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La mutación definitiva de Cristiano a un nueve de área

El delantero del Madrid ha adelantado y centrado su posición para mantener su voracidad goleadora. En esta Champions se desata en la recta final y al primer toque

Eleonora Giovio
Cristiano Ronaldo celebra junto a Modric, Sergio Ramos, Carvajal y Casemiro su segundo gol al Atlético.
Cristiano Ronaldo celebra junto a Modric, Sergio Ramos, Carvajal y Casemiro su segundo gol al Atlético. Sergio Perez (REUTERS)

Cristiano Ronaldo tiene 32 años. No corre tan rápido como hace tres o cuatro. Regatea menos. Le cuesta más irse de los rivales en velocidad y en el uno contra uno. Las bicicletas no le salen como antes. Se enfada con el compañero de turno cuando no llega a un balón o lo controla mal porque cree que no ha sido un error suyo sino del que le ha dado el pase. Pero no engaña. Lo que le mueve es el hambre, la competitividad, el protagonismo. Ha cambiado su cuerpo desde que llegó al Madrid en verano de 2009, pero no su relación morbosa con el gol. Vive de ello y se ha cambiado de piel para seguir alimentándose. Ahora merodea más cerca del área y ha accedido a dosificarse. Menos goles, más decisivos y al primer toque.

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Con el triplete del martes al Atlético, además de acercar al Madrid a la final de Cardiff y hacer soñar a la hinchada con un posible doblete (los blancos no lo consiguen desde 1958), ha alcanzado los 400 tantos con la camiseta del Madrid en 389 partidos. El promedio, bestial, es de 1,02 por partido. “Soy de este planeta”, dijo, sin embargo, él ayer cuando el presidente Florentino Pérez fue a Valdebebas a entregarle una camiseta conmemorativa. “Con dedicación y trabajo duro, las cosas vienen de forma natural”, añadió el portugués.

En las últimas temporadas Cristiano nunca ha bajado de los 51 goles. Alcanzó la cifra récord de 61 en 2014-15. Esta suma 35. Bastante lejos de sus registros habituales. De ahí que el debate empezara a alimentarse cuando firmó su renovación hasta 2021. ¿Aguantará? ¿Cómo asumirá el rol de suplente al que tarde o temprano le obligará el paso del tiempo? ¿Cuánto de mal vivirá los achaques teniendo en cuenta que su fútbol depende mucho de su físico y su ego de los goles?

De momento, Cristiano ha respondido a esas preguntas con un plan de trabajo pactado con Zidane a principio de temporada para llegar en forma al tramo final. El técnico francés le convenció de que era necesario que entrara en las rotaciones por la cantidad de partidos que venía acumulando en los últimos años. El portugués, que confía mucho en Antonio Pintus, el preparador físico que fichó Zidane, accedió. Y ha tenido premio. Dice que se siente más fresco y que el cambio ha sido radical con respecto a las últimas 4-5 temporadas en las que llegaba siempre al límite.

Los números dicen que de los diez goles que lleva en Champions, ocho los ha marcado a partir de cuartos de final (cinco al Bayern, tres al Atlético). Nunca le había pasado desde que está en el Madrid. En la temporada 2015-16, anotó 16 goles en Europa, tan sólo tres a partir de cuartos de final. En la 2014-15 alcanzó los diez tantos, pero marcó solo dos a partir de cuartos. En la 2013-14 rompió barreras con 17; cuatro a partir de cuartos. Los mismos que en la 2012-13 (12 en total en la máxima competición europea). En la 2011-12 terminó la Champions con 10 y cuatro fueron los que marcó a partir de cuartos de final; en la 2010-11 fueron dos de seis.

Son cifras que, comparadas con los minutos que sumaba en los años anteriores cuando llegaba el tramo decisivo de la temporada, desvelan la importancia de la dosificación del portugués. Ningún entrenador, salvo Zidane, lo había sentado antes. Mientras que este año ha llegado a los cuartos de final contra el Bayern con 3.202 minutos, en las anteriores temporadas nunca había bajado de 3.509 (llegó incluso a acumular más de 3.650). “Yo no sé si sólo por eso que esté siendo tan decisivo porque el gol lo tiene. Pero sí es importante que haya descansado”, explicó Zidane.

Un nueve de área

De los diez goles que ha marcado hasta ahora en Champions, además, siete han sido al primer toque. Señal evidente de su mutación a nueve. “Cristiano antes era un nueve de toda la cancha y ahora es un nueve de área. Antes arrancaba con peligro desde su propia área y transmitía la misma sensación de peligro 70 metros después. Ahora ha acortado el foco aunque todavía es capaz de arrancar desde atrás como se vio en el tercer gol al Atlético”, explica Jorge Valdano.

Para el exdelantero del Madrid, Cristiano ha hecho un camino inverso respecto a Leo Messi. “Lo que ha tenido siempre Cristiano es una enorme voracidad. Necesita el gol, al contrario que Messi. Mientras Leo ha ido retrasando su posición de 20-30 metros para sentirse más estratega, el portugués la ha adelantado para sentirse más goleador. Desde que llegó Cristiano, el Madrid es mejor equipo, pero también hizo mejor a CR. Ha crecido año tras año y esta no es más que su última versión”.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de deportes, especializada en polideportivo, temas sociales y de abusos. Ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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