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El Girona rompe las puertas de Primera

El equipo gerundense, tras perder ocasiones de oro en 2013, 2015 y 2016, logra su objetivo y el próximo curso se estrenará en la máxima división del fútbol español

Los jugadores del Girona celebran el ascenso.Foto: atlas | Vídeo: Robin Townsend (EFE) / ATLAS
Juan I. Irigoyen

Hay equipos que tienen una conexión íntima con la victoria, ganan en las buenas y en las malas, como si el triunfo formara parte de su ADN. Algo así le pasa al famoso Madrid, que casi cada vez que aterriza en la final de la Champions se vuelve para Cibeles con la orejona. Otros clubes, en cambio, parece que siempre pillan a la fortuna de vacaciones. Entre la desgracia y la melancolía, no les queda más remedio que asociarse a la derrota. En esas andaba el Girona, que cada vez que se colaba en los play-off de ascenso a Primera, se le encharcaban los ojos de frustración. Tres veces en las últimas cuatro temporadas (2013, 2015 y 2016), el cuadro rojiblanco se quedó con las ganas de codearse con la élite. Pero hay días que el fútbol se olvida de los pedigríes, no le importa si el equipo tiene de nombre Girona, si el club tiene un pasado entre los grandes o si la afición revienta el estadio cada semana. Hay días que el fútbol redime a los malditos. Como este domingo, en Montilivi. El Girona de Pablo Machín empató con el Zaragoza (0-0) y jugará por primera vez en su historia en la Liga Santander.

Necesitaba un punto para sellar el visado a Primera. Y ya nadie le podía birlar el ascenso al Girona, ni siquiera el Getafe que pugnó hasta el final y goleó al Almería (4-0). Pero el Girona ya estaba en  Primera. Lo sabía el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, presente en el estadio, también la hinchada que esperó al equipo de Machín en la puerta de Montilivi al grito de “hemos venido a despedirnos de la Segunda División”. Una afición, en cualquier caso, un poco remolona a lo largo de la campaña. Hasta los propios jugadores, en esa clase de bromas que esconden verdades, se quejaron de su hinchada la semana pasada en el recibimiento previo al duelo ante el Nàstic en Tarragona. “Perros, ¿dónde estaban en invierno?”, se escuchó gritar a uno de los muchachos de Machín, desde el autocar. Un chiste que les salió caro a los futbolistas del Girona, que tuvieron que salir a disculparse públicamente. Olvidado el desliz, ni la lluvia, mucho menos el necesitado Zaragoza, le impidió al Girona subirse al tren de la Primera ni a los seguidores arropar al equipo de Machín.

Tiene cerca de 7.000 socios el club y, aunque en las últimas 10 jornadas se agotaron todas las entradas que se colocaban a la venta, Montilivi nunca vio repletas sus 9.300 butacas. Tampoco ayer, 9.082 seguidores comparecieron en la casa del Girona, la entrada más alta de la temporada. No es un mal del fútbol. El desaparecido Akasvayu Girona de Marc Gasol, que ganó la FIBA Euro Cup en 2007, no pudo conquistar a la hinchada gerundense: el pabellón de 5.500 espectadores jamás se colmó para apoyar al equipo. Con la Costa Brava a la vuelta de la esquina, con los Pirineos a tiro y con Messi y sus muchachos a menos de 100 kilómetros no hay quien se quede en la ciudad para alentar al Girona. “Es una ciudad en la que se vive muy bien. Te puedes ir a la playa o la nieve y el fútbol, quizás, queda en un segundo plano. Pero es algo que va a cambiar. Nos puede pasar, un poco, como al Villarreal. Hoy los niños siguen al equipo. Lo bonito de este proyecto es que estamos creando historia”, asegura Quique Cárcel, director deportivo del club.

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Cárcel, junto a Machín, son el celebro de un grupo orquestado para subir. “Antes teníamos que armar un equipo nuevo cada temporada. Ahora, ya trabajamos con una base de jugadores que son del club, más algunos cedidos. Y armamos una plantilla pensando en el ascenso”, explica el director deportivo, que contó con el presupuesto más alto de la historia del club: 9,5 millones de euros. Poco se sabe de los máximos accionistas del club, la empresa francesa TVSE fútbol que en 2015 le compró el 80% de la SAD a Josep Delgado. Algunos rumores apuntan a que es Mediapro la que está detrás de la entidad rojiblanca; otros, en cambio, dicen que es el Manchester City el que apoya a la entidad gerundense: el cuadro de Guardiola le cedió a dos jugadores (Maffeo y Mari) de los cinco cedidos (Longo, Cifuentes y Mojica). Lo cierto es que la conexión Manchester-Girona es fluida. “Hablo con Txiki [Begiristian] casi todas las semanas. Es muy importante contar con el City. Es un club muy grande”, afirma Cárcel.

Al imperial Manchester City le viene bien una sucursal en España, mucho más ahora que sus muchachos se codearán ante el Barça y el Madrid. El Girona es de Primera, después de sumar 70 puntos en 41 jornadas. En el libro de anécdotas olvidables quedará el tímido empate ante el Zaragoza (ni una amarilla, un manso saque de esquina y un tiro a puerta sin mala intención). El cuadro aragonés también andaba necesitado de un punto para firmar su salvación y el partido olía tanto a empate que hasta algunas casas de apuestas levantaron el partido de sus agendas. A nadie le importó. Girona suma un atractivo más, entre el mar y la montaña, entre el mejor restaurante del mundo (el Celler de Can Roca) y el pintoresco casco antiguo de la ciudad, ahora aparece el Girona de Machín en la élite del fútbol español.

Fran Sandaza: “Cerramos el círculo”

Fran Sandaza resumió el sentir de una plantilla que tenía una deuda consigo misma y con la afición tras haber perdido tres veces en los últimos cuatro años un ascenso que tenía en la mano. “Esto es algo que no es de este año”, afirmó el jugador del Girona “Empezó hace dos. Cerramos el círculo que dejamos abierto y, a base de trabajo y muy unidos hemos conseguido el objetivo”. Sandaza, que la pasada temporada regresó al Girona tras un año en el Tokio, añadió: “Con la edad que tengo (32 años), tocar la Primera es un reto personal. Y por fin ojalá la pueda tocar”. Delfí Geli, presidente del Girona, explicó que Pablo Machín tiene contrato y continuará al frente de la dirección técnica del equipo.

El fútbol catalán volverá a tener tres equipos en Primera, cosa que no ocurría desde 2006-2007 cuando en la elite militaba el Nàstic. “Todavía hay espacio para un cuarto”, aseguró Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat y exalcalde de Girona. “Que solo estuvieran Barça y Espanyol era una anomalía. Tocaba vivir este momento histórico. Después de lo que se ha sufrido, no se podía escapar otra vez”.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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