El Barcelona busca actores principales
El club acometerá dos o tres fichajes de primer orden, que no consultará con Valverde, y otros tantos para completar la plantilla
Confirmaba el área deportiva del Barcelona, también el presidente Josep Maria Bartomeu, que no se había hablado directamente con Ernesto Valverde hasta el mismo día de hacer oficial su fichaje, por más que ya se habían cerrado los flecos contractuales con su agente dos meses antes. No se habló ni siquiera por teléfono entre club y entrenador por respeto al trabajo de Luis Enrique y porque la temporada no había tocado a su fin. El proceso del fichaje, sin embargo, difiere mucho de cómo se hacía anteriormente, dado que el entonces director deportivo Andoni Zubizarreta conversaba horas y horas con los postulantes (Martino primero y Luis Enrique después) alrededor del estilo, del juego a elaborar, de las posibles variaciones tácticas y de la lista del supermercado de las incorporaciones. Ya no. “Robert es amigo de Valverde y sabe cómo piensa y qué es lo que puede hacer en el Barça”, se defienden desde el club. Aunque apostillan: “El mister decidirá cómo se juega y quién juega, pero sabe que en esta casa hay unos principios que cumplir desde prebenjamines”.
La falta de diálogo con el nuevo entrenador no ha impedido que desde la secretaría técnica se trace un plan sobre la plantilla de la próxima temporada. “El año pasado nos preocupamos en conseguir fondo de armario porque se debía acometer una pequeña revolución en el vestuario”, señalan desde el Barça; “pero ahora toca otro tipo de inversión”. El gasto pasa por dos tipos de fichajes: dos o tres incorporaciones de primer nivel [de primer orden económico] para completar al equipo titular y otros tantos que estén en un segundo escalón y dependiendo de la hucha y las oportunidades de mercado.
Para los dos o tres incorporaciones importantes tampoco se habló con Valverde. “Es como si le preguntáramos qué le parece la renovación de Messi o que si quiere contratar a Luis Suárez… Seguro que sí, ¿verdad? Pues con estos jugadores sucede lo mismo. Consideramos que es una prioridad”, argumentan desde el Barça, al tiempo que desvelan cuáles son las posiciones donde se invertirá: un lateral derecho, un medio y un extremo. Se sabe que el club está interesado en Bellerín (Arsenal) —se han mantenido reuniones con su agente— para la retaguardia derecha, aunque hay más nombres como Cedric Soares (Southampton), Semedo (Benfica) u Odriozola (Real Sociedad). Otro que atrae es Verratti (PSG) para la medular, sabiendo que ya han descartado a Seri (Niza), y arriba uno de los futuribles es Dembelé (Dortmund) —queda por saber si se reincorpora o no Deulofeu. “Sabemos que este tipo de fichajes nos costarán caro”, admiten desde la entidad, preocupada por la masa salarial; “pero haremos frente aunque sean 80 millones porque no nos queda otro remedio. Ya ingresaremos más en taquillaje, conseguiremos patrocinadores o lo que sea porque los títulos pasan por este cambio”.
Pendientes de rehacer un Barça C
Después de caer ante la Cultural Leonesa en el formato de ascenso directo a Segunda División A, el Barça B tiene la reválida con un par de eliminatorias de playoff (la primera la está disputando ante el Cartagena). Desde la entidad azulgrana consideran el triunfo vital para poder poner en solfa el proyecto de crear de nuevo un Barça C, equipo que se inscribiría en Segunda B si dentro de un mes todavía queda alguna plaza libre, de algún equipo que renuncie al ascenso por problemas económicos. En caso de que no se ascienda con el filial o que no se pueda comprar una plaza, el club retrasaría una temporada la idea de volver a tener un equipo C.
Arda y Mathieu, en venta
Además de las necesidades, el Barcelona también se centrará en otro tipo de futbolistas, más anónimos pero competitivos. “Los que están en un segundo escalón sí que se consensuarán con el nuevo entrenador”, aceptan desde el club; “pero hay que ver si vendemos, si hay salidas…”. Les interesa exponer a Arda Turan y Mathieu, únicos futbolistas en el mercado además de Masip, que acaba contrato. “Todo el resto no está en venta”, defienden desde las oficinas del Camp Nou, conscientes de que los refuerzos del último curso no han sido todo lo positivo que se quería y les dan una segunda temporada de gracia. Aunque ninguno de la plantilla es intransferible siempre y cuando se acerquen a su cláusula de rescisión. Pero hasta el momento, no ha habido oferta alguna.
Se sabe, por otra parte, que Messi está cerca de renovar —“está hecho, es cuestión de escoger el día”, advierten con confianza desde el club— y que Iniesta decidirá su futuro —acaba contrato en 2018—, aunque ya tienen claro que el contrato a ofrecer será por dos años como máximo. “Él nos ha dicho que no se quiere ir a otro equipo europeo. Ahora, quiere saber si juega y si acaba los partidos”, aclaran; “si en febrero no se ve para seguir, nos lo dirá. Es sincero consigo mismo y se ha ganado el derecho a escoger como hizo en su día Xavi”. Pase lo que pase y venga quien venga, será el equipo de Valverde. Uno que quiere actores principales y no secundarios.
