_
_
_
_
_

Gayà sorprende al Espanyol

A los blanquiazules les falta puntería en un partido de poco ritmo y escaso de ocasiones en Cornellà-El Prat

Ramon Besa
Gayà, después de marcarle gol al Espanyol.
Gayà, después de marcarle gol al Espanyol.Marta Perez (EFE)

Al Espanyol no le convienen los partidos relajantes ni jugar para quedar bien, sino que necesita sentirse apretado y batirse sin desmayo para ganar a cualquier rival, también al Valencia. No tuvo puntería el equipo de Quique Sánchez Flores para coronar alguna de sus escasas oportunidades y a los chicos de Voro les alcanzó con una buen gol de Gayà. Nadie se acordó en el Espanyol de que el encuentro había sido denominado como el día de los Niños Pericos. No fue una jornada para hacer afición y menos para convencer a los pequeños que se quedan en casa con la PlayStation. No había nada más en disputa que el honor y el blanquiazul fue un equipo negado ante el efectivo Valencia.

Al calor de un sol primaveral, el Espanyol salió muy alegre a la cancha, bien perfilado y punzante por los costados, dispuesto a asumir la iniciativa por su condición de local y porque quería despedir la temporada en su estadio con un buen partido contra el Valencia, un equipo que le hizo mucho daño en Mestalla. Aunque siempre fue un equipo que se expresa mejor a partir de las transiciones ofensivas, los blanquiazules enfilaron a Domenech con las llegadas de Jurado. No atinó el volante, impreciso en el tiro, ni enfocó bien la portería Gerard Moreno. Así que el Valencia despabiló con el intervencionismo de Orellana y las apariciones de Nani.

Los muchachos de Voro tomaron el balón y enfriaron el juego, mala noticia para el Espanyol, necesitado de ritmo e intensidad, virtudes habituales en Cornellà-El Prat. La ausencia de Piatti, afectado por la llamada cláusula del miedo en su calidad de cedido por el Valencia, posibilitó la reaparición del extraviado Hernán Pérez. Apenas entró en el partido, circunstancia que redundó en el protagonismo ofensivo de Gerard Moreno. Al Espanyol le alcanzó con un par de cambios de ritmo, los detalles de Leo Baptistao y un poco de determinación para recuperar el mando y someter al Valencia. A los blanquiazules, mejores en todo, solo les fallaba definir, tibios ante Doménech.

Las aceleraciones de los puntas del Espanyol evitaron la siesta de la hinchada de Cornellà-El Prat, escasa y festiva, como si estuviera de camping en su despedida de la Liga. A Voro no le gustó cómo jugaba su equipo y optó por dar entrada a Carlos Soler por Orellana, precisamente el jugador que había dado fe de vida por parte del Valencia. La rueda de los cambios sonrió al Valencia después de un remate fallido de Caicedo. Jurado perdió el cuero y propició la contra visitante rematada por Gayà. La maniobra del lateral fue preciosa, por la recepción por dentro y la media vuelta, y su definición con la zurda inapelable porque cruzó el esférico al palo izquierdo de Diego López.

La afición se puso nerviosa y hasta despidió con pitos a Jurado cuando fue sustituido por Melendo. No mejoró en ataque del Espanyol con la entrada de un tercer delantero como Caidedo y acabó el partido de mala manera, abatido por el Valencia después de ceder también con el Atlético y el Barça. Un mal resultado en un partido sin miga después de una buena temporada del Espanyol a falta de la última jornada de Liga.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_