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El Huesca escapa vivo ante el Getafe

Los madrileños desperdician un 0-2 ante el empuje de los de Anquela, que no se rindieron

Rafael Pineda
Partido del Huesca - Getafe de ascenso a Primera División
Partido del Huesca - Getafe de ascenso a Primera División

Jorge Molina es el delantero perfecto para la Segunda División. Sus movimientos y clase resultan letales, temporada a temporada, en una categoría donde marca la diferencia de manera continua. Lo ha hecho muchos años en el Betis y ahora lo hace en el Getafe. Molina, con 22 goles este año, había noqueado al Huesca con dos tantos en el segundo tiempo. El equipo de Bordalás tenía el pase a la final por el ascenso en el bolsillo, pero jugó muy mal los últimos minutos del encuentro. Quizás no contara con el enorme corazón de un equipo que no se rindió y que en el alargue empató por mediación del veterano Camacho, un clásico del Huesca. El Getafe parte con ventaja para la vuelta, pero no puede fiarse. Fue superado en el primer tiempo y, aunque jugó una buena segunda parte, se le fue el encuentro en el tramo final cuando se supone que es un equipo con experiencia y oficio. No lo demostró ante un rival muy emotivo.

La historia se citó con el Huesca en el duelo ante el Getafe. El visitante inesperado en la pelea por el ascenso tuvo un inicio de partido arrebatador, impulsado por el buen momento de Samu Sáiz y Vadillo, otra vez en forma, recordando al futbolista que despuntó en el Betis hace varias temporadas. El primer cuarto de hora del Huesca fue fantástico. Le faltó el gol, pero no solo le plantó cara al favorito, sino que lo empequeñeció de manera notable. El equipo de Bordalás, desbordado, recurrió a un número importante de faltas. Al cuarto de hora, sus dos jugadores defensivos del centro del campo, Mora y Faurlín, tenían tarjeta amarilla. En pleno vendaval, Samu Sáiz no midió bien en un contragolpe con todo a favor para que marcara Vadillo.

El Huesca bajó el ritmo y el Getafe pudo respirar. No obstante, el conjunto madrileño jugó una primera parte pobre. Jamás tuvo el balón, con Portillo desesperado, con lo que Jorge Molina, su goleador, permanecía demasiado inactivo. Fue el Huesca el que tuvo las dos mejores opciones en este periodo. Melero se marcó un jugadón que abrió en canal la defensa del Getafe. El remate de Samu Sáiz fue decepcionante, invalidando el jugadón de su compañero. La falta de pegada ya condenaba al Huesca, que vio todavía cómo Carlos David no remataba por los pelos una falta muy bien lanzada al área pequeña.

El Getafe mejoró en la segunda parte. Esencialmente, porque golpeó cuando lo necesitó, marcando de manera estupenda los tiempos del encuentro. Jorge Molina, a pase de Portillo, se marcó una excelente jugada que acabó en penalti de Akapo. El propio Molina anotó con un excelente golpeo. El Huesca sintió mucho el golpe. Ni Samu ni Vadillo aparecían. Le costaba un mundo llegar al área rival y perdió el control del balón. En otra excelente jugada, Portillo centró al área, donde volvió a aparecer Molina para hacer el segundo, ahora con la cabeza. El Huesca, a la desesperada, encontró premio en un gol de Vinicius e incluso pudo empatar en un remate de Carlos David que despejó Guaita. El Getafe recurrió a lo fácil, a meterse en su área y dejar pasar el tiempo, lo que alimentó las esperanzas del Huesca, que peleó hasta el final para encontrarse con un 2-2 cuando la eliminatoria parecía decidida. Tendrá que seguir remando el Getafe ante la ilusión de un rival que no agachó la cabeza.

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