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Vallejo: “Los centrales también debemos dominar el remate”

El jugador del Real Madrid cedido al Eintracht de Frankfurt, llamado a suplir a Pepe, se considera un chaval de equipo: “Me gusta ayudar a todo el mundo”

Diego Torres
Vallejo, en un partido del Eintracht contra el Colonia.
Vallejo, en un partido del Eintracht contra el Colonia.Getty

Bastó la primera ronda de la última Bundesliga para que los técnicos de Valdebebas comprobaran que Jesús Vallejo Lázaro (Zaragoza, 1997) podía ocupar la plaza que dejaría Pepe en la plantilla del Madrid. Resultó evidente que este joven pálido, gentil e impasible que venía de jugar con el Zaragoza en Segunda, tenía madera de competidor. En unos meses no solo se adaptó a su cesión en Alemania. Se convirtió en una referencia del Eintracht de Frankfurt. Internacional con España desde los 16 años, ahora ocupa un puesto sensible en la selección que se dispone a disputar el Europeo Sub-21 en Polonia. Antes de acabar la temporada concedió esta entrevista para reflexionar sobre su carrera.

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Pregunta. Usted empezó Derecho y ahora está estudiando Inef. Se le ve muy equilibrado y calculador. Pero hizo una cosa muy poco ortodoxa: meterle un caño a Robben cuando lo fue a presionar durante su primer Eintracht-Bayern. Le pasó el balón a su lateral entre las piernas de Robben y hubo gente en el Madrid que así se convenció de que sabía salir con el balón jugado.

Respuesta. Bueno, hay jugadas que tienes que improvisar. Fue un balón que recibí en la esquina del área y tenía esa solución o mandar el pelotazo. Tomas esa decisión en milésimas de segundo. Fue un poco arriesgado pero gracias a Dios salió bien y estoy contento por eso. Aunque te quedas pensando: ‘¿Y si hubiera salido mal?’. Cada jugada es un mundo. En cada situación del fútbol, aunque trabajemos los automatismos, el jugador tiene que improvisar lo que hace. Puedes tener una idea de lo que vas a hacer pero cuando estás ahí en el campo de nada sirve que pienses: ‘Ha dicho el míster que tengo que pasarla ahí…’. Eres tú el que manejas.

P. ¿Le dijo algo su entrenador, Nico Kovac?

R. No me comentó nada. Yo creo que porque salió bien. Vi el hueco y la metí. Como un recurso. Nadie me dijo nada ese día. Luego al día siguiente sí, de cachondeo, algún compañero lo recordó.

Realmente, mientras estuve en Frankfurt nunca pensé en la llamada del Madrid. Pensé en disfrutar. Yo soy un apasionado del deporte

P. ¿Y Robben no se molestó?

R. Luego me metió un gol por debajo de las piernas. A la siguiente jugada él recortó al portero y cuando fui a cerrar el balón me pasó por debajo de las piernas. ¡Son experiencias!

P. Usted parece un juez de paz. ¿Es compatible su carácter con el de defensa central?

R. Intento ser buena gente fuera de los terrenos de juego porque creo que es muy importante ayudar a todo el mundo, a los compañeros y a los empleados del club. En el campo me transformo. Hay que cambiar ese chip. Hay que sacar el lado más agresivo, que no violento. En el campo hay que ser más aguerrido.

P. Hasta que se fue a Alemania se caracterizó por ser un marcador, pero con el balón en los pies no se expresaba tanto. ¿Por qué ahora asume más esa responsabilidad?

Me adapté a la Bundesliga gracias a mi profesor de alemán

R. Kovac siempre nos pidió que intentemos jugar el balón desde atrás cuando no hubiera riesgo y fuera oportuno. Lo hemos entrenado y lo hemos trabajado muy bien. Hemos aprendido a determinar cuándo jugar corto y cuándo jugar largo, y yo estoy contento de esa mejoría. En este sentido creo que puedo dar mucho más.

P. ¿Cómo ha vivido con la expectativa de ir al Madrid? ¿Cómo jugó esta temporada pensando que lo estaban monitorizando?

R. Pues centrándome en Frankfurt, en mis compañeros y en el club. Cuando el balón echa a rodar no estoy pensando si me está viendo el Madrid o cualquiera. Realmente nunca pensé en la llamada del Madrid. Pensé en disfrutar y luego ver las cosas cómo iban.

P. ¿Usted a la gente del Madrid la consultó para saber qué aspectos del juego debía desarrollar?

Cada jugada es un mundo. Aunque trabaje los automatismos, el futbolista siempre tiene que improvisar

R. Desde el primer día que fiché con ellos y me cedieron al Zaragoza y luego al Eintracht me dijeron que me harían un seguimiento constante pero que sería el míster del club respectivo el que me corregiría la táctica o la técnica. Yo era consciente de que ellos hacían sus anotaciones. Pero no me llamaban para decirme: ‘Tienes que mejorar esto o lo otro’. Solo me mandan mensajes de ánimo o de felicitación. Algo simple. No se centran en aspectos del juego sino en temas de salud. Yo siempre estuve en contacto con los doctores y los preparadores físicos. Les preguntaba dudas que tengo sobre la alimentación o los entrenamientos. Me gusta mi trabajo. Soy un apasionado del deporte.

P. ¿Practica otros deportes?

R. De pequeño hice natación y baloncesto, pero lo que realmente me gusta es el fútbol. Si te quieres dedicar al fútbol profesional está claro que no puedes seguir nadando. En verano intento hacer otros deportes para desconectar del fútbol, como pádel o carrera.

P. ¿Es defensa de vocación desde niño?

R. De pequeño era delantero. Pero como vieron que no metía goles me fueron retrasando al mediocentro. Como ahí tampoco daba asistencias me retrasaron a la defensa. ¡Si sigo así voy a acabar de portero! Uno de los entrenadores del Zaragoza me probó de central por un experimento. Y me empezó a gustar. Desde los 14-15 años llevo jugando allí. Me gusta mucho la posición de central porque puedes ver todo el juego. Me gusta la sensación del defender y de no encajar goles, y, sobre todo, de ayudar a tu portero. Para mí la posición más difícil y más comprometida del fútbol es la portería, y mi misión es ayudar al portero a que se vaya a casa con el menor número de goles posibles encajados

P. ¿Cuáles fueron sus referentes?

R. Cuando empecé a ir a La Romareda me fijaba mucho en Gabi Milito y en Alberto Zapater.

Ser portero es lo más difícil del fútbol. Me gusta sentir que los ayudo

P. ¿Por qué cree que su adaptación a la Bundesliga fue tan natural?

R. Gracias a Steffan, el traductor, que me ayudaba incluso en las charlas del míster y además era mi profesor de alemán. Luego, el fútbol allí tampoco es tan distinto como nos creemos. Es más físico, se trabaja más la preparación física porque en las segundas partes los partidos se vuelven un poco más locos, hay más contragolpes y tienes que estar bien preparado. Pero al final es fútbol.

P. Se hizo famosa su defensa de un contragolpe del Hamburgo en el que recupera varios metros a Halilovic en una carrera de medio campo, le quita el balón y despeja.

R. Si Halilovic se hubiese perfilado hacia su pie izquierdo habría sido más difícil cogerlo porque se me habría cruzado en la trayectoria de carrera. Pero se fue hacia la derecha y luego quiso recortar, se resbaló y ahí tuve más facilidad. Yo corrí con él y cuando vi que se caía tiré el balón fuera porque no podía más. No me daba la cabeza para pensar más.

P. ¿Se considera rápido?

Sin velocidad en Alemania no podrías jugar. En el Eintracht dedicábamos sesiones semanales a trabajar el sprint. Sin balón. A veces con peso. Eso te da comodidad para jugar con la defensa adelantada

R. He intentado entrenar la velocidad. La Bundesliga te exige eso. Te exige tener un buen sprint en las segundas partes porque si no, ahí no podrías jugar. En el Eintracht dedicábamos sesiones semanales exclusivamente a trabajar el sprint. Sin balón. A veces con peso y otras sin carga. Eso te da comodidad para jugar con la defensa adelantada, por si te tiran balones a la espalda. Me gustaría seguir mejorándolo. Tengo que compensar mejor la falta de musculatura en el tren superior. Coger volumen arriba. Pero no mucho, que no somos luchadores sino futbolistas.

P. La forma de moverse de un central no tiene nada que ver con la de un delantero. Usted tiene un giro rápido, como si patinara sobre hielo. ¿Dónde lo aprendió?

R. De los centrales con los que trabajé en el Zaragoza. Tuve la suerte de coincidir con Mario Abrante, con Rubén González, con Mario Cabrera, o con Lolo, que eran centrales experimentados y me hacían mucho hincapié en eso. Que no solo me centrase en el balón sino que vigilase mi espalda para estar pendiente de los jugadores que rompen de segunda línea. No puedes mirar el balón sino que tienes que estar perfilado y atento a la trayectoria de la carrera del rival para anticiparte.

P. Varios entrenadores lo nombraron capitán. ¿Por qué?

R. Soy un chaval de equipo. Me gusta ayudar a todo el mundo en lo que sea posible. En estos tres años de profesional aprendí que el rendimiento propio es importante pero lo que te marca y determina adónde vas a estar el día de mañana es el rendimiento del equipo a lo largo de una temporada. Yo tengo la experiencia de quedar subcampeón de España con la selección de Aragón y que al año siguiente a casi todos nos ficharan para el Real Zaragoza.

P. ¿En qué le gustaría mejorar?

R. En los rechaces. Y quiero meter más goles. Quiero anticiparme más en el juego aéreo y en las situaciones de despeje alrededor del área propia. Hacer despejes más laterales en vez de tan frontales. Kovac organizaba sesiones por línea y hemos dedicado entrenamientos a mejorar el remate y el despeje, que son dos acciones que los centrales también debemos dominar.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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