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Mikel Landa: “Llegaré a donde pueda llegar, y seré feliz con eso”

El escalador vasco regresa al Giro, la carrera que le dio gloria en 2015, cuando terminó tercero, y miseria el año pasado

Carlos Arribas
Mikel Landa, en el Tour pasado.
Mikel Landa, en el Tour pasado.DAVID STOCKMAN (BELGA / Cordon Press)

El Giro que comienza el viernes 5 de mayo es el cuarto en el que participa Mikel Landa (Murgia, Álava, 13 de diciembre de 1989), el ciclista español que mejor lo puede hacer. En el primero quedó 34º, en el segundo quedó tercero detrás de Contador y su compañero de equipo Aru, y ganó dos etapas, y no pudo terminar el tercero, al que llegó con la gran responsabilidad de liderar el Sky, nada menos, y cargar con el peso de las esperanzas del ciclismo español. Se retiró, enfermo, después de la novena etapa, en la que, irónicamente, el escalador vasco había mostrado magníficos progresos contrarreloj. Regresa a la carrera que le ha dado prestigio internacional con un perfil más bajo dentro de su equipo, como colíder con Geraint Thomas, pero con la misma expectación para el aficionado español.

Pregunta. Después de la retirada del año pasado, ¿cómo se plantea el Giro, cómo quiere el equipo que se lo plantee?

Respuesta. El objetivo personal sigue siendo el mismo, volver disputar el Giro, y el del equipo, un poco también, pero con la suma de Thomas.

P. ¿Eso es un paso atrás en su carrera? Después de su podio en el Giro de 2015, llegó al Sky para ser el líder en Italia y ayudar a Froome en el Tour. Ahora va de colíder, peleando por el puesto que le dijeron que tendría...

R. Se puede entender así, claro... El año pasado no pude ni terminar el Giro, ¿no? Nadie sabe qué hubiese pasado. En el Tour no estaba bien y no pude ni participar en la Vuelta... Para ellos también es difícil apostar todas las funciones del equipo en un corredor. Thomas está haciendo muy buenas temporadas y le apetece probar... El equipo es inglés y yo lo entiendo como normal. Y no tengo ningún problema. Es más, me gusta tener un compañero que pueda disputar la general también. La carretera nos pondrá en nuestro sitio.

P. ¿Qué conclusiones sacó del Giro pasado?

R. El año pasado fue todo a contrapié. Tuve un invierno malo, empecé a entrenarme tarde, y, mirándolo desde ahora, veo que solo llegar a la salida del Giro fue un gran paso. Me quedo con que salvé muy bien la primera semana, sin caídas, ni pérdidas de tiempo e hice una buena contrarreloj.

P. ¿Qué quiere decir cuando dice ir al Giro a disputar?

R. Pelear por ganar es muy difícil, y más este año, que hay una participación muy buena. Hasta el top ten estará muy caro. Hay al menos 15 corredores que pueden estar entre los cinco primeros de una grande. Mi objetivo es estar peleando por algo hasta el último día, tener algo que hacer, ser parte de la carrera. Ojalá sea por un puesto en el podio o entre los cinco primeros. Es algo con lo que acabaría satisfecho.

P. ¿Cómo lo correrá? ¿Su planteamiento será pensar una serie de etapas clave para probar y dependiendo de eso, moverse por la general?

R. Siempre tendré que hacer caso a las órdenes de equipo. Ellos estudian mucho en qué etapas se puede perder, en qué etapas se puede ganar, pero, bueno, en el Giro siempre pasa lo mismo. En la primera semana parece que gana uno, en la segunda parece que gana otro, y en la tercera aparece otro y se lo lleva todo. Mi idea es pensar siempre en la última semana pero sin perder ninguna oportunidad desde el principio. El Etna, el cuarto día, el Blockhaus, que es mítico, es el noveno... Hay que ir con las orejas tiesas desde bastante pronto, pero el Giro es una carrera de gran fondo y habrá que llegar vivo a la última semana.

P. Hace dos años, le salió el Giro perfecto... Hasta hizo sufrir a Contador en la montaña.

R. E igual nunca se vuelven a dar las mismas circunstancias.

P. En la etapa de le Finestre, usted atacó, pero su director le mandó pararse para que no quitara a Aru el segundo puesto en la general. Parece que si un ciclista no es un supercrack se le puede usar como peón para jugadas en las que no se lleva nada…

R. Pues sí, puede ser, puede ser...

P. ¿Se siente llamado, obligado, a ser la figura del ciclismo español cuando se retiren Contador y Valverde?

R. Un relevo como ese es imposible. La gente lo sabe y nosotros lo entendemos. Por detrás venimos corredores buenos para hacer disfrutar a la afición española, como Soler, De la Cruz, Ion Izagirre, estoy yo, Jesús Herrada, y alguno más.

P. La retirada de Indurain le pesó a Olano toda su vida... Todos le querían ver como el nuevo Indurain. ¿Nota usted ese peso?

R. A mí no me pesa porque soy el primero que no se ve como ellos. Llegaré a donde pueda llegar. Yo soy yo, nunca voy a ser como ellos, y seré feliz con lo que haga.

P. ¿Nota que cuando se le enjuicia se le compara siempre con ellos?

R. No lo noto, no. Me siento querido. Siento que la gente aprecia lo que he hecho hasta ahora, que le gusta como corro, y saben que soy algo diferente, que no disputaré un Tour, una gran victoria. Y la gente disfruta igual. Eso es lo que me gusta mucho, además. Que disfruten con lo que yo hago.

P. Su palmarés es de grandes victorias de etapa ganadas a lo grande, de exhibición. ¿Le falta regularidad?

R. Forma parte de mí. Si no me pasara eso no sería yo. Creo que los años me irán dando esa regularidad, esa madurez, veremos. Los años que vienen son los cruciales para marcar un estilo más concreto.

P. ¿Ha vuelto a pensar o a dudar de su decisión de ir al Sky?

R.Sigo pensando que era la mejor opción en aquel momento. Me ofrecían un proyecto deportivo muy bonito. Volver al Giro como líder me encantaba. Es un equipo en el que los focos están muy dirigidos hacia Froome y yo estaba bastante tranquilo. Lo que pasa es que cuando empiezas a contrapié, todo es muy difícil: querer estar, ser nuevo en el equipo, entrar con un nuevo rol... Fue un año bastante complicado.

P. ¿Qué corredor quiere ser, qué puesto quiere ocupar en la historia del ciclismo?

R. Me gustaría que me recordaran diciendo, ‘jopé, cómo subía’, o ‘qué fácil lo hacía’. Sobre todo eso. Ganaré un Giro o no, ganaré una Vuelta o no, un Tour ni lo menciono, y eso no me preocupa, pero que la gente me recuerde como alguien que diga, ‘cómo subió el Mortirolo aquella vez’, o también como un ‘podía haber’... ‘podía haber ganado el Giro aquella vez, y nadie sabrá qué pasó, o si no llega a ser porque le pasó eso...’ Esa cosa me gusta. Yo, como Marino Lejarreta, que no era muy ganador pero todo el mundo le quería. Yo he oído que cuando ganaba una etapa de tanto en tanto tiraban cohetes en los pueblos. Eso es algo único... A mí eso me llena más, la verdad, me llena más que... A todos nos gusta ganar y corremos para ganar, pero yo creo que en el recuerdo de la gente quedan más esos ataques famosos o esos intentos, como el ciclismo de los últimos años de Contador. Todo el mundo va a recordar eso.

P. ¿Más que una lista de victorias en el palmarés?

R. Sí, eso se olvida, eso se olvida rápido. Nadie se acuerda de quién ganó la etapa de Le Finestre [fue Aru], jejeje... Todos se acuerdan de que me pararon allí y tal.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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