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Un poquito de rabia en la fiesta de España

Lopetegui dice que la selección fomenta la agresividad de Costa en el ataque: “La queremos, la necesitamos, la buscamos”

Diego Torres
Diego Costa mira a Lopetegui en la rueda de prensa del jueves.
Diego Costa mira a Lopetegui en la rueda de prensa del jueves.MIGUEL RIOPA (AFP)

A la derecha de Julen Lopetegui se sentó Diego Costa. Barbudo como un náufrago, seguro de sí mismo, cruzando los brazos de estibador sobre el pecho y lanzando miradas complacientes sobre la audiencia que lo miraba en El Molinón, el goleador acompañó al seleccionador al trámite protocolario de la conferencia de la víspera del partido con el aplomo de un guardaespaldas. Apenas emitió un gruñido sordo cuando escuchó que le preguntaban por el espíritu revoltoso con el que afronta los partidos. Sonrió, hizo una pausa, y habló con la voz áspera de quien ha maltratado sus cuerdas vocales sin piedad: “Yo normalmente me enfado durante los partidos”.

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El hombre nacido en Lagarto (Brasil) hace 28 años cree que no hay placer sin ira, ni competencia sin bravura, ni bravura sin un poco de rabia. Está a punto de conducir al Chelsea hacia su segundo título de Premier en tres años haciendo bandera de un estilo de juego frontal y físico que tiene muy poco que ver con lo que ha hecho España en la última década. Si el estilo de la selección está en fase de transformación es, en gran medida, debido a su presencia condicionante. Así lo quiere Lopetegui. Por razones técnicas y psicológicas. El seleccionador está convencido de que al ataque más ligero, académico y sutil del planeta le hace falta un poco de metralla en la sopa. Así lo dispondrá este viernes contra Israel, en el quinto partido de clasificación del Mundial de 2018.

“Claramente, si Diego está con nosotros es porque le consideramos importante”, dijo Lopetegui codeándose con el interpelado. “Queremos a Diego tal y como es. Todos los jugadores tienen cosas buenas y cosas a mejorar, y Diego es de los que tienen muchas cosas buenas y cosas a mejorar. Él es consciente, pero su rendimiento con nosotros ha sido fantástico. Ese punto de agresividad positiva es necesario. Le queremos un poquito cabreado. No mucho, pero un poquito sí. Porque en el fútbol cada uno se expresa como lo siente. Y evidentemente esa parte de Diego la queremos, la necesitamos y la buscamos”.

Lopetegui siempre ha contado con Costa cuando ha estado sano. Titular en cuatro de los seis partidos que ha dirigido el seleccionador desde su nombramiento, le considera un puntal a pesar de que no siempre consigue interpretar el juego de sus compañeros, sus controles pueden ser azarosos y con demasiada frecuencia se enreda en los espacios reducidos. En el Molinón volverá a la punta del ataque en detrimento de Morata, que comenzará en el banquillo. Le avalan sus 17 goles en la Liga inglesa esta temporada y sus tres tantos con la selección en partidos oficiales: dos a Liechtenstein y uno a Albania.

“Intento jugar para hacer lo mejor e intento controlar mi agresividad en las acciones”, dijo, con una timidez desconcertante. “Contra Israel jugamos un partido clave”.

España, el equipo que elevó el tiki-taka a la cima del fútbol de selecciones, ya no es la fiesta pop que solía ser. Diego Costa le añade una gota de aguardiente.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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