de Västerbotten, que se quedó con las ediciones de 2003 y 2004. En aquel conjunto mandaba Marta, cinco veces ganadora del Balón de Oro femenino. “La Champions es una competición fascinante”, suele decir la brasileña. Pero el equipo sueco se apagó y comenzaron a gobernar los alemanes. El Turbine (2005 y 2010), el Frankfurt (2006, 2008 y 2015), el Wolfsburgo (2013 y 2014) y el Duisburgo (2009). En medio del poderío alemán se coló el Arsenal en la campaña (2007) y el rey actual es el Lyon (2011, 2012 y 2016). Mañana el Barcelona disputa la ida de los cuartos de final en Suecia contra el Rosengard.

Women’s Champions League, cuartos

La competición, que arrancó en la temporada 2001-2002 bajo el nombre de Copa Femenina de la UEFA y cambió al de Champions League en la 2009-2010, da inicio esta semana a la fase de cuartos con los siguientes cruces.

Mañana

Rosengard (Sue) - Barcelona (19.00). Vuelta 29 de marzo.

Jueves

Fortuna Horring (Din)- Manchester City (Ing).

Bayern (Ale)-PSG (Fra).

Wolfsburgo (Ale)-Lyon (Fra).

Entre los cuartofinalistas destaca el Olympique de Lyon, actual campeón, con tres títulos y dos subcampeonatos. Las alemanas del Wolfsburgo tienen dos títulos y un subcampeonato. El PSG perdió la final de 2015 y el Fortuna en 2003.

La competición ha echado raíces y ganado encanto. La estadounidense Carli Lloyd, ganadora del premio a la mejor jugadora del mundo en 2015 y 2016 según la FIFA, dejó su Delran de New Jersey para jugar en el Manchester City. Solo por un rato. Su club en Estados Unidos le dio permiso para jugar en Europa durante el receso de la Liga americana. En mayo tiene que regresar a su país. No le importa a Lloyd, que quiere oír el himno de la Liga de Campeones. “Estoy muy ilusionada por poder jugar en Inglaterra”, aseguró la americana nada más aterrizar en Manchester. “Después de jugar en Estados Unidos durante toda mi carrera, quiero tener la oportunidad de probarme a mí misma en un nuevo ambiente. Pero lo que más me interesa es participar en la Champions League, es algo que me entusiasma”.

Lloyd no está sola. A su compatriota y también estrella de la selección estadounidense Alex Morgan también le picaba el gusanillo de jugar en Europa. “Sentí que tenía que seguir mi instinto y mi instinto me decía que necesitaba explorar algo nuevo para seguir evolucionando como jugadora. También buscaba un nuevo desafío”, subrayó Morgan, tras fichar por el Olympique de Lyon, la superpotencia del fútbol femenino en Europa, último campeón de la Champions League. El problema tanto para Lloyd como para Morgan es que llegan a Europa con pasaje de ida y vuelta. Ambas tienen que volver a su Liga en mayo y, en caso de que sus equipos aterricen en la final de Cardiff del próximo 1 de junio, tendrán que ver a sus compañeras por televisión.

Los presupuestos

Después de los primeros ensayos, la UEFA buscó darle más glamour a la competición y la rebautizó. A partir de la temporada 2009-2010 la Copa de la UEFA femenina pasó a llamarse Women’s Champions League. Como el torneo masculino. Pero mientras el Real Madrid se embolsó el año pasado cerca de 15 millones de euros por derrotar en la final al Atlético en Milán, el Olympique de Lyon recibió 200.000 euros después de vencer en la final al Wolfsburgo. Fue la tercera orejona para el equipo francés.

Los equipos españoles avanzan poco a poco. El Barça llegó la temporada pasada por primera vez a los cuartos de final y mañana buscará meterse en semifinales. “Me gustaría ir en un Ferrari, pero voy en un 600”, dijo el técnico azulgrana, Xavi Llorens, tras caer el curso pasado ante el PSG. El equipo francés es una superpotencia económica. Entonces, el cuadro azulgrana todavía no se había volcado al profesionalismo. Hoy, Llorens cuenta con cerca de 1,2 millones de euros de presupuesto. Todavía muy lejos de los seis millones que se gastan los poderosos PSG y Lyon. “Todavía estamos en fase de crecimiento”, sostiene el entrenador azulgrana.

El Atlético también participó en esta edición, pero cayó en dieciseisavos, la primera ronda después de una fase previa. El Rayo Vallecano, en la temporada 2011-12, también cayó en esa ronda. El Real Madrid no tiene sección femenina. Otros grandes clubes de Europa miran cada vez con más encanto a esta nueva Champions femenina.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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