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Los niños del Ajax que se interponen entre Mourinho y la Champions

Los holandeses disputan al Manchester United la final de la Europa League, llave para jugar la máxima competición el curso próximo

Jordi Quixano
Bosz da instrucciones en una sesión de la semana pasada.
Bosz da instrucciones en una sesión de la semana pasada.ROBIN VAN LONKHUIJSEN (EFE)

Algunas mañanas, cuando el sol da los buenos días, varios niños están cortando el césped o limpiando los vestuarios de De Toekomst, ciudad deportiva del Ajax y vivero de los mejores talentos de Holanda. Lo hacen porque están castigados por mal comportamiento, una norma del manual que se reparte a cada chico que entra en la escuela al tiempo que le dan dos advertencias: aquí el ritmo de juego es mucho más alto y todavía no estás al nivel que queremos. Todo está recogido en el Plan Cruyff, que se aplicó con entusiasmo hasta 2015 pero perdió protagonismo al año siguiente porque Frank de Boer, en un inicio entregado al proyecto, acabó por decantarse por el estilo futbolero y más directo de Van Gaal, el otro personaje más influyente del Ajax. Pero esa cosecha se ha recogido ahora, como lo explican los seis canteranos formados desde la base más otros tantos que llegaron en la pubertad; y como lo plasma el técnico Peter Bosz, seguidor de Johan a pies juntillas. La final de la Liga Europa frente al Manchester United (este miércoles, 20.45, beIN Sport) con un equipo de 22,2 años de edad media –es el once base en la competición- lo atestigua. Toda una revolución que recuerda a la anterior gesta del Ajax, entonces con Van Gaal, cuando un equipo plagado de jóvenes (Van der Sar, los hermanos De Boer, Seedorf, Davids, Litmanen y Overmars entre otros) conquistó la Copa de Europa de 1995.

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“Formamos a la mayoría de los jugadores que están en el primer equipo”, señala Ruben Jongkind, exdirector del desarrollo de talento del Ajax; “De Ligt (17 años), Van de Beek (20), Tete (21), Riedewald (20), Dolberg (19) y Kluivert (18) siguieron desde el principio el Plan Cruyff. Otros, como Klassen (24), Veltman (25), Nouri (20)… llegaron más mayores, pero también entraron en el proyecto de formación creado por Johan”. El manual fue una novedad enorme –hasta el punto de que el Barça se interesó en su momento- porque a los entrenadores fijos de cada equipo se les añadió otros técnicos-mentores que se encargaban de unos 10 niños de distintas edades y equipos durante su estancia en la cantera. Y cada seis semanas, cambiaban de equipo para poder seguir las evoluciones de sus jugadores y así fomentar el diálogo entre misters para enriquecer al futbolista. Del mismo modo, apoyados en My Coach, un laboratorio donde se hacen pruebas científicas como estudiar los chuts, analizar la carrera, realizar pruebas de salto…, aplican un método individualizado para cada jugador donde gana el 5% en cualidades técnicas, tácticas, físicas y mentales. “De un año a otro, pasamos del ocho al 28% de canteranos en el primer equipo”, cuenta Wim Jonk, exdirector de la cantera del Ajax que se marchó a finales de 2015 cuando lo hizo Cruyff, enfrentado con el club porque ya no le hacía caso.

De Kluivert a Kluivert

Controló a duras penas un pase de Rijkaard en el balcón del área y puso la izquierda como solución para definir a gol frente al Milan y lograr la Champions para el Ajax. Patrick Kluivert le dio la vuelta a la camiseta y enseñó el 15, su dorsal, en el pecho. Era 1995. Hoy, 22 años más tarde, su hijo Justin podría defender también al Ajax en otra final continental, en este caso la Liga Europa. “Sabíamos que llegaría, pero no pensábamos que tan rápido”, resuelve Ruben Jongkind; “es una pequeña sorpresa”.

Justin llegó a la escuela ajacied a los 10 años, pero no tuvo nunca un trato de preferencia por ser el hijo de. "Al revés", explica Jongkind; "cuando se tiene talento y apellido se les controla más". Pero enseguida vieron que si ganaba un pequeño porcentaje en sus cualidades, marcaría la diferencia. Por lo que a partir de los 13 años, Wim Jonk le trazó un plan individual que pasaba por fortalecer el aspecto ambidiestro de su juego y también físico. Y, ya en edad de juveniles, le entrenó su padre Patrick. Algo que tampoco le amedrentó ni incomodó. "Es el típico Ámsterdams, valiente, un tanto arrogante y creativo. Tiene mucha autoestima, pero también necesitaba estímulos al nivel más alto para poder jugar mejor", relatan. Y ese estímulo fue subir al primer equipo, donde juega de extremo. "Es puro producto del club, terriblemente eficaz en el uno contra uno", le elogia Bosz. Y Justin responde: "Dentro de siete años me veo en el Barça, mi club soñado. Pero el fútbol inglés también tiene mucho nivel y me gustaría jugar allí". Y revela su ídolo: "El jugador que más admiro es Cristiano Ronaldo. No solo por sus cualidades, también la forma en que vive, lo que come y lo duro que entrena. Toda su ética de trabajo, él es realmente un ejemplo para mí". Y no le va mal porque esta noche podría emular a su padre con un gol que diera un título europeo al Ajax.

Pero este año parece haber retomado el Plan con Edwin van der Sar como director general y con Marc Overmars de director de la red de escuelas; también con ayudantes como Dennis Bergkamp, Jaap Stamp y Rob Witchsge, todos exjugadores reconocidos. “Damos sueños y oportunidades a los jugadores jóvenes”, expresa el exportero del Ajax y United para la web de la UEFA; “es lo mejor para estos chicos porque cuando tienes 17 años y ves que tu amigo debuta en el primer equipo, tú también quieres eso”. Y amplía: “Somos un club que crea jugadores, nuestro lema principal es la educación. Por eso existimos, para dar a los jóvenes la oportunidad, y cuando se marchan, saber que hay otro jugador listo para ocupar su lugar. Somos uno de los pocos clubes en el mundo capaz de hacer eso, y por eso somos respetados en el mundo del fútbol”. Logro que la entidad realiza con un presupuesto cercano a los 10 millones de euros y que, desde este curso, cuando los jóvenes llegan al primer equipo encajan a la perfección con el librillo de Peter Bosz.

Bosz, como anillo al dedo

Con un currículo discreto (AGOVV, De Graafschap, Heracles y Vitesse), Jordi Cruyff –director deportivo del Maccabi Tel Aviv- decidió ficharlo. “Ya lo había intentado varias veces porque es un hombre con la filosofía de mi padre, un cruyffista acérrimo”, expone el hijo de Johan; “quiere pressing, mucho ataque, extremos abiertos… Y da mucha importancia al juego de posición y posesión, pero también le gusta la verticalidad, el dinamismo, y sobre todo presta mucha atención a recuperar la pelota cuanto antes, a poder ser en menos de cinco segundos”. Y funcionó tan bien en Israel que seis meses después lo reclamó el Ajax. “Nos hubiera gustado tenerlo más tiempo, pero él quiso irse”, acepta Jordi Cruyff.

Con Bosz, los jugadores y el libreto se mezclan de maravilla porque hablan el mismo idioma, que es el del cruyffismo. Así lo reconoce el propio entrenador: “Las ideas de Johan Cruyff están presentes en el club. Su nombre se menciona a diario”. Manual que ha llevado a unos niños a la final de la Europa League.

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